Monday, July 19, 2010

¿Qué mató a Rodrigo Bellott?/MINIATURAS


Al fin veo, mucho después del estreno (odio los estrenos), "¿Quién mató a la llamita blanca?", de Rodrigo Bellott.
Muchos y diversos han sido los sentimientos que este filme ha despertado en mí. Presiento un intento de decir, de manera jocosa, cosas que no se dicen en Bolivia, sus características esencialmente racistas, su prepotencia, maledicencia, ignorancia, soberbia, corrupción. ¿La forma de hacerlo?
Excesiva en mi opinión, querer conjugar un cúmulo de ideas en un espacio en extremo breve. Utilizar sin medida los estereotipos nacionales. La exageración con el acento, la falta de calma, de austeridad fílmica. Jugar con las posibilidades técnicas en desmedro de cierta filosofía. Querer hacer Gus van Sant sin ser Gus van Sant, típico -ya que estamos en esto de la crítica- del ser boliviano.
De inmediato, luego de terminar con la película de Bellott, miro "Angel on the Right", cine de Tajikistán, 1988. Un similar ambiente tercermundista, problemas que se asemejan, pobreza común. Pero "Angel on the Right", de Djamshed Usmonov, desenvuelve una historia que a pesar de lo trágica se relata con tranquilidad, con una tristeza objetiva. Estoy de acuerdo en que una es comedia y la otra drama, pero la mesura, a no ser que sea verídica explosión de genio -y "la llamita..." no lo es-, cansa y domina la pantalla de absurdidad innecesaria.
Inexperiencia y juventud pueden ser las faltas de Bellott en esta obra. No hay que pensar el cine nacional en términos de puestas en escena populacheras, o denigrar las posibilidades del público en general de apreciar un cine más serio. Eso es simple y llano paternalismo, pensar -si no expresar- "demos a estos cholos y a estos indios lo poco que pueden entender". Bellott cae en su arte en la misma falta que quiere criticar, la de la intolerancia racial, la del despectivismo, del desprecio, y no lo salva su dosis de halago al "indio" en su estirada lengua hacia Evo Morales Aima.
No hay que olvidar el extraordinario arte andino. Gente que puede crear obras textiles como las de Bolivia puede también comprender o percibir otras manifestaciones artísticas.
3/5/07

Publicado En Lecturas (Los Tiempos/Cochabamba), mayo 2007

Imagen: Iván Guayasamín/Despidida, 1999

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