Monday, November 8, 2010
Ellos son inocentes.../NADA QUE DECIR
Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Pareció decir Evo Morales, que hoy aparte de presidente de la república es vocero de las fuerzas armadas.
Sorprende que un individuo que se declara socialista, revolucionario, guevarista... sea tan caradura en afirmar que el alto mando militar no oculta documentos clasificados acerca de los años dictatoriales. Es obvio que no conviene a Morales malquistarse con el ejército, que es su instrumento de constante amenaza contra los que no piensan como él ¿Piensa? Hay intercambio de favores; se comercia con el estado.
Insulta el presidente a aquellos que con o sin razón terminaron como mártires de un proceso que culminó en la democracia de 1982. Insulta a los familiares que aún penan por no saber qué fue de sus muertos. Insulta la memoria de Marcelo Quiroga Santa Cruz y de las huelguistas de hambre que piden respuestas.
Por supuesto que estos señores cuyos trajes rememoran muchísimo a los valets de los parqueos norteamericanos, o a los presentadores de circo, guardan documentación de la tortura, el estupro, el asesinato, desaparición de tantos seres humanos que osaron enfrentarse a su dominio corrupto y terrorista, auspiciado por la CIA y el Departamento de Estado. Cómo se le ocurre a este cipayo vestido de falso indígena afirmar lo contrario. Sólo falta que diga que la Operación Cóndor es invención de los subversivos húngaros, porque parece vivir el hombre, como la Reina de Corazones de Lewis Carroll, en un mundo fantasioso.
Alguien cercano me sorprendió cuando, a pesar de haber sido él torturado personalmente por el régimen militar, defendió el papel del ejército en Bolivia, diciendo que era el ejército del pueblo. Masista de corazón, y de entretenimiento, posible niegue pronto el haber sufrido en sus manos. Señala, cuando la noche se pone color de cerveza, que fue el ejército quien liberó la patria, en tiempos de la independencia. Le recordaría que de nada sirvió a los peronistas encumbrar a Videla a la cabeza de los milicos argentinos, ni a Allende levantar a Pinochet por encima de una tradición -discutible en mi opinión- de fuerzas armadas democráticas.
El gobierno juega un péndulo irresponsable. Se agita entre la izquierda y la derecha, con atisbos socialistas e indudables roces con el fascismo. Aprovecha un discurso seudo indigenista y cree poder controlar los hilos de titiritero que va tejiendo sobre la sociedad boliviana. No se le vayan a enredar los nudos y Mister Universo caiga de su pedestal y se le rasgue el calzoncillo, sin necesidad que sean los fedayines croatas (¿?) los que empujen al divo al vacío.
"Los indios están al fin en el poder" dicen las voces no muy indias de los allegados al régimen Morales. Mientras los "indios" estén en el poder hay que llenarse los bolsillos en esa anciana práctica nacional de saquear el país. Mientras tanto hay que permitir que grupos de exaltados cometan desmanes en nombre de la reivindicación indigenal: chicote aquí, chicote allá, o, como decía una chapareña representante del MAS en el documental "Cocalero", que a los que se desviaban se los ataba al palo santo. Mostraba la justiciera el árbol en cuestión, aclarando que un hombre amarrado por 25 minutos perecía, pero que ellos por lo general los amarraban por diez minutos (minutitos en Bolivia, país donde se minimiza la abyección). Imperio del abuso, que ahora dicen es de la Nueva Constitución. Ojo por ojo, u ojo por nada, porque ahora gobierna Evo, dios redivivo.
14/05/09
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Publicado en Puntos de vista (Los Tiempos/Cochabamba), mayo 2009
Imagen: el Dios redivivo
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