La sucesión de personajes de dudosa honorabilidad que el gobierno asciende o recluta, es clara muestra de una deficiencia orgánica. No se puede esperar rigurosidad en un movimiento amorfo, sin ideología definida. Fuera de la grandilocuencia, por lo usual vacía, de sus líderes, no hay línea a seguir. Y en territorio así, suerte de "tierra de nadie", cualquiera puede medrar sin condición ni control.
Hay esquemas generales, que recuerdan los de las oenegés. Pero en este caso se trata de un país y no de una organización donde "voluntarios", de buena y mala voluntad, siguen un planificado proyecto de cuestionable índole.
En el proyecto "revolucionario" del MAS caben todos, desde paramilitares adenistas hasta devotos de "nuestro" Señor; desde foquistas ya envejecidos para subir montañas como de "amaditos" -y blanquitos- niños bien adornados de chuspa. Multinacional, sí, y multifacética también la máscara que se presenta. Ambigüedad de dos banderas, de lenguas y culturas cuya reivindicación no pasa de mero convencionalismo.
Ante situaciones como las de Omasuyos los ministros se desdicen. Unos están por la propiedad pública, otros por la privada; unos adoran la Pachamama y otros la Virgen de las Angustias. La revolución siempre fue el mejor pretexto para llenar las arcas propias, y esta instancia no difiere de ninguna otra. Evo podrá contar el cuento a los europeos que aparte de ingenuos y tontos cargan el peso de su pecado colonial. Pero a los que nacimos aquí, que conocemos las veleidades y artimañas de nuestro pueblo, difícil hacernos creer su mesianismo. Y los que le creen, su entorno privado, es porque ven en el cacique la ampliación del espectro social que accede al poder y al lucro. Aprovechemos -dirán- que como ésta no tendremos otra.
Que un alto funcionario sea putañero, o agente de putañeros, en un gobierno similar no extraña. La cosa hubiera sido agarrar a los caudillos con las manos en la masa, en las piernas de Van Gogh. Total, el burdel estaba a cuadra de palacio ¿no? Práctico y cercano. ¿O no sabían los líderes de la revolución lo que se cuaja entre corruptos? Santos Ramírez no es la excepción a la regla: es la regla, y los izquierdistas del MAS, diestros, siniestros y ambidextros, tienen aún sorpresas para dar.
Esta reunión de amigos casuales, eventuales, que significa la testa política boliviana de hoy, debiera al menos buscar un pivot de convergencia, una arista de cordura, un programa. Porque según se ve y se presenta es como una burda kermesse, una hora cívica...
23/3/09
Publicado en Opinión (Cochabamba), marzo 2009
Imagen: Fotomontaje de C. Bonardi (Evo Morales en Avatar)
Publicado en Opinión (Cochabamba), marzo 2009
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