Monday, November 14, 2011
Berlin-Jerusalem, de Amos Gitai/ECLÉCTICA
Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Amos Gitai, cineasta hebreo, dirigió, dentro de una serie de filmes referidos a la creación de Israel, "Berlin-Jerusalem", filmada en París -emulando Berlín-, Normandía, Galilea y el Negev.
En un marco general de contar la historia del retorno judío a Palestina, el director escoge a dos personajes representativos de aquel éxodo a la inversa: la poeta expresionista Else Lasker-Schüler y una oscura revolucionaria rusa de nombre Tania Shohat. Ambas se encuentran en la capital alemana en algo que semeja una puesta en escena de entonces, con figuras representativas del arte de George Grosz, himnos revolucionarios, discursos flamígeros presagiando no sin razón el fin de una época. En aquella multitud de figuras excéntricas y solitarias, las dos mujeres convergen sólo para una saber de la otra que emigra a Palestina buscando materializar su sueño de cambio lejos de una Europa decepcionante: Rusia ha eliminado lo poco que quedaba de revolucionario en su suelo; los comunistas alemanes, deshechos en 1919, vagan o se refugian en amorfa clandestinidad, en el oscuro mundo obrero o en el atrayente y viciado Berlín de café. Shohat, que afirma haber intentado arrojar una bomba a un ministro de zar, parte para iniciar en el filme historias paralelas que tal vez se junten después.
La vida de Shohat fundando un colectivo judío en tierras árabes con un grupo diverso de social revolucionarios y sionistas lleva en Gitai algo de crítica. Tania ve cómo un inicio idealista, que incluye fraternidad con los árabes, se transforma en angurria de posesión, de reclamar "lo que es nuestro", de arrebatar, de recuperar Judea "perdida a fuego y sangre" de igual manera, como si en esa controvertida región alguien pudiese por seguro afirmar pertenencia, si obviamos la validación bíblica, fundamentalmente religiosa, del reclamo judío.
Else Lasker Schüler, una de las mayores poetas en lengua alemana, emigró a Suiza en 1933, huyendo del nacionalsocialismo. Su obra se incluyó entre los libros prohibidos -y quemados- del Reich. Se le quitó la nacionalidad alemana el año 38 y ya en 1939 radica en Palestina. Gitai la presenta más como un vaho que como un personaje real. Sus diálogos son escasos y cuando ocupa la pantalla una voz recita sus soberbios poemas mientras ella trashuma por el muriente Berlín o la adusta Jerusalén.
Cuando decide irse se la ve en el cementerio, despidiéndose de sus muertos, entre ellos su amigo Franz Marc -a quien se dirige como "mi caballo azul"- con quien mantuviera estrecha relación. Entre 1912 y 1914 el pintor le había enviado una serie de cartas postales con dibujos suyos y referencias a su poesía. Lasker-Schüler había escrito mucho sobre el oriente, la diáspora judía y ya en "tierra santa" su lírica que fuera precursora del expresionismo germano se fue haciendo más mística.
Cuando Gitai reúne a las dos protagonistas en un café exterior de la ciudad, ellas se abrazan sin preguntas. El realizador supongo que desea hacer hincapié en que entre la nueva emigración judía de todo el mundo a Palestina hubo también ideales puros y bellos de confraternidad. Nada mejor que hacerlo con dos mujeres sugiriendo la mayor accesibilidad y ternura del espíritu femenino. Su película no es una oda a la reconquista sino un acercamiento casi nostálgico a lo mejor de aquellos que fueron a levantar una nación de ideas avanzadas.
El filme no es brillante quizá porque sugiere demasiado. Que el personaje (Lasker-Schüler) se comunique con los espectadores a través de una tercera voz y poesía peca de metafórico. Sin embargo ganó el Premio de los Críticos del Festival de Venecia y, para quien conozca los antecedentes, viene a ser interesante. Hay que considerarlo como parte de un monumental proyecto de Judaica y entenderlo en el todo consumado.
Al fin de la película Else camina con el acompañamiento de versos premonitorios acerca de la violencia que vendrá. De pronto se ve en las calles del moderno Israel donde estalla una bomba -suicida de seguro- y la radio dice que el ejército mató a un niño palestino en Jenin... (...) "Esta es la dama rara./Tadeus Aludra (que la conoció)/la soñaba caminar por el futuro..."
06/01/05
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Publicado en Lecturas (Los Tiempos/Cochabamba), enero, 2005
Imagen: Else Lasker-Schüler, 1925
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