Friday, November 4, 2011
El futuro mundial del gas/MIRANDO DE ARRIBA
Hace poco, leyendo un artículo de negocios internacionales, reparé en algo que es de mucha importancia para Bolivia: el gas natural. Aunque no se mencionaba a Bolivia en absoluto, el texto abordaba la posible opción del gas de convertirse en el petróleo de un futuro bastante cercano. Ahora que se sabe que las existencias y reservas mundiales del oro negro no son tan inacabables como se creía, los países industrializados tornan sus ojos hacia esta nueva fuente energética cuyas características son con mucho más benignas para el medio ambiente. El título del artículo dice, literalmente: "Parece que el gas natural sigue el camino del petróleo: más demanda, menos oferta, mayor costo". Quizá traducido da la impresión que hablamos de un recurso escaso pero pronto caemos en cuenta que no es así. Esa supuesta escasez del encabezado se refiere más bien a que no se han desarrrollado mundialmente las condiciones que permitirían al gas suplantar al petróleo. La carrera de la próxima década, y de allí la centuria por venir, será para acceder a esas fuentes productoras sin las cuales el primer mundo se vería privado de vida para resumirlo de algún modo. Levantar las sanciones a Libia no resulta de un comportamiento distinto de Qadhafi, sino que las reservas de gas natural libias exceden las de su petróleo y en el juego de supervivencia poco cuenta la ética.
Estados Unidos tiene gas para autoabastecerse por otros veinte años. Importa actualmente de su vecino Canadá quien pronto necesitará sus recursos al interior. Rusia y las ex-repúblicas soviéticas cuentan con las mayores reservas, así como el Medio Oriente y el Caribe (repito que no hay mención de Bolivia) que podrían ser los futuros proveedores de gas en forma líquida. El consumo norteamericano el 2002 habría sido de 22.8 trillones de pies cúbicos y se espera que suba a 31.2 trillones anuales. Semejantes perspectivas dan cierta razón a los opositores de la venta del gas boliviano hoy. Que se tenga que hacerlo parece ineludible pero el artículo también afirma que hay dinero -e interés- internacional en invertir en plantas procesadoras de gas natural. El trato debiera hacerse desde y para el país evitando intermediarios, ávidos y más vivos que nosotros -o mejor informados- que desean lucrar a nuestra costa (dicho sin ningún estúpido espíritu chauvinista). Es un asunto de mucho dinero y a la larga de bienestar común. Tuvimos todo y perdimos todo (salitre, plata, estaño...); es ya tiempo de crecer.
29/8/04
Publicado en Opinión (Cochabamba), agosto, 2004
Imagen: Producción de gas natural según país
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