Esta vez, los “pobladores” de Yucumo amenazan con
impedir el ingreso de la IX Marcha a la villa, como lo hicieran los de San
Ignacio. San Borja, por el contrario, los recibió con panderetas y panes. Las
razones que se alegan van de las irrisorias a las absurdas y uno se pregunta
acerca del monto que implica comprar a tanta dirigencia. Cierto que en tierra
de mendigos, migajas son buenas, pero de todos modos. Gastos extraordinarios,
sin duda, porque difícilmente estarán siendo registrados por la contraloría.
Bueno, para un lugar que en algún momento se catalogó con ser a corto plazo la
“Suiza de América”, supongo que ni llegan a nimiedades.
Me llega por
correo un artículo valiente, no diría amenazador sino premonitorio, a raíz de
la “carta” del narcotraficante Sanabria, cumpliendo condena -leve- hoy en USA.
Leve digo porque merecía perpetua. De habérselo cogido en Singapur, el
individuo ya estaría como mango secándose al sol. Beneficios de la democracia,
en los que no creen algunos. Aparece una carta borroneada y de inmediato
vocingleros masistas y adheridos intentan quitarle valor. La osadía llega hasta
el extremo de afirmar que semejante ortografía no podría pertenecer a un
oficial de su rango. Esa opinión no merece comentario, y saben bien a qué me
refiero. Basta escucharlos.
Verdadera o
falsa, no importa. Refleja una nueva situación, que la prensa de Caracas en el
caso venezolano anota como el espectro de Noriega flotando alrededor. Ido el
jefe, quizá quede hato de convictos. Lo mismo para nosotros. Son migas que se
tiran al suelo para que los pajaritos las cojan. Con la panza llena las
avecillas comenzarán a cantar. Y en el coro uno está por sí mismo, no puede
estarlo por los demás.
Volviendo al asunto
del narco, denuncias, cartas bajo la manga, ases clonados… nunca debieron haber
pensado, quienes tendrían que hacerlo, que este caso estaba cerrado. Hay un
sistema judicial en los Estados Unidos que no permite pruebas a medias. Por
ello, situaciones semejantes toman años en ser investigadas. En el momento
preciso se presentan evidencias y de ésta ni Dios te salva. Por ese camino
marcharán pocos, muchos, no lo sabemos con certeza, pero que van, van.
Soberbia tontería
de considerarse blindados, intocables e inodoros. Imaginen que del grupo que
rodea al poder varios deben estar contaminados, bajo nómina de pago en la CIA.
Siempre Norteamérica ha actuado así. Ahora las circunstancias la benefician; el
mayor escollo, Hugo Chávez, ha sido anulado por el azar, y de nada sirve que
mantengan secretos, o que de pronto, al mejor estilo soviético, hagan ganar una
elección a un difunto: una voz detrás de la cortina, un dedo sobre el
ordenador. Ese naipe ya ha sido jugado y perdió. Hoy el mejor consejo es el que
algún judío cautivo de Treblinka les dio a sus guardianes: que mejor se
suavizaban, porque ya venía su caída y cualquier declaración en su favor serviría.
Lo saben en las altas esferas. Y la mano al fuego que existen quintacolumnistas
del imperio en palacio. Cuidarse de la propia sombra.
El poder alimenta
necedad y suele complicar las cosas, ya que los poderosos se niegan a entender.
Algo de tino, señores, porque el que tiene más, más arriesga, y, por lo
general, cuando se han aflojado los cordones, también pierde en mayor grado. No
valen bravuconadas, que nada cuesta a la rimbombancia convertirse en lodazal.
La IX Marcha no
se oye… todavía. Tengan sentido común, no interfieran, recapaciten. Déjense de
regalitos y prebendas, que la gloria de hoy –casi con aritmética cristiana-
polvo se hace mañana.
23/05/12
Imagen: Antiguo ábaco chino
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