¿No era que el 21
de diciembre festejaríamos el fin del capitalismo? ¿O Choquehuanca hará su
fiesta privada de victoria al mismo tiempo que Evo danza con Goldman Sachs?
Parece que hay un pequeño desfase entre lo que se dice y se hace. Problemas del
“plurilismo”, no del pluralismo, supongo. Los capitalistas de Wall Street querrán
brindar con Coca-Cola, y Evo tendrá que reconocer a la Coca-Cola, y no a la
coca, como icono universal. Todo sea por riqueza. Ideología, ideas -si las hay-,
discursos, pueden dejarse de lado cuando de potentados o reinas se trata. En
suma, no hemos cambiado y el pongueaje espiritual es cosa difícil de destetar.
Mientras tanto me
entretengo en mirar caricaturas y leer mofas acerca del gobierno en Facebook. Recuérdese
que durante la República de Weimar surgió una corriente satírica de excepción,
ya eternizada, en literatura, dibujo, pintura, café-concert, y demás. Los nazis
terminaron con eso. La catalogaron genéricamente como arte degenerado. El poder
detesta sobre todas las cosas que se burlen de él. Por eso desean mostrarse
castos, impolutos, incólumes, víctimas de la sinrazón, de lo artero de aquellos
que no comprenden a los grandes hombres. Pinochet jugaba a intachable y miren
al vulgar ratero.
Yo que alistaba
mi traje local, entre hispánico y nativo, para echar sahumerios y señales de
humo a mis compatriotas con las buenas nuevas estoy ahora confundido. ¿Tendré
que desempolvar la etiqueta con la que asistí a juicios y reuniones? ¿Archivar
preciosos awayos que separé de mi colección para vestir a la familia?
¿Desterrar cualquier rastro de la bebida maldita de casa? ¿Tomar ron con mate
de coca? Qué hacer. Me dejaron con los crespos hechos. Ahora entro al ordenador
y veo el precio de los bonos bolivianos en la Bolsa.
Unos amigos
chamanes, de Oaxaca y Chiapas, no están menos confundidos que yo. Y Russell Means,
el gran activista sioux que acaba de morir, no sabe qué le dirá a Manitú de la
terrible traición de sus congéneres al sur, de donde, según los amautas,
vendrían los guerreros luminosos a limpiar la tierra. Creo que leí demasiado El Eternauta de Oesterheld, y veo
marcianos y héroes por todo lado. O alguien me jugó una mala pasada y me
introdujo en un culebrón de Paulo Coelho del cual no puedo salir.
El canciller
venía preparando el agasajo de la nueva era. Puso a los mayas de su lado, sin
preguntarles, claro, que polvo hace mucho son. Se distribuyeron invitaciones y
aunque dudo que alguien sensato asistiese, se siguió hablando de eso. Creo que
lo solucionan con unas Cokes en frente de cámaras, para sellar su adhesión a la
economía de mercado y la libre empresa. Tal vez con suerte podrán tomarse fotos
con Zuckerberg y mencionar que el asunto de regular el Face es “cosa del
pasado”, como se dijo a los Borbones en ocasión anterior y ahora poco respecto
a la conquista. La política de congraciarse, de jugar por la imagen a como dé
lugar. Francia tuvo el imperio napoleónico; Bolivia el camaleónico.
Creo que hay
descuido sin embargo en los pasos caóticos con que tropiezan. Dejan rastros
para los que no se necesita un lebrel; resaltan a simple vista. Y la vida
enseña, a pesar de tantos desdenes, que surge el momento de rendir cuentas. El
otrora poderoso Lula, a quien hasta ahora no se ha tocado porque hizo avanzar
el Brasil, tendrá que jubilarse de la política. La corrupción del llamado
mensalão todavía no lo alcanza, o no de lleno, pero pone una caterva de exsalvadores
de la humanidad, guerrilleros y románticos de izquierda amigos suyos en el
banquillo de los ladrones (burlándose de sus propios muertos).
¿A quién creer?
Que sigan anotando nombres y apellidos y resaltando los tintes pseudo revolucionarios
de la triste realidad. Choquehuanca tendrá que postergar el fin del capitalismo
para el otro año. ¿Acerca del aguinaldo de los amautas?... Métanle nomás.
25/10/12
Publicado en Puntos de vista (Los Tiempos/Cochabamba), 26/10/2012
Ser considerado arte degenerado para el poder de turno es casi una medalla de honor. Significa que algo de daño se hace, que nuestro arte porta dosis de subversión, de nitroglicerina. Me sorprenden muchas cosas, estimado Claudio. Veo cada paso de Evo, mucha gente lo quiere, demasiadas expectativas se depositaron en él, ha dado pasos adelante, pero también hacia atrás, y a veces parece quedarse detenido. En Chile es un rock star para los no gobiernistas, para la gente de izquierda, para las minorías. Muchos esperaban esa posibilidad de reacer un paraíso, la restauración de la armonía indígena. Pero tal como afirmas, veo demasiada prisa en entregar, de distinta forma, pero entregar igual, la riqueza boliviana al transnacionalismo depredador.
ReplyDeleteLuego vuelvo amigo. Un abrazo fuerte.
Un gobierno lleno de paradojas, Jorge. Y de arribistas. No niego que en algún lugar tal vez quede algo de ideal, pero lo que hay es un saqueo que ni siquiera la extrema derecha hizo. A nombre del pobre, del indio, se están llenando de oro. Y el narcotráfico, que es la mayor transnacional, a la que a cambio de suculentas tajadas se le ha entregado el país, desde el gobierno.
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