Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Las muchachas negras, cadavéricas, pasean la noche como estacas muertas. Sonríen sin dientes y ofrecen amor, por un dólar. Saca tu sexo, amigo, y sabe lo que puede con él una muchacha negra, black magic woman.
Los camiones abiertos son camas de sudados deseos. No hay amor, hay crack. Herbert toma Budweiser. Dobla la lata, un poco, al medio, la perfora varias veces con aguja. Desenvuelve el crack, piedras blancas como ojos de ciego. Lo muele. Cierra las ventanas del camión. Fósforo. Su boca en el orificio por donde sale la cerveza. Va quemando la droga, absorbiéndola. Afuera crecen los pastos y los niños corren detrás de los autos con sus pequeños sobres de muerte.
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Publicado en Opinión (Cochabamba), 10/10/1991
Tus Cuadernos de Norteamérica son extraordinarios,estimado amigo.
ReplyDeletePoesía narrativa, una mirada que no pestañea, que no escabulle.
Un abrazo
Gracias, Jorge. Textos pequeños, concentrads. Un día me gustaría ponerlos en libro. Son un centenar, o algo más. De algún modo base para mi novela de El exilio voluntario. Abrazos.
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