Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Nada asombra en
este oscuro manto que los falsos socialistas han arrojado sobre el sur. La
viuda argentina, toda vestida de luto a pesar de periodistas que afirman que lo
desnuda muy fácil, quema sahumerios e invoca a dioses que no son suyos, pero
útiles para el entorno de discursos y poses engañosos.
Il castrato (lo digo por la voz) Correa sale con la luminosa
idea de que se apruebe una enmienda constitucional para aceptar la reelección
indefinida. ¿No huele ya a monarquía este excremento del siglo XXI? Dicho, y en
la brega con Evo Morales para ver quién se encarama sobre el legado del occiso
de Caracas, Correa expondrá la excepcional tesis de que sin él Ecuador no
existe, no en las condiciones “soberanas” y deliciosas que trajo consigo. Ahora
Morales tiene la palabra, y con celo feminoide (perdón, mujeres) que lo obliga
a sobrepasar al adversario, chillará que su presidencia viene de arriba (o de
abajo) directamente, que para él el poder debe ser eterno e inmutable por
tratarse de divino don. Ya ni necesitará reelegirse; las boletas de sufragio
insultan su omnipotencia mayor a la de la iglesia; en ella reina triunvirato,
la Trinidad, mientras que él es único, el mejor futbolista, eximio quita
calzones, y más por demás. Gracias, achachilas del Ande, por habernos enviado
al iluminado y su cabello en permanente como casco de conquistador. Gracias por
sus cortos dedos sentenciosos y por sus manitos de niño travieso. Gracias por
el eunuco que le sugiere, sugestiona, susurra y practica nefandas lides que no
nos compete juzgar.
Qué mundo
vivimos, me dice un padre ochentón. Aunque siempre fue lo que es, de pronto ha
habido mejoras. Pero hoy, con la cháchara del “vivir bien”, sacada de la fiebre
uterina de la izquierda europea e impuesta a los súbditos nativos como discurso
propio, hemos llegado al límite. Los millonarios masistas dan mueras al
capitalismo. Aquí se abre la gran interrogante de si somos un pueblo imbécil o
qué. Los ladrones gritan que robar está mal, los violadores escupen contra el
estupro mientras lo siguen practicando en recintos gubernamentales. Patas
arriba, decía Galeano, a pesar de que el viento también lo tumbó. Los
socialistas de nuevo cuño tienen a esta tierra de decúbito prono y ensalzan su
festín marica y desquiciado.
Más al norte
rebuzna el jumento, ji-jo, ji-jo, atravesado por la banda presidencial de la
cuna de Bolívar. Este al menos sabe que no puede apostar a convertirse en líder
continental. Apenas se mantiene en el puesto, que paga mejor que el de chofer
valga decirlo. Nicolás Maduro echa mano de lo fantástico para crearse un
delicado estatus. Si Evo dice huevadas, Maduro burradas. Triste espectáculo de
los pensadores “revolucionarios” sudamericanos del siglo.
Nicolás incursionó
con genio en la ornitología, descubriendo un nuevo pajarraco endémico, el
Chavis mentirosus, ave de rapiña disfrazada de pichón. Parece que le sobrevuela
el cerebro y lo hace piar como pollito bebé. Nada sería, pero ahora ha penetrado
en la región de Cerbero y se acuesta con los muertos. Hasta cama le prepararon,
dicen, al lado del comandante, en detrimento de su hoy esposa legal, ese
pequeño icono casi chino que lo acompaña y que parece lleva las riendas de la
ambición.
Ya, bastante.
Entre el iluminado y su docto segundo, que no es más tonto por falta de tiempo,
Cristinita y la vida es un novelón, el sandipederasta, los octógonos (perdón,
octogenarios) cubanos, el falsete ecuatoriano, el necrofílico de Venezuela, los
defenestrados Zelaya (paramilitar), Lugo, depredador sexual, y el monstruo que
acecha en la oscuridad, el Narcolula, tenemos suficiente. No hace falta más.
Que Evo versus
Cala, que Evo con el papa, que Evo aquí y acullá... Basta, carajo. Ama llulla.
11/08/13
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Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 13/08/2013
ja! Inclemente como necesaria descripción del exotismo reinante. Coquetas damiselas son las/los despampanantes "bolivarianos" q compiten por destacar. Grotescamente remozadas o tuneadas al infinito, tod@s hacen d las suyas en singulares pasarelas, a cual más caprichosa y ansiosa d apetencia, mimos y miradas contínuas.. Esa la reinante flora y fauna en los pueblos, tristes pueblos q ya (nausea)abundan en evidencias d ser sobradamente imbéciles. Porque un imbécil no decide nunca nada, solo aplaude y asiste encantado al desfile de artificiosos colores y vacías promesas. Falta, mucha falta hace multiplicar ese "Basta", y también el correcto carajazo porque nada valedero discurren por las tontas pasarelas.., metafóricas o reales. Da igual.
ReplyDeleteAbrazos, estimado Claudio.
Excelente y jugosa diatriba, estimado Claudio. Hay derecho al cabreo cuando esta panda de oportunistas se esta farreando la plata del pueblo y de paso, enriqueciendose a manos llenas. Circo "Siglo 21", deberia llamarse, que por todo lo expuesto y por las singularidades que tan bien describe, por el colorido y parafernalia de los que hacen gala, superan con creces a una ópera bufa. Saludos.
ReplyDeleteCirco, ópera bufa, pasarela, estrado, quién creyera que estamos hablando de un país. Hay de todo en este bestiario del siglo XXI, elementos que reptan, pegajosos, hediondos, negras salamandras del averno, así se nos aparezcan con terno o con abarcas.
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