Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Anoche,
preparándome para salir al trabajo, encendí el televisor y estaba Jorge Lanata
en un programa entre periodístico y de humor. Pantalón, camisa, cinturón,
botas, iban llenando el cuerpo para evitar la casi sospecha de helada afuera.
En la pantalla hablaban de aviones, de la era aviadora que los K habían
inaugurado en grande en su país, con helicópteros por aquí y por allá, con
motivo o sin motivo, por capricho del Delfín o la Delfina, o porque carajo aquí
yo mando.
Miré mis botas
oscuras por la humedad de la noche. Cien veces se habrán mojado con lluvia, con
nieve, y cien secado. Pensé en alguien que sugirió que los inmigrantes
(bolivianos en mi caso) vinimos a mendigar al norte. Si supieran que no andamos
de serenata, ni saludando, ni servite,
ni garapiña o platito de la tarde. Otra es la historia; una que no imaginan. Y
salvadas las diferencias de suerte o elección, sobrevivir afuera es siempre más
duro que hacerlo en casa. Entonces, a callar, a puntear la guitarra y gorjear
como jilguerillos que para no otra cosa sirven.
Observé los
botines recién amarrados, toscos y deformes por los avatares del clima, al
mismo tiempo que estudiaba al delincuente Amado Boudou, vicepresidente de
Argentina, imitado por unos actores en lo que mejor hace: robar. Este al
parecer insignificante punto es el origen de todas las luchas sociales: unos
trabajan, otros no. Unos se ganan el pan; otros lo hurtan. Fuera de lo que
Lanata crea o busque, existe la dolorosa certeza de que en América Latina se
han fundado monarquías usurpando la voz del pueblo y enriqueciéndose a su
costa. En Bolivia se incluyó a grandes sectores populares, dígase cocaleros,
cooperativistas mineros, etc. en el vértigo delincuencial a modo de garantizar
careta ante los adictos europeos de izquierda (bien lejos de sus territorios,
por supuesto), y dorar la píldora del socialismo sui géneris que abunda en
especímenes de bestiario medieval.
Hombres pájaro,
castrados, maricas, plañideras, viudas, zombies, hienas, cueros, flautas,
pederastas, narcos, de todo hay y continúan inventando, porque esta historia da
para mucho y parece nunca acabar. Y mirando el cuadro de las opciones, volcamos
páginas con fauna zoológica de no mejor especie. Habrá que hacer saltar el
mundo. Necesitamos revolución francesa ahora que la nueva burguesía se amaña
con el poder y ejercita un circo pueril en el que danzan alelados los
imbéciles. O una bala de plata.
El listado
continuaba a tiempo ya de salir. La noche estaba fresca y conejos y zorros
correteaban por el pasto. Hay algo que se llama independencia, que aparece
sutil cuando se aspira el aire de la noche en soledad, justo antes de lanzarse
a vencer oscuridades y debilidades que uno aprendió. Triste debe ser el papel
de los ladrones en posición de gobierno. El falso hippie Boudou jamás podría
saber de libertad. La mente de estas bestezuelas reinantes los limita, los
clasifica en escala menor, como el perro hambriento que se engolosina con las
sobras y espera siempre más y más.
Tres iban a
reunirse en Cochabamba, con ánimo de mosqueteros. Mosquitas. Finalmente Maduro,
hijo necrofílico de quien hizo más que nadie por derechizar Venezuela: el
otrora bufón y hoy cadáver Hugo Chávez, decidió no asistir. Lo resfriaron los
peligrosos aires que siguieron al fabuloso cargamento de droga que hallaron en
Francia. Noticias que causan gripe, sin duda, si hasta la medicina se inventan.
De los tres quedaron dos, biónicos, la soprano y el zaino, echándose flores
como meretrices en campaña por la diputación.
¡Cuánto engaño!
Pero la culpa es de quien se deja engañar, porque pillos al acecho abundan,
sobre todo los que practican el paso de ganso con la pierna izquierda. Señorías
y majestades, emperadores y emperatrices por arte de birlibirloque, y eunucos
reforzados en lecturas de tocador. Viva la revolución.
14/10/13
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Publicado en El
Día (Santa Cruz de la Sierra), 15/10/2013
Imagen: Rey Momo, antiguo pomo de carnaval
Bestiario medieval. Tal cual, estimado Claudio. Cabal monarquía la estirpe del cocalero para una nación irremediablemente chusma.. Y q acusen d racismo o lo q antojen los graznidos mojigatos, pues los hechos hablan irrefutables: Maravillados los millones d monos aplauden cada canchita y cada estadio por doquier y casi cada dia. Maravillados acuden a bailar megaentradas folkloricas en Buenos Aires (a mostrar la nuestra rica cultura!!, dicen) televisados en vivo y directo por canal -y con dinero- público. Maravillados miran jugar al neanderthal futbolero. Y ni hay harina ni azucar ni frutas chapareñas (q antes abundaban y eran accesibles hasta pal muy pobre). No hay ni paz ni sosiego ni por las noches, porque a diario miles d hijuepus con comparsa y santo, bloquean alegremente calles y avenidas. A diario meten banda, baile y petardos atómicos hasta la hora q se les venga en gana (y ni a quien quejarse por ello). Aquí y así, no hay pais ni esbozos d "ciudadanos", pero el inca perora d soberania alimentaria, d desarrollo, d dignidad, d vivir bien... Y le aplauden sus maricas, sus celestinas, sus estultas voceras y los millones d monos q esperan mas y mas bonos...
ReplyDeleteEn un villorio sin ira ni descontento; en un villorio d imbéciles tan festivos e inmensamente complacidos, no hay ni habrá -tristemente- lugar pa revoluciones d verdad ni pa propicias guillotinas. Hecatombe -y sin supervivientes- es lo q se merece éste rico terruño pero maldito por semejante (peste) gente. Solo así, quizá, se borre la viciada mixtura inca/española d lo infamente heredado; porque con lo q dictan los genes, poco o nada se puede hacer para bien.
Abrazos, estimado Claudio, y mil disculpas por la parrafada. Cosas d la ira.
Es risible la intencion de estos nuevos monarcas que buscan torpemente imitar el estilo de vida de las casas reales europeas. Hablando de delfines y delfinas, es terrible y nauseabundo saber cómo las proles disfrutan de los placeres que concede el poder: el hijo mayor de Bachelet, que tendra mi edad, de la noche a la mañana apareció con varios coches de lujo. El gordo Kirchner es un vago. El hijo de Lula metido en negocios turbios. Ni hablar de la prole del difunto Chavez. El vice nuestro nos obligó a pagarle su pintoresco matriqui y quiso que costearamos los viajecitos de su mujer y en el paquete quisieron meter a la hija de Evo. Qué coincidencia, todos son de la misma ideologia. Con razón se habla tanto de la izquierda caviar. Eso sí, lagua y aji de fideo para las bases. Cuanta desfachatez de estos salvadores del planeta. Menos mal que Mujica no tiene hijos y tendriamos completo el panorama. Saludos.
ReplyDeleteClaro y contundente, José. La izquierda caviar, qué bien está eso. Con Mujica me pasa lo mismo. Muy modesto el hombre, pero demasiados mimos con los monarcas vecinos. Sé que se necesitan buenas relaciones, pero ese afecto llamémoslo ideológico me pone los pelos de punta. Y valga la ira, Achille, que según el viejo William Blake, los tigres de la ira son más sabios que los caballos del placer. Así como estamos, muera esta revolución.
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