Claudio Ferrufino-Coqueugniot
El 2006, el Boston Consulting Group, asesores financieros privados, emitió un reporte acerca de las 100 compañías de países en desarrollo que podrían alcanzar preeminencia en el mercado mundial (Challenger 100), desplazando a los tradicionales Estados Unidos, Alemania y Japón.
Negocios de 14 países fueron incluidos: China, India, Brasil, México, Rusia, Turquía, Malasia, Tailandia, Argentina, Chile, Egipto, Hungría, Indonesia y Polonia, en ese orden, con China con casi un 50% del total.
En dos años, y al ritmo en que el mercado globalizado funciona, muchas de ellas ya adquirieron la ansiada posición, siendo la última la del clan brasilero JBS S.A., procesadores de carne empacada que con empresas de su propiedad en 22 países, incluyendo Swift & Co. de los Estados Unidos, se ha convertido en el mayor del rubro. Su diversificación obedece a las necesidades del mercado -también culturales- y permite ganancias en sectores no tradicionales. JBS vende hígado en Egipto, tripa en España, corazón en Rusia. Se especializa además en carne kosher, preparada bajo los preceptos de la religión judía, a la vez que en la de tipo halal para los países islámicos según su dogma.
Brasil cuenta con otra megaempresa, asociada con Interbrew de Bélgica, Inbev, que al comprar Anheuser Bush, de EUA, en julio 2008, se ha convertido en el más poderoso consorcio cervecero, productor de nombres como Budweiser y Michelob, Brahma, Stella Artois, Bass. Duro golpe para un icono cultural-económico como fue la Budweiser en los Estados Unidos.
América Latina cuenta con otras gigantescas empresas globales. México se anota con 7 capaces de alterar el equilibrio mundial y superar y reemplazar a otras del Primer Mundo. Una es el Grupo Bimbo, de productos alimenticios. Argentina tiene el mayor productor de tuberías de petróleo del orbe (Teneris), mientras Chile es hegemónico en en transporte marítimo de containers con CSAV. Un panorama de transformación de mercados y de fortunas.
Lastimosamente, y a pesar de que el engrandecimiento de las compañías implica mejor bienestar y salarios, amén de trabajo, las diferencias sociales se mantienen con impunidad aterradora. No significa que ya que América Latina cuenta con 22 de las 100 empresas de países en desarrollo listas para afianzarse en el mercado global, las economías locales prosperen parejas o que el nutrido grupo de mano de obra que permite parte al menos de esta opulencia salga de su paupérima condición. Nada más ejemplificador al respecto, al otro lado del mundo, que la China comunista que resultó ser el más despiadado explotador de trabajadores conocido.
04/08/08
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Publicado en Opinión (Cochabamba), 08/2008
La CSAV, a cargo de la familia Luksic, provenientes de Dalmacia, y convertidos hoy en el más poderoso grupo económico de Chile,poseedores de una de las fortunas más grandes del mundo. Y también está Ultramar, otra poderosa compañía marítima, de la familia Von Appen, hijos de un juez nazi que huyó a Sudamérica. El retail es otro monstruo chileno con presencia en muchos países. Sin embargo, todo esto no contribuye a que el 80 de los chilenos sobreviva con sueldos de hambre a través de una angustiante bicicleta financiera que les arrebata la vida entera.
ReplyDeleteUn abrazo afectuoso, querido amigo.
Así siguen las cosas en nuestra América, querido Jorge. Mucha cháchara acerca de las venas abiertas, el pueblo y la revolución. Unos y otros son lo mismo. Lucrar sin dejar nada, o muy poco, capitalistas o los otros... Abrazos.
ReplyDeleteDonde puedo conseguir el producto
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