Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Es obvio que las
condiciones de los mercados internacionales de materias primas están variando.
La desaceleración china, la mayor producción de petróleo norteamericana, y
otras, obligan a países en desarrollo o a dictaduras monoproductoras a cuestionarse.
Rusia e Irán se ponen de algún modo en la cuerda floja. Algo que conviene,
hablando del petróleo, a los sauditas, que ven en Persia el enemigo principal.
Sus reservas les permiten hacer la vista gorda en la caída de precio del crudo.
Pueden aguantarlo sin mayor problema. No sucede con Venezuela donde el
entusiasmado monigote llamado Maduro se cree con dotes de profeta, a pesar de
que todo indica que tendrá que arreglárselas como fakir acostado en clavos.
Evo, el
Bienamado, debiera preocuparse de la casi debacle del estaño y otros minerales.
Es sabido que los achachilas no tienen mayor poder tecnológico como para
acelerar, mejorar, o transformar producciones mineras. Aparte que están los
cooperativistas, en su mayoría delincuentes que amenazan el legado
medioambiental de todos y que se enriquecen a cambio del voto y cuitas
secretas. La retórica insulsa de adjetivos y manos en el aire de García no
bastan para sostener un país, a pesar de ser este Bolivia donde con un poco de
baile y abundante trago se mantiene a los brutos en reserva activa.
Pero existen
decorados, bambalinas que tanto gustan a este pueblo, tanto como los
entorchados, y que el gobierno sabe manejar tan bien. En eso, hay que reconocerlo,
actúan con inteligencia; han comprendido que la idiosincrasia local no va con
análisis ni razonamiento sino con morenadas. Decorados son el teleférico, las
canchas de fútbol, el juicio de La Haya. Sin embargo, incluso acá, tiene que
llegar el momento en que la caída de las exportaciones nos afecte, a pesar de
que el dinero extra, el del narco, se acrecienta por lo popular y revolucionario
de este negocio. No importa, en la lógica masista, ser esclavos de alguien o
algo mientras pague. Dada la verticalidad de los orígenes, de eternos curacas,
amos, dirigentes, Bolivia ve la servidumbre, el pongueaje -incluso mental- como
tradición. Por eso nunca llegaremos a la luna, a pesar de que siempre ganemos
en torneos folklóricos.
¿Exigirá eso un
cambio de frente? Lo dudo. Bolivia se maneja como un sindicato cocalero. Al no
haber disensión, confrontación, lo oscuro se esconde tras falsos matices,
biombos que los nuevos colonizadores ponen para los nuevos indios, con
florecillas, idílicos paisajes, grama sintética en el frío cabrón del Ande, y
mucha retórica de hermanos y hermanas y fotos de los jefes juntos simulando un
matrimonio feliz. Total, a momento de hundirse el barco, estos ya se aseguraron
naves fuera de borda para huir, no aquellas ficticias chinas que nos compraron,
y cobraron. Decía Lanata ayer en su programa, por mencionarlo, que el Papa
viajaba en avión comercial, mientras que Kicilof y otros rateros argentinos lo
hacían en multimillonarios jets privados. Habría que mandar registro de cómo lo
hacen aquí los pobrecitos indígenas, como el viceministro de descolonización en
Suiza a tiempo de recuperar el ekeko, mientras compraba con su séquito lo
último del capitalismo para exhibirlo en casa, de vuelta, bien cubierto de
plástico.
No cabe esperar
nada. Se seguirá apostando a La Haya, juego en el que caen hasta intelectuales
con algún valor -no hablo de Mesa-. De todos modos, nos acostumbramos desde
siempre al hambre tanto como a la limosna. Con caricias, compadreríos y
bastante chicote, esta recua seguirá andando ajena a la historia y a la
modernidad.
12/01/14
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Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 02/12/2014
Fotografía: Moreno antiguo de la fraternidad Los Catedráticos de Achacachi
Qué se puede esperar en un pais de “lataphukus”, seguir dándole a la matraca es lo que se estila. Duele saber que hasta nuestros universitarios de San Simon se preparan con ahinco (sonaban los altavoces de música de los ensayos en el patio de la carrera, mientras pasábamos clases de noche) para la gloriosa Entrada universitaria. Eso sí, ni un solo proyecto cientifico o tecnólogico que aportar al mundo. Pais de chiste tenemos, lleno de paladines ultradefensores del folclore que por poco le declaran la guerra al Peru por el plagio de los bailes y trajes y por su “atrevida” aspiracion de que la festuividad de Puno sea reconocida poir la Unesco. Nosotros habiamos sido los campeonisimos y unicos inspirados a lo que folclore atañe. Será que estamos tocados por los achachilas, ekekos, el rey Momo, y demas espiritus del bailongo. Saludos.
ReplyDeleteLo expones de manera precisa, José. Respecto a la diablada, que es un baile fascinante, y en su versión boliviana quizá el mejor, reclamarlo como propio es audaz. Hay diablos por toda América, en Cuba, en México, y tal vez todos tengan un origen común con características locales. Pero esa manía de ser los inventores del mundo sin haber inventado otra cosa que el Viernes de soltero, es pesada. Saludos. (De ahí el líder máximo...)
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