Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Pub de jóvenes mujeres que bailan con suaves caderas rubias.
Es El Gallo Negro y el símbolo del bar, el ave, está de pie en el cartel, afuera, mirando la calle que despierta la noche.
Cervezas de Europa. Dublín se ha trasladado a Washington DC; hasta los maderos y los cuadros llegan de Irlanda. Se sirve la bebida desde barriles, en vasos de a litro. Crecen el negro licor y la blanca espuma.
Uno habla de Joyce. Pero él no vive allí, no encaja. Los jóvenes quieren beber y amar. Con muchachas dadivosas no hay literatura que valga. No cuando la opción es entre el beso y la palabra.
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Publicado en OPINIÓN (Cochabamba), 24/01/1992
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