Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Años van en que
se esperaba la entonces “inminente” caída de los regímenes populistas en Sudamérica. Mucho ha ocurrido y en
realidad poco. Dilma fue expulsada pero Lula, que debiera estar preso con un
par de décadas de cárcel encima, sigue libre y disfrutando los frutos del
latrocinio.
Ni hablar de
Venezuela, donde Nicolás Maduro baila en la cuerda floja, se supone, y sin
embargo, con sus asociados, se da vida de sultán y que bien nos vaya al resto.
¿De dónde la máquina oxigenadora que les permite seguir vivos? La falta de
institucionalidad es la respuesta. En países como Brasil y Argentina aquello
pareció pintar mejor y sin embargo el lodo que golpea como péndulo entre
izquierda y derecha moja a todos, o casi. Resulta que al no haber decencia a
simple vista lo más inteligente es remover la sopa solo para que no se queme y
no para servirla. Pecaríamos de ilusos al creer que gente como Macri o Temer
habría inclinado la balanza. Eso diferencia al sur del norte, Estados Unidos,
donde un patán de feria intenta socavar lo poco o mucho de sólido que tiene la
democracia norteamericana. A diferencia de aquellos detrás del río Bravo existe
allí una larga serie de notables de quienes se puede asegurar honestidad, al
menos.
El caso boliviano
va por ahí. Cuando las cosas semejan acorralar al régimen este escapa del
abrazo como pez gato, de esos que se alimentan de desperdicios en el fondo.
Algo sin aparente fin, término. Cualquier cosa puede salir en prensa para
desprestigiar al líder y no solo se mantiene este incólume sino afianzado por
la masa estupidizada. La crítica urbana, así la creyésemos mayoritaria, no
tiene el peso necesario para siquiera investigar los flagrantes actos de
corrupción; mucho menos para cuestionar la permanencia de los amos en el poder.
Ausencia total de una oposición seria, ausencia, otra vez, de líderes probos y
valientes, da largas al asunto, y no será extraño ver al dúo dinámico,
Morales-García, abriendo los festejos del bicentenario.
Horas ya en que
una comisión de representantes del congreso norteamericano hace preguntas al
director del FBI y de la NAS, respecto al “espionaje” de Obama sobre Trump y de
las relaciones del presidente actual y sus asociados con Vladimir Putin y
Rusia. Cierto que el interrogatorio es ferozmente partidista y que los
republicanos quieren centrarse en cosas adyacentes al tema principal (que puede
incluir traición a la patria y negocios ilícitos de míster Trump con los
oligarcas rusos), pero al menos se airea el conflicto para el público. Es obvio
que la chusma “trumpiana”, de escasísima educación y que lleva Biblia y pistola
en los calzones como única fuente de conocimiento sacará conclusiones de pobre
análisis, pero hay gente, mucha, en el país que podrá definir con claridad de
lo que se trata. Es indudable, diré aunque no sea políticamente correcto sin
pruebas aún definitivas, que la mafia familiar Trump y Compañía ha tomado la
elección como un negocio particular y lo está haciendo de maravilla. Mientras
el asno mayor distrae a la opinión pública con ñoñerías y estulticia festiva
para las masas, el dinero fluye en inundación a su bolsillo.
En la América
“abajo” de vez en cuando hay voces que se levantan, desde hace no mucho debo
decir en el caso boliviano, porque antes, pocos años atrás, esa tertulia
vociferante -hoy opositora- que incluye políticos, opinadores y periodistas
tomaban como pecado cuestionar al señor Morales y al “proceso” en nombre de una
parodia de democracia. Está bien, supongo que existe alguna capacidad de
aprendizaje en ellos que los llevó a convertirse; eso espero. Sin embargo,
duele pensar que se está tejiendo una caída para levantar otra trama igual de
corrupta del otro lado. Quizá, retomo a la pérfida China comunista para ello,
se necesitará pasar por las armas unos miles de corruptos para aliviar en algo
la alcantarilla. Habría que considerarlo.
20/03/17
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Publicado en EL
DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 21/03/2017
Imagen: La Avaricia/Jacques Callot
No he visto que se levanten voces cuando el caudillo gastò al menos un cuarto de millón de dolares para ir a Cuba a tratarse una sinusitis y afección de garganta que perfectamente podia haberse realizado en el pais. Mientras el curaca gasta dinero ajeno a montones, hay gente que muere de inaniciòn como la niña de una familia alteña que vivia en la miseria mas absoluta (y de seguro que hay mas casos). Y todavia tienen el descaro de autoproclamarse como el gobierno de los más pobres.Saludos.
ReplyDeleteEs que la parodia olvida hasta sus propios engaños y se desenmascara ya ajena a si la crítica ha de notarlo o no. Saludos, José, esperando que retomes tus escritos.
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