Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
El Parque
Tunari se incendia de nuevo. Nunca olvidaré a mi padre diciendo, cincuenta años
atrás, que el “indio” era enemigo del árbol. Y de ese origen, del que venimos
todos, en más y en menos, ese odio se hizo extensivo a gran parte de la
población, a campesinos (en su nueva definición), señoritos, damas de alcurnia
y cocineras. ¿Será Bolivia la próxima Isla de Pascua? El canibalismo político
se convertirá en canibalismo a secas en el desierto.
El New York
Times publica un artículo de opinión sobre la fogata del nuevo Nerón en
Bolivia. Dice, claramente, que las políticas agrarias de míster Morales, el
yanqui-llockalla, son iguales a las de Jair Bolsonaro. Habla, sin utilizar esta
palabra, de la conjura del cabezón con la agroindustria cruceña. A devastar la
naturaleza para enriquecerse. El Cabezón ya es rico, mucho más rico que Trump
¿qué más quiere? Legado no dejará, uno positivo. Al final será olvidado como su
sosías venezolano, esa otra escoria que se llamaba Hugo Chávez, un monigote
torpe y vil, como este.
Dice el texto
de Manuela Lavinas Picq, en inglés, de
casi diez millones de acres (cinco millones de hectáreas) quemados por la
desidia y la mala fe del Cabezón. Un acto de terrorismo que afecta a la
humanidad entera. Basta eso, creo yo, para encarcelar a este tipo por 30 años
al menos en cualquier corte internacional. Los voluntarios extranjeros comentan
que mientras ellos apagan el fuego, los “hermanos” masistas lo renuevan en otro
lado. La ejecución inmediata debiera ser regla al encontrarlos con las manos en
la masa. Acto de fe con la misma gasolina que utilizan. Ni juicio cabe ya
siendo que vivimos en tiempos de Cabezón I, rey de la coca-cocaína, príncipe
del porno cocalero y eunuco de sultanes mayores.
Un
multipremiado escritor boliviano me comenta hace unos instantes que salió a
pasear en bicicleta por Cochabamba y que casi se asfixia. El humo de los
incendios del Tunari invadió la ciudad. Quizá, si queman todo, los
narcofolkloristas que sabemos construirán foros mussolinianos, hitlerianos,
sobre las brasas, loando al caudillo y su peinado permanente, el corte libro,
partido en dos, y las inexpugnables cerdas.
Leen mis
textos y se quejan de demasiada violencia. ¿Y qué es lo que se ejerce sobre
nosotros? No está en mí aceptar el chicote del supuesto amo sobre mi espalda.
Hay que defenderse, quitarle el chicote, y apalearlo hasta que no pueda más.
Luego tirarlo en la cloaca a la espera de decisiones y colgarlo. ¿O hay otra
salida? La broma pesada de las elecciones no llevará a nada. El amo y su
hetaira blanca van a hacer lo que les dé la gana. Ya se aseguraron miles de
millones en cuentas de islas remotas, a semejanza de la prostituta Kirchner. No
se los puede dejar escapar. Ni los masacradores turcos del pueblo armenio se
libraron del castigo. Los siguieron hasta sus refugios y los terminaron.
Evo Morales
es un ecocida, genocida y otros menesteres traficantes. Criminal internacional.
No se le puede permitir más. La estupidez gringa hará poco. La justicia está en
las propias manos. Él mismo lo dictaminó como ley: justicia comunitaria.
Justicia popular. Que es cuestión de tiempo, sí, pero el tiempo para una vida
es breve y si se aguarda morirá de viejo. Hay que hacer responsable también a
su entorno, a instituciones, a grupos privilegiados. Bolivia necesita seguir los
pasos iniciales de la revolución irania,
donde se descabezó de manera brutal el antiguo régimen. Sin distinción de
género ni raza. La ira de Dios, aunque Lope de Aguirre no esté, el gran
rebelde.
29/09/19
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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 01/10/2019
tan cierto, mi querido Claudio, que el tío Negro, que dominaba tan bien el quechua, me explico que Kanata, toponímico de este valle, viene de kh'anar, que es: QUEMAR. Por eso el nNombre con el que designaban a los habitantes de este hoy , mas que nunca, valle de incendios; los kanatas, los incendiarios...
ReplyDeletelo horrible, que nos está llevando a la depresión colectiva y la desesperación, es que el "cabezón" como tú le dices, para mi simplemente LA BESTIA, va aganar en las elecciones, por la inmensa estupidez de los bolivianos ignorantes, rentistas y oportunistas del momento. Para mi que ya se jodió Bolivia, para siempre, o por mucho tiempo. Sin embargo hay que luchar, no hay bestia invencible, ni satanás que resista con tanto error, corrupción y mentiras.
Querido Fernando, siento ser tan pesimista como tú, llamémonos realistas. La Bestia nos jodió por veinte años al menos. Tú y yo no veremos la recuperación, si alguna hay. Gracias por lo del tío, no lo sabía. Mi padre, muy perceptivo, caló a este pueblo en lo más profundo. Me enseñó mucho. Abrazos y ni Satanás se salva del castigo.
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