Tuesday, November 30, 2010
Mágico capitalismo/MIRANDO DE ARRIBA
Los tangos de Ada Falcón -orquesta de Francisco Canaro- pesan hoy, puesta de sol de Aurora (paradojas...), Colorado, con sus destellos de amores perdidos, y otros destellos.
Una vecina, casi anciana, nacida en Francia, en Lyon (Lyon está a 500 kilómetros de París, me aclara), llega apenas con un andador a la puerta de su triste automóvil. Hablamos del calor extremo del día. Voy al supermercado -continúa- porque allí está fresco. Quiero escapar del departamento; no puedo pagar el aire acondicionado. Entre lechugas y pollos congelados estaré mejor. Sentada, mirando el mundo discurrir, mientras la muerte se mece entre batatas y puerros, mermeladas y papas fritas, pasan las horas hasta que con el crepúsculo regresa a su solitud sombría.
Envidia mi perro; es su "niño", repite. Los hijos, si los hay, evanescentes como el humo, siguieron los caminos que el azar tiró a sus pies. Hablará hasta medianoche con el televisor. La escucho abrir la puerta del patio, esperando al menos un ladrón que muestre presencia humana. Por el patio entra la noche con ruido de regadío, y los números del calendario caen como uvas que no se pueden comprar.
¿Es éste el país de la libertad? Freedom es la palabra inglesa más expresada después de Fuck. Ambigüedad de una sociedad enseñada a obedecer que, en instantes, enloquece y pierde control. Lo explicó hace varias décadas ya Octavio Paz; va desmoronándose paulatinamente.
La orquesta de Alfredo de Angelis toca el vals Soñar y nada más ahora. En la música perecen el calor, el desempleo, desamor. Aumento el volumen para que escuche la vecina. La imagino añorando los cincuentas: el vals, la vieja mussette, le tango argentin. Buscarán sus ojos en el cielo "estrellas de divino resplandor". Si las encuentra, habrá conseguido vencer a la cohorte de cobradores, arrendatarios, jueces, la ley implacable e inmaculada de los Estados Unidos.
In God We Trust reza el dólar. No, no creemos. We do not.
Llegará el día en que los supermercados se llenarán tanto de gente, en busca no de pan sino de aire acondicionado o calefacción, que tendrán que cobrar entrada. Mientras tanto, en esta danza de billones del capitalismo "americano", donde un grupo de sátrapas cobra sumas inverosímiles como bonos, el ingenuo Obama se desliza humilde en medio de la judería dueña, permitiéndosele hacer simples concesiones a los pobres mientras no se toque los fundamentos de la "libertad".
Se debiera arrastrar al paredón a ese God (Dios) que habita en el dólar, que miente y encubre a los que explotan.
2/8/09
Publicado en Opinión (Cochabamba), agosto 2009
Imagen: Dólares
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