Wednesday, January 12, 2011
Encrucijada/MIRANDO DE ABAJO
Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Ni siquiera debemos hablar de una encrucijada para el gobierno de turno. Este, como tantos otros, pasará a mejor vida en relativo corto plazo. La opción de gobernar por la fuerza ya se ejercitó antes con rotundo fracaso. Lo que lo animó fue que con la presencia del indio como sujeto politico, como debió haber sido hace mucho, parecía que en verdad se abría un plano desconocido de la historia boliviana. Resultó que eran los mismos arribistas de siempre, con una retórica un poco diferente pero en nada distinta al altoperuanismo que nos caracteriza, basada en la angurria y en la mixtura ideológica urgente para confundir.
Se vivió hacia afuera, con ánimo de modistos, no de estadistas. Vender una imagen fue prioridad, desdeñando la velocidad con que transita el global y deshumanizado mundo. Los fracasados de la izquierda boliviana, duchos en doblez y traición, le hallaron la vuelta –de nuevo- para continuar con el saqueo nacional, avivando para ello profundos rencores resultado de las prácticas racistas de quinientos años ininterrumpidos. La opción propuesta no fue la de activar aquellos grupos en aras de algún tipo de construcción. Por el contrario se quiso usufructuar su condición de esclavos para imponerles un rey; burdo aprovechamiento de características étnicas en aras de continuar la sinrazón del eterno garrote.
Está por terminarse. El desmanejo económico que caracterizó a las dos administraciones (¿?) Morales ha tocado fondo. Para colmo la nueva presidente de Brasil, Dilma Rousseff, va a movilizar gran número de tropas a su frontera con Bolivia, para impedir el ingreso de la droga que se produce allí, y cuyos dividendos disimularon la realidad. De pronto las puertas del sustancioso tráfico de cocaína se hallan controladas. Cortadas sus alas, las federaciones cocaleras perderán terreno, y la singularidad de su “revolución”, de hummers y artículos suntuarios, cederá paso a que si no se trabaja nos iremos volando a la mierda. De volada, dicen los mexicanos.
Cabe preguntarse ahora qué es lo que reemplazará el corto reinado del curaca que fungiendo de pluriétnico no fue nada, de aquel que desoyó las enseñanzas del gran José María Arguedas acerca de las capacidades del mestizaje, de aquel que sobando el lomo indio rodeóse de los mismos acostumbrados a construir sus fortunas sobre tal lomo, incluyéndolo. El panorama está vacío. No hay figuras que brillen por talento y/o decencia. Tanto vivimos en el lodo que se ofusca la mirada. Lo que sí, ya habiendo alguno o algunos, cuya solidez esté en el trabajo y no en la consigna, y cuyo interés sea el beneficio popular y colectivo, así como la preservación del poco y violado medioambiente que nos queda, deberá mirar el horizonte boliviano como una conjunción de fuerzas diversas, de donde no se debe excluir a nadie, ni los muchos indios, ni los pocos blancos, y aceptar que en la hibridez está la fuerza, que razón sobra de participar todos, y todos ganar en un país que idílicamente deje sus taras y sus vicios.
09/01/2011
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Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 01/2011
Publicado en Semanario Uno (Santa Criz de la Sierra), 02/02/2011
Imagen: Alegoría de una encrucijada
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