Tuesday, January 11, 2011
Militares, otra vez/MIRANDO DE ARRIBA
Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Una desalentadora noticia ilustra la primera página de USA Today en estos días: la renovación del entrenamiento norteamericano a militares de la América Latina.
Este asunto había sido detenido con aquellos países que se negaban a aceptar la impunidad de las tropas o militares norteamericanos, de hacerlos inmunes a cualquier juicio sobre crímenes de guerra. Mas ahora, que de acuerdo a Condolezza Rice Estados Unidos, al hacerlo, "se disparó en el pie", se inhabilitó -digamos- en esa región, desean recuperar el terreno perdido.
Que consulten a las víctimas que semejante "instrucción" trajo, creando una casta de zánganos inservibles, buenos únicamente para robar y reprimir (ahí, como estrella rutilante, brilla el delincuente Augusto Pinochet).
El problema según los analistas norteamericanos es que dada su ausencia, países como China aprovecharon la coyuntura para ser ellos los que se encargaran de los intercambios militares, con Bolivia y Ecuador por ejemplo. No olvidemos que el norte siempre consideró al sur parte de su imperio hereditario y creyó que a pesar de sus desdenes éste seguiría fiel a sus mandados. El mundo global que se impuso ha servido en parte también para deshacerse de los amos, al menos nominalmente. Pero ahora con Chávez, Morales, Ortega en Nicaragua, el Pentágono se espeluzna otra vez con el fantasma del comunismo. Escaso es su análisis y menor aún su inteligencia.
Estados Unidos ha levantado la prohibición interna de proseguir con entrenamientos de oficiales latinoamericanos en USA. Poco les duró el desplante de la impunidad. En este mundo de hoy el que no corre vuela, y los Estados Unidos se van rezagando en muchos sectores. Lo malo es que no necesitamos su avanzada justamente en eso. Bastante daño ya causaron con las promociones de criminales egresados de la Escuela de las Américas. No queremos volver a los tiempos en que Barrientos se paseaba en la embajada con su traje de sirviente mientras se endiosaba ante su pueblo. De una vez por todas, esa es una institución obsoleta, mantenida solamente con ánimo de lucro por las grandes compañías de armamento.
En Bolivia no se necesitan generales. Ese dinero tendría que emplearse en médicos y maestros, en comunidades agrícolas e industriales, en distracción para los niños. De todos modos, con sus orondos oropeles y entorchados, sus vanidosos uniformes y medallas, podrían dedicarse a vender helados, en carritos de dos ruedas, por entremedio de las fervientes multitudes de los mercados.
12/11/06
Publicado en Opinión (Cochabamba), noviembre 2006
Imagen: Caricatura de Quino, 1973
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