Wednesday, July 6, 2011
La afganización de Irak/MIRANDO DE ARRIBA
Vuelco la cabeza hacia el televisor: pasan una serie histórica mexicana. El embajador norteamericano Henry Lane Wilson decide el destino de Francisco Madero y de Pino Suárez, temprano ejemplo de la intervención norteamericana en los asuntos ajenos.
Fueron México, Nicaragua y la República Dominicana; hoy Afganistán e Irak. Pensaba antes que lo que ocurre en Bagdad y sus alrededores ahora sucedería, como anteriormente con la invasión rusa, en Afganistán. Sin embargo parece que este país se ha detenido en el tiempo, que la incursión del Talibán y su expulsión no son más que parte de una ancestral tradición de luchas entre caudillos. Nada ha cambiado y diversos señores de la guerra operan sus regiones tribales como entes autónomos con una ligazón sólo nominal con la capital de gobierno. Fuera de Kabul, donde actúa una mixta fuerza militar extranjera, Afganistán sigue siendo tierra de emires y de khanes, individuos que dispensan dádivas o muerte según su humor y que lucran gracias a su poder armado de la miseria general. ¿Guerra de guerrillas contra el norteamericano? ¿Para qué? Estados Unidos ha barrido un peligro mayor que era el Talibán y ha puesto las cosas en un orden anterior ya establecido.
La invasión hizo el papel de gringo tonto. Afganistán no ha progresado ni lo hará. Mister Bush que habla tanto de reconstrucción, sin poder siquiera construirse él mismo, ha fracasado. Sus tropas deambulan cazando fantasmas por la montaña, super equipadas e inservibles, como lujosa marioneta de metal.
La reacción que se aguardaba del Afganistán de post guerra se ha trasladado en su lugar a Irak, región donde la clase media árabe siempre ha sido estable, hecho que supondría mayor tranquilidad o pausa para aceptar una situación similar. Ya Thomas Edward Lawrence recalcaba que los iraquíes eran árabes aburguesados y que la revolución no partiría de ellos sino de los más independientes e indisciplinados beduinos de Arabia. La intervención norteamericana ha despertado en apariencia zonas dormidas de esa sociedad. Es posible que los ataques contra los soldados estadounidenses sean realizados por elementos adictos al antiguo régimen, dispuestos a no perder o a tratar de recobrar sus prerrogativas. Hacer guerra a un enemigo de indeterminado número y escondido en el paisaje general es muy difícil, más aún si la resistencia se convierte en mentalidad nacional y popular. Las experiencias de Argelia y Vietnam son bastante claras para desanimar a cualquier imperialismo.
29/6/03
Publicado en Opinión (Cochabamba), junio, 2003
Imagen: Imagen afgana
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