Tuesday, October 18, 2011
Apuntes al vuelo/MIRANDO DE ABAJO
Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Doy una ojeada, nada más, a las tendencias fascistoides de Alison Spedding, cocalera, en un detestable pasquín que publica. Ni pena vale ahondar en lo burdo de sus argumentos. Le hicieron creer que escribía, y que era algo especial por cagar a la intemperie. Lo hacen los indígenas del TIPNIS que desdeña, esas madres que son lo que ella jamás podría ser, porque son pobres, abusados por los de antes y los de ahora, sobre todo los últimos que se encaramaron a robar a expensas suyas, con el discurso de su defensa. Que cada quien se gane su dinero como pueda, le diría, pero hay más honradez y respeto en ganárselo de puta que en rebuznar con la lengua hinchada.
Sin embargo no es única en la infamia. Hay un amarro de descastados que opinan igual. Se dicen intelectuales, pensadores, se refocilan en plagios faltos de imaginación, se retroalimentan y juran y rejuran que en la tierra no hubo futbolista mejor que el señor Morales. ¿La lógica? Gobernar es patear una pelota, o dar de rodillazos al contrario. A eso se reduce la labor de estadista boliviano. Me pregunto qué ganan con ello; habrá dineros que pagan plumas o simple estulticia. Reviso y observo que la mayoría careció de opinión política previa. Será que el presidente indio los embarazó de promesas, ya que dice preñar a todo bicho que camina (malparafraseando al Martín Fierro), pero sigo sin comprender. Y cómo no, justifico, si la teoría -si hay una- del gobierno es una mezcolanza de la raza cósmica de Vasconcelos y el surgimiento del capitalismo ¿socialismo? tardío. Algunos parecen jugar al mayo francés, sin reparar que el 68 quedó 40 años atrás, y que el señor Cohn Bendit es un sano político de la Unión Europea, de corbata y paletó.
Disentir es un derecho, pero ellos no disienten ni discuten: enseñan… bajo las reglas coloniales de siempre, desde el punto de vista del sabio, del inteligente, del letrado, patrón, “profesional” (ese cénit de las taras nacionales). Desprecian la crítica porque cómo se puede criticar a los filósofos. Echan grititos en contra de la oposición, la minimizan, detestan y desprecian. Adoran a los indignados del mundo occidental, sueñan con las púberes nalgas de Camila Vallejo, pero cuando los miserables indígenas del trópico se indignan, esos que apenas alcanzan a no morir, ahí la cosa cambia: que Camila reclame es una delicia onanística, pero que los indios no vengan a joder el paraíso pluriterrenal de Bolivia con sus incomprensiones de lo bien que estamos haciendo por y para ellos; finalmente no entienden, y por tanto nosotros debemos sacrificarnos y pensar en conjunto, y levantar la mano en conjunto, y votar en conjunto. Un día lo agradecerán. Mientras tanto regodeémonos en el privilegio de disponer del erario nacional, y en la vanidad de ser fundadores de la nueva ética. Pobres cabrones.
Se entiende que muchos, entre individuos y grupos, necesiten aprovechar el desmadre coyuntural que fue reprimir a los marchistas del TIPNIS. ¿No recuerdan que así funciona la cosa? En apariencia la protesta, el revocatorio, el golpe de estado valen para Evo pero no contra Evo. Por supuesto que hay gente que desea tumbarlo, y utilizar a su favor las circunstancias. Lo triste es que el reemplazo podrá ser igual que la enfermedad, aunque lo dudo. Seguirá de por vida, hasta cualquier supuesto eterno si permitimos continuarlo. El asunto ha llegado lejos, demasiado, y la traición actual no tiene nombre, a pesar de que si le escogiésemos uno tendría que ser descaro.
La damisela Alison, inglesa prima del ogro Shreck por la boca verde (producto de su vegetarianismo cocal), alega que los monstruosos marchistas se sirvieron de los niños como escudo humano. ¿No está acaso ella poniendo su culito blanco para proteger el más voluminoso y tostado del Elegido?
Quiéralo o no. Lo quieran o no lo quieran, esa gente llega bien pronto a La Paz y suena.
16/10/11
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Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 18/10/2011
Publicado en Semanario Uno (Santa Cruz de la Sierra), 10/2011
Imagen: Marchistas mujeres del TIPNIS
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