Friday, April 13, 2012
Siempre fue así/MONÓCULO
Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Releo mis artículos de hace seis años, y no difieren mucho de los actuales. Deduzco de ello que ya entonces el gobierno era lo que es ahora. Sus proyectos y ambiciones los mismos; el espíritu también.
Gran parodia hábilmente inclinada al totalitarismo, con matices que la hacían parecer progresista y etcéteras. Pero no se necesitaba gran análisis para darse cuenta de la falacia del entarimado “revolucionario y popular”. Otra vez Bolivia en el camino de siempre, el del saqueo, allende las formas y colores de los caciques de turno.
Concedo que hubo gente que lo creyó. Pero, en el caso de la minoría “pensante”, lo dudo, a no ser que su pensamiento estuviese inhabilitado para comprender las sutilezas del poder. Acuso entonces a que quien participó lo hizo adrede, no bajo el encantamiento de un sueño igualitario que tenemos muchos, sino el del paternalismo atávico, la soberbia, la falta de autocrítica y… la ambición.
Arcón de tesoros el pobre país, donde todavía se puede soliviantar a la masa, hacerle creer, insuflarle esperanzas que no se han de cumplir, engañarla diciéndole que está donde no; eso, mientras los “inteligentes” se aprovechan, sea el MAS hoy, el MNR ayer o cualquier otro. Todos quieren ser salvadores, cuando en realidad su intención es ser amos. Hay una población indígena que se presta para ello, no voluntariamente sino porque sus circunstancias nunca fueron buenas ni hoy son las mejores. No descubro nada: simple repetición histórica de la realidad humana, una tradición boliviana.
Día a día, lo que significa que el castillo de naipes se desmorona, los otrora epígonos del masismo se deslindan públicamente de sus pecados para ellos veniales. De pocos he oído que lo hiciesen desde la derecha; la mayoría lo hace desde el otro lado, tildando con motes de traidores a quienes hasta hace poco eran sus congéneres. Leo uno en particular, muy sociológico, muy medido y científico, en contra del gobierno. Felizmente en mi afición archivista guardo todo lo que me concierne y dispongo aún de perfecta memoria. Este educado adláter, que no ha más de dos años atrás calificaba a Evo Morales de “gran estadista” en un escrito, lo vilipendia hoy.
Cualquiera puede cambiar de opinión, pero dudo que aquellos que participaron de gobiernos corruptos reciban la visita del Espíritu Santo para lograrlo. Un saludable consejo pediría desconfiar. Mucho se habla del pueblo, es golosina en boca de pirañas cuyo único fin es ser gobierno, con las menos santas intenciones.
¿Qué hacer? Largo proceso se avecina, el de tratar de llenar con gente de recambio la tremenda acefalía de líderes. Quien haya sido poder debiera descartarse, pero ahí caemos en el riesgo de no tener material idóneo para seguir. Parece callejón sin salida, y así será si continuamos con lo mismo. Pero no se puede, no más, seguir jugando a la angurria, si queremos sobrevivir. Comprendo al fin la aversión de Bakunin hacia el gobierno de los hombres “inteligentes y virtuosos”; muchos de ellos alistan las garras arpías esperando el momento de la debacle del estado actual. Por eso se deben reivindicar eventos como la IX marcha. Tal vez de situaciones como esa podremos sacar soluciones, ojalá respuestas.
Que la angustia y el cansancio de contemplar el panorama no nos cieguen. Los arribistas aguardan colgados de los árboles. Siempre se alimentan de carroña. Escriben lindo, son perspicaces. Pero no fueron valientes para oponerse a un aparatoso engaño. Y el gobierno lo debiera saber: los peores enemigos no son los que van de frente, mas los que vienen por detrás y desde adentro.
Que el responso del mesías sea el de todos los profetas, los suyos, los escindidos, los de antes, de la derecha y la izquierda. Vamos a por algo nuevo, por el futuro.
12/04/12
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Publicado en Puntos de vista (Los Tiempos/Cochabamba), 13/04/2012
Publicado en El Potosí (Potosí), 25/04/2012
Imagen extraída del Grupo La Comuna de Abdiel Arcadio, en Facebook
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