Estoy rodeado de ch'uspas, bolsitas para llevar coca en las paredes, entre objetos africanos, afganos, indonesios. Son parte mía; vengo de lugares donde los nativos todavía las llevan, donde antaño inventaban kaluyos en las largas caminatas sin comida, solo pijcheo. Mucho se puede hablar de la coca, adorarla o vilipendiarla, pero ha sido parte fundamental del país y de su economía. Existían sembrados, míticamente anteriores a Tupac Yupanqui, en los yungas cochabambinos de Vandiola y Arepucho. Plantas de troncos con más de diez centímetros de espesor, bosques de cocales que eran patrimonio cultural, destruidos por las huestes del falso presidente indígena para congraciarse con gringos y narcos.
En estos días, el
poblado de Culta, estancia perdida en los Andes orureños, ha resurgido de la
nada gracias a la marcha campesina que llega a La Paz. Lo mismo de siempre:
límites, discriminación, concejos municipales, cantones, etc. y los infaltables
dirigentes que desde siempre atormentan, con consenso, a las poblaciones que no
conocen otra cosa que la maldita verticalidad de los amos, sean patrones o
autoridades locales.
Desde hace más de
una década, un comerciante nacido en Culta -ahí escuché por vez primera este
extraño nombre de un lugar todavía más raro- me provee de hermosos tejidos
andinos. De apariencia humilde, el cultero me llevó a un lugar secreto en
Pukara Chico, bajando por detrás del aeropuerto de Cochabamba, atravesando los
agujeros llenos de agua turbia de La Maica, de donde se extrajo arcilla para las
ladrilleras de la zona, y hoy exultantes de patos. Penetramos a una casa de
medias aguas por la que nadie ofrecería un peso y de pronto apareció el tesoro
de cientos, o miles, de awayos sobre tarimas de madera. Un par de millones de
dólares, a costo, calculé. Afuera había telares grandes y evidentemente
abandonados, resabio del intento de emprender tejidos por cuenta propia, hasta
saber que el rescate es más rentable y productivo.
Hermógenes, le
dije, eres millonario. Respondió con una sonrisa breve, casi un rictus, por
haberse denunciado como empresario de éxito, de los tantos aymaras cuyas
características económicas los emparentan con lo graneado de judíos, armenios y
azeris en el mundo; quizá mayores aunque mejor mimetizados. Entonces me llevé dos:
un tejido de Sacaca y otro de luto de Calcha. Doscientos dólares por dos piezas
que valen mucho más pero que fueron compradas de los campesinos por Hermógenes
u otros intermediarios en posiblemente la décima de lo que pagué.
Ahora, observando
la unifacética y multicolor marcha de los comunarios de Culta, Bolivia volvió a
mí con la pena y la suma de sus tremendas contradicciones. La pregunta está en
cómo preservar las culturas modernizando de algún modo sus relaciones de poder
y males endémicos como el abuso infantil, femenino, la colectivización de
acción y pensamiento que vetan al que ose exponer una idea o accionar
individual. Ya fuera del entorno, Culta en este caso, mi vendedor de awayos ha
conocido las delicias del capital, a pesar de que su presencia y modo de vida
no demuestran la orgía monetaria de la que dispone. ¿Astucia, miedo, costumbre?
¿Para qué tener y no disfrutar, o hay goces diferentes entre los pueblos y
queremos empaquetar a todos en los cánones del placer occidental? Preguntas insalvables.
De Culta poseo un
tejido. Modesto en relación a los de otras regiones: Pacajes, Potolo, Japo,
etc. Pongo en Google mis cuestionamientos y me responde que Culta es el fin del
mundo. No hay nada, o casi nada. Extraterrestre; y no lo es, sabemos. Marchan y
marchan los hombres, metiendo mano en la ch'uspa para llevarse a la boca
hojitas amargas, no sagradas. Frente a mí, a mi computador HP, en el incipiente
verano de Colorado, EUA, cuelga una bolsita vacía de coca, con dos vizcachas
rojas que corren hacia abajo, en medio de dos decorados y canchas verdes a los
costados. El pasado es presente y sin embargo lejano.
03/06/13
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Publicado en El
Día (Santa Cruz de la Sierra), 04/06/2013
Publicado en
SEMANARIO UNO (Santa Cruz de la Sierra), 14/08/2013
Imagen: Ch'uspas
de La Paz, Oruro y Potosí
Como conocedor del quechua estoy en desacuerdo que denomine “chuspa” a secas, sin carga fonética, en vez de “ch’uspa”, considerando que publica en diarios nacionales. Cuidado que los censores del estado plurinacional lo acusen de racismo y discriminación por no escribir bien la lengua indígena, je je. Sobre la dificultad pronunciativa del quechua, trataba de explicar a un amigo argentino, quien me decía que se acostumbra a “chayar” en el norte de su país y yo no tenía la equivalencia exacta para explicarle como se pronunciaba la palabra “ch’allar”. A pesar de tenerlo tan claro en mi mente, se me hacía imposible encontrar un sonido similar en español, francés u otro idioma. Para zanjar el asunto le recomendaba que pronunciara como “champion” pero con más fuerza en la ch.
ReplyDeleteGracias a este post me pude enterar de Culta, nunca había oído tal nombre a pesar de que me gusta la geografía y tengo buena memoria. Es triste el ninguneo que se hace a los indígenas minoritarios, como hace poco ocurrió con los Urus a quienes apenas se les dio cobertura mediática en su marcha hacia La Paz por el avasallamiento de los aymaras a sus tierras. Ayer por la noche, pude ver las preciosas chalinas de los pobladores de Culta, con unos colores vívidos que contrastaban con el negro de fondo. Desgraciadamente, el canal de tv que los entrevistó, ni siquiera les dejó terminar de hablar porque cortaron por falta de tiempo, según dijo el presentador. El ninguneo no solo proviene del gobierno seudo indigenista, la prensa y la sociedad están en el mismo camino. ¡A quién le importan las demandas de unos pobres campesinos! Un cordial saludo.
Error mío, Jorge, por no preguntar a mi padre antes. Me limité a "googlear" un poco y de ahí el "chuspa" sin apóstrofo. Ya está hecho. Pero vale tu observación. Del juicio, ja, ja, uno más para el archivo.
DeleteY de lo otro, una lástima, pero sin visos de cambiar en el país. Saludos.
Ah, me alegra que haya corregido el título, estimado Claudio, y por cierto, segunda vez que me llama Jorge, tal vez me confunde con otro comentarista. Le actualizo sobre Culta: los pobres comunarios se fueron con las manos vacias porque nadie del gobierno los atendió, segun se quejaron,y dijeron que nos le queda otra que bloquear caminos para hacerse oir. Vamos de mal en peor, mientras el caudillo está mas preocupado en convertirse en guerrero contra la Otan y sus negociaciones con Colombia.Un saludo.
ReplyDeleteJosé, perdón, quizá se deba a un amigo Jorge con el que siempre estamos en contacto. No ocurrirá de nuevo. hablaba ayer de ti con mi padre. Me preguntó si estás en Independencia.
ReplyDeleteGracias por lo de los cmunarios de Culta. No vi nada más. Retornan a su aislamiento mientras, como bien dices, el apóstol se lanza contra la OTAN. Mañana publico algo al respecto de lo que dijo en TV. Te lo enviaré. Abrazos... José.