Claudio:
Es tan conmovedor
este texto, hasta para un porteño renegado, como yo.
Tiene una sazón
casi perfecta para aquel –como vos, literato de fondo y forma, premio mayor de
las Cubas, que de muchas maneras, aún hoy, sigue siendo el premio mayor de la
literatura de las Américas- que sigue amando esa Buenos Aires que, obviamente y
también, puede seguir siendo y viviendo de ser eso: literatura pura.
¿Quién puede
negar que Manucho, tan marica y tan negado, justamente por eso mismo, escribió
el mejor libro de todos los que yo he leído sobre Buenos Aires? Sólo los necios
que se conjuran contra los genios.
¿Quién puede
negar, a la vez y también, que fue Roby Arlt, desde lo bizarro y el alma hecha
letra, el alma sangrante hecha letra, quién contrapuntea mejor que nadies a
Mujica Lainez con El Juguete Rabioso? Yo vengo de ahí, de donde Roberto también
vino, de ese oeste porteño, que cuando la colonia, era el camino al Perú, y que
cuando yo crecí, fue mi camino a Bolivia, a tu Bolivia.
Borges, el gran
Borges, en el fondo y desde un principio, se hizo la paja –y bien hecha- con
su Buenos Aires no tan querido, en el fondo era así: por eso quiso morir
afuera y ser enterrado en Suiza. En el fondo de los fondos, yo digo lo que ya
escribí: hubo un Manuel Mujica Lainez para demostrar que otro garca podía
querer más a Buenos Aires y a la Argentina en ciernes que don Borges –sin
quitarle méritos, su poema a Facundo es imposible de repetir; sus cuentos
gauchescos son también irrepetibles, pero Manucho se animó a un libro entero ex
profeso, a un libro que se titula, precisamente, Misteriosa Buenos Aires, que
no es un libro, es un librazo!- y Arlt es simplemente Arlt, y como vos decís en
tu texto: no son siete locos, pueden ser decenas, cientos, miles: tal la
esencia anticipatoria, febril, alucinada de Arlt, el primer escritor peronista,
aunque se murió antes de que Perón aparezca en el horizonte político. Por eso,
entre otras cuestiones, fue anticipatorio. Arlt es como Piazzola: dos que no
fueron invitados al banquete, pero se comieron y se tomaron todo. Y nos legaron
un mundo, y nos hicieron felices, y bienvenido y bienaventurado que ello ha
sido así.
No amo a Buenos
Aires tal cual es, amo a ese Buenos Aires mítico, el de Manucho, el de Arlt, el
de Charly García y de Spinetta, el que yo viví hasta antes de venirme a vivir
aquí, a Bolivia. Nací allí, ¿no te parece que tengo derecho a que sea así?
Te abrazo fuerte,
Pablo
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11/07/2013
Imagen: Antiguo
grabado de Buenos Aires
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