Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Tiene razón
Bernard-Henry Lévy (Putin’s Crime,
Europe’s Cowardice-The New York Times, 07/23/2014) cuando relaciona el
actual silencio de Europa ante la arremetida terrorista de Vladimir Putin con
los aciagos días de Munich 1938, cuando Inglaterra y Francia, Chamberlain y
Daladier, cedieron el control del continente, e idealmente del planeta, a Adolf
Hitler. Cobardía que ambos países pagaron muy caro.
Las medias tintas
de Barack Obama ya no espeluznan a nadie. Conceptos en pro y en contra van y
vienen; hay una lógica que le daría la razón si de una potencia mundial no se
tratase. El legado del poder, por nefasto que fuera en el pasado, es algo que
una nación no puede sacudirse con facilidad, ni siquiera contando los tremendos
errores, dígase Irak- Afganistán, que arrastra consigo. Pone el presidente “líneas
rojas” por doquier, con la amenaza de que si se las viola, se tendrá que
aguantar la embestida de la todavía monstruosa capacidad militar norteamericana.
Retórica sin asidero real. Lo que diga Obama sirve para el archivo. Su
credibilidad, y con la suya la de EUA, se ha perdido quizá para siempre.
En el caso ruso,
del plan geopolítico de Putin de aherrojar por la fuerza el vasto territorio que
correspondía a la URSS y sus satélites en Europa, Estados Unidos está muy
lejos, así pelee cerca de sus fronteras asiáticas, que por el momento no
preocupan al Kremlin. Hoy más que nunca Europa requiere soluciones europeas, y estas
aparentemente no van a venir mientras Moscú mueve sus fichas con violencia para
demostrar, en papel, que la revitalización del imperio ruso, comunista en
minúsculas, ya es posibilidad tangible.
Lévy sostiene,
hablando de Ucrania, el derribo del jet malayo, que Putin utiliza en la región
un ejército “remojado en vodka”, milicias compuestas de la hez de la sociedad:
delincuentes comunes, asesinos, exconvictos, vándalos, ladrones, violadores, la
barbarie armada, con un discurso ultranacionalista que se confunde con nostalgias
soviéticas y crea una peligrosa amalgama de ambiciones extremas, punta de lanza
de una reconquista que la mezquina Europa pareciera va a permitir. Se regaló Crimea,
sin lucha; ahora desean enclaves pro-rusos en Ucrania oriental. Luego irán por
el Báltico, Polonia; ya en Moldavia tienen en existencia un territorio amorfo
al que en concreto se ha abandonado a su suerte. Lo mismo en Georgia. No
importa, lo que cuenta es el espectáculo mediático que le sirve a Putin para su
irresistible megalomanía. Eso porque por ahora se lo permite China, anota un
analista.
Los ricos países
occidentales evitan culpar directamente al nuevo zar. Dependen del suministro
energético ruso. Lévy menciona Alemania que con los acuerdos gasíferos
bipartitos prefiere mantenerse al margen. Francia que necesita vender.
Inglaterra que se beneficia con el flujo monetario de los oligarcas rusos hacia
su país. Holanda mantiene vergonzoso silencio. Casi doscientas vidas perdidas
de ciudadanos holandeses no cuentan en un mundo de negocios. A ese precio nadie
está a salvo. Y los poderosos invierten en la muerte seguros de impunidad:
paramilitares en Europa del este, yihadistas con dinero qatarí, saudita,
iranio, en otras partes. El hombre común es ya mercancía de matadero. La
democracia un concepto perdido. El pueblo palestino no es víctima solo de una
agresión extranjera, es carne de cañón provista por sus propios hermanos.
Entenderlo es cada vez más complicado; vamos llegando al tiempo del simplismo
brutal de los tiranos, un nuevo orden feudal dentro de un increíble avance
tecnológico. ¿Hacia dónde mirar?
28/07/14
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Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 29/07/2014
Foto: AP
Claridad pedagógica al exponer las actuales fechorías de Putin. El sujeto es un perfecto ejemplo d -mentalmente congelado- troglodita q hace lo único q sabe e hizo siempre: conspirar, maquinar y matar desde las sombras. Apadrinado y finalmente agraciado por Yeltsin (creo), ya Rusia cuenta tb con su bestia ególatra q ni por asomo piensa en renunciar a sus privilegios de redivivo zar. Alrededor, en los otros poderosos, prima el palco otra vez.. Mezcla d viles intereses: flujos d dinero (sabemos q toda guerra aunq sea "chiquita", como pingue negocio siempre es bienvenida), colusión y tibieza. Rusia, Israel, suramerica, etc ..Hacia donde se mire, la infamia campea impune. La humanidad como especie es el problema, su naturaleza d insaciable plaga. Pero mirar hacia uno mismo y corregirse (o rebelarse en el caso d las abyectas pero felices masas), es algo imposible, muy contra-natura, en alimañas megalómanas y dadas por predestinados redentores.
ReplyDeleteUn placer degustar tus textos, como siempre, estimado Claudio. Abrazos
Es sorprendente la pasividad holandesa y, por ende, la de la Unión europea con respecto a la masacre de los pasajeros del avión malasio, la vida de unos cuantos inocentes no vale nada cuando se tienen negocios con el gigante ruso, que chantajea con la llave del gas a Europa. Es innegable que detrás de los rebeldes ucranianos está Rusia con toda su asistencia militar y tecnológica. Barato le sale a Putin tener carne de cañón en los países satélites para continuar con su ofensiva expansionista. Si el bloque más civilizado, indolente y cobarde, permite que el nuevo zar y otros sátrapas hagan de las suyas en Europa, qué podemos esperar de nuestras repúblicas bananeras a merced de sus caudillos. Mira a la ONU, que hace poco sacó su informe sobre la coca, con la aberración de haber elaborado el estudio conjuntamente con el gobierno, ¿que credibilidad puede tener un documento tal?. El mundo parece estar a merced de los extremistas y autócratas ante la pasividad de las democracias. Si Obama es un mediastintas, Ban Ki-moon es un reverendo calzonazo, al extremo de haber sido títere del cacique cocalero durante la cumbre del G-77. El panorama pinta mal, negro y aciago. Saludos.
ReplyDeleteAl parecer la era del planeta de los simios ha retornado. Cuando uno contempla al infernal gran ayatola iranio amenazando al mundo, uno se pregunta de qué sirvieron tantos siglos de avance tecnológico, de desarrollo del pensamiento. El hombre de este siglo semeja ser el inmundo cocalero, que maneja -bien dicho- con oro y narcóticos a la opinión mundial. El rebuzno de los jumentos: Maduro, Kirchner, Morales, Castro, es la pieza de fondo de esta sinfonía macabra. Saludos Achille y José.
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