Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Mahmud es turco, de casi cincuenta. Comparte la noche, el trabajo, conmigo. Es pequeño, fuerte, delgado. A veces, en los amaneceres de Washington, fuma largo y me cuenta historias de su país, de los buses que conducía entre Esmirna, su ciudad, y Estambul. Por sus ojos pasa la antigüedad de Esmirna, las piedras y todas las sangres. Pesadez de siglos. Luces que habitan el vientre del Bósforo
Mahmud tiene sus hijos en Turquía. Envía dinero y sueña con traerlos a sí. Trabaja y el dolor de los brazos mantiene el deseo de los que ama. Dolor de noche que no descansa, tan lejos de Esmirna, del último café y la cama y la mujer en la cama. Dolor de lejos.
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De VIRGINIANOS (Los Amigos del Libro, Cochabamba, 1991)
Foto: Izmir
Perfecto, suficiente, hermoso.
ReplyDeleteUn abrazo afectuoso, querido amigo.
Memorias de un amigo. Abrazos, Jorge. Gracias.
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