Thursday, September 23, 2010
Sacrificar a las FARC/NADA QUE DECIR
Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Hugo Chávez está en un paroxismo de miedo. No había sido tan valiente como intenta mostrar. Y tampoco dice algunos temas sensibles en persona. Para eso utiliza a unos y a otros, Evo Morales entre sus favoritos lebreles, y arremete contra cualquier cosa que considere opuesta a su ideario si tiene alguno fuera de su febril megalomanía.
Aunque aún no se firmó el acuerdo sobre las bases militares entre Colombia y los Estados Unidos, este último mantiene desde hace mucho una presencia sólida allí.
Sin duda, y dado el tinte mediocre de la conferencia de Unasur, el acuerdo se consolidará, para desvelo del saltimbanqui de Caracas. El circo recién va a comenzar; eso lo sabe o lo presiente el venezolano; entonces recurre a Evo Morales para jugar cartas absurdas que quizá le permitan un aliento. Morales, con sus frases sin terminar y plagado de cabos sueltos como siempre, sugiere que las FARC le hacen el juego al imperio, y que deben "pensar" en un cambio de estrategia de lucha. De pronto el grupo guerrillero colombiano no es más la punta de lanza contra la oligarquía y el imperialismo; de pronto se ha convertido en pesado fardo que cuelga sobre la cabeza del imbécil de Correa y, a mediano plazo, uno de los puntales que al derrumbarse tirará por los suelos el mentado socialismo del siglo XXI y a su gran chambelán.
Con arrebatos semejantes, más propios de solterona que se acurruca en la iglesia, Chávez va desnudando su feble presencia de bocón angurriento. ¿Dónde quedó la violenta retórica en el caso de Honduras? Ya se olvidó del país centroamericano y ahora quiere ofrendar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia para comprar su supervivencia. ¿Desconoce acaso que este ejército irregular es anterior a él, y que su ayuda, valiosa a no negarlo, es circunstancial?
Ya no le queda crédito al Bolívar de barro, y Hillary Clinton se dio cuenta y ha comenzando un conteo al revés. Un año o dos son ápices en la línea del tiempo, pero suficientes para que el problema Venezuela sea resuelto por la administración Obama, que apunta a objetivos por ahora más peligrosos. Es posible que el resultado final sea la desentronización del cantante, pero también puede haber una simple emasculación y dejarlo de buey.
Mientras tanto su vocero, ajeno a la realidad y soñando entre los achachilas del Ande con preservar su nombre en piedra, se afana -y ufana- en construirse un Reich aymara. Pobre, si supiera que poco puede hacer en el macrojuego de los intereses globales, tal vez se dedicaría a gobernar con mesura, para todos como le susurra el astuto Lula, que parece mujer de tan hábil que es en la intriga y el poder. Su entorno pequeño burgués cree haber hallado sitio en la historia, cuando su accionar lo sitúa entre los nefastos legados del latrocinio y la corrupción. Aunque los niñitos bien se mezclen con la mesnada, claro se ve que sus manos no son de trabajo ni de pueblo, que su recalcitrante onanismo intelectual jamás les permitirá ser parte de un fenómeno de veras popular. Roben, expriman mientras puedan, para ceder su lugar a otros como ustedes y permanecer la faz de este mísero país incólume, desgraciada.
Evo Morales da un discurso dictado. Habla de las FARC sin saber de qué está hablando. Balbucea líneas generales. Es vehemente en no decir nada, en sugerir un amplio bagaje escondido que no existe. Chávez dicta las palabras que su miedo obliga. Quién sabe, tal vez pronto, también Evo sea servido en el mantel.
29/08/09
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Publicado en Puntos de vista (Los Tiempos/Cochabamba), 30/08/2009
Imagen: Emblema de las FARC colombianas
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