Tuesday, February 27, 2018

EN ESPAÑA SALE NUEVA EDICIÓN DE NOVELA DE CLAUDIO FERRUFINO-COQUEUGNIOT


CLAUDIA GONZALES YAKSIC

Una nueva edición de la novela de Claudio Ferrufino-Coqueugniot, “Muerta ciudad viva”, se presenta este miércoles 28 de febrero, a las siete y media de la noche en la Librería Cálamo de Zaragoza (España). Esta novela, publicada en Bolivia el año 2013 por la editorial El País, ha sido reeditada por la editorial aragonesa Limbo Errante y la presentación de mañana “estará a cargo del editor Víctor San Frutos, quien conversará con el profesor de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Zaragoza, Daniel Mesa, y el escritor Miguel Sánchez-Ostiz, autor del epílogo de esta novela y amigo personal del escritor”, señala Limbo Errante en su tarjeta de invitación.

“Hubiera querido ir a Zaragoza. Por ahí comento que esta ciudad se me quedó grabada desde las lecturas de la Columna Durruti en el frente de Aragón, cuando ‘se podían ver las torres de Zaragoza’. Era muy joven y me impresionó. Además ahora estoy con la nueva aventura de la gastronomía y no puedo. Y, bien escondido lo digo, poco me gusta estar en el centro de la atracción. Ni por instantes…”, dice Claudio Ferrufino-Coqueugniot en una entrevista virtual con Plaza Catocre.

A la pregunta: ¿En qué otras ciudades de España se presentará esta su novela? Claudio responde: “No sé dónde más la presentarán. Seguro Madrid. Sé que Pablo Cerezal y Emilio Losada están moviéndose para hacerlo en Sevilla. Mi amigo Lander Zurutuza, bibliotecario de Lezo, fotógrafo y tanto más, hizo un dibujo conmemorativo donde se me retrata con el libro en mano como un conquistador al revés. El indio, el indiano, el americano, con bigote y daga, desembarcando en la península… Muy significativo”, responde el escritor cochabambino desde Aurora, Colorado, Estados Unidos, país donde reside hace ya muchos años.

Su libro está ambientado en los locos años 80 del siglo pasado y fue publicado más de 20 años después. ¿Qué opina ahora de esta su obra, cómo la ve?
Veinte años después, como en el libro de Dumas. Es un libro que aprecio. Creo que más trabajado que el resto de los anteriores. Igualmente caótico, pero mucho mejor estructurado (¡vaya paradoja!). Para los cochabambinos de entonces pienso que sería un libro destacado. Se verán de un modo u otro retratados allí. Vale la pena.

¿Esta edición de Limbo Errante llegará a Bolivia?
No sé si esta edición española llegará a Bolivia. Acerca de los remanentes de la edición boliviana de El País, no puedo decirte nada. Esa gran editorial cerró con mucha pena para mí poco después de publicar “Muerta ciudad viva”, con semejante trabajo que hacía Ricardo Serrano.

Quizá una de las mejores reseñas sobre “Muerta ciudad viva” la hizo Félix Terrones, ¿cómo lo conoció?
Félix Terrones es un notable ensayista y escritor peruano afincado en Francia. Su lectura del libro fue soberbia; así su comentario. Hay que visitarlo en su blog personal. Creo que su texto, sumado al de varios otros ha realzado los valores de  esta novela fuera de su primera imagen expresionista que no es de las más atractivas. Otro ensayista trabajó en ella junto a Juan de la Rosa, y eso fue para mí un halago. Me gustaría pensar que es una de las obras que serán rotuladas como “cochabambinas”. Para mí lo es, profundamente.

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Publicado en PLAZA CATORCE (Cochabamba), 27/02/2018


Monday, February 26, 2018

6 de agosto/MIRANDO DE ARRIBA

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

¿Algo más ambiguo que el día de la patria?  Bien en el sentido de conmemoración de hechos que fueron importantes, decisivos. 

Las victorias de Ayacucho y de Junín decidieron la independencia boliviana, amén de intrigas antológicas por parte de los "doctores". A la larga, Bolívar y Sucre recibieron más castigo de manos de aquellos que liberaron que por España misma. En Santa Marta y en Berruecos, donde murieron los próceres, se consolidó la historia de la traición, que ya se había perfilado con Páez y Santander, con los caudillos peruanos y luego con los eminentes -por descaro- leguleyos y milicos del Alto Perú. Triste pago para un gran sueño.

El seis de agosto, día de la Independencia, siempre fue extraordinario durante la infancia. El Prado de Cochabamba cubierto de multitud de comidas y colores, de olores y brillos entre la gente. Un estrado donde se ubicaban los notables de la ciudad (ninguno duró mucho) y los desfiles que son amenos cuando se los ve de fuera e interminables cuando en colegio  devienen obligación.

El desfile, como la "hora cívica", son características nacionales.  Agradables, lo repito, cuando se tiene el don del desconocimiento y la inocencia. No tanto al llegar el tiempo con su cúmulo de crítica y experiencia. Son el pan y el auge de los maestros. En ambos acontecimientos se desata su furia belicista y patriótica, sobre todo ante el monumento de Abaroa en el mes de marzo. ¿Qué muestra este soltarse en marcha y contramarcha, izquier, izquier, izquier dos tres... o quer dos tres según la fonética? ¿Resalta la característica bélica de un país que se enfrascó en guerra con todos, o el deseo incumplido de que el "glorioso" ejército nacional ganase alguna batalla que no fuese ante indefensos obreros desarmados, mujeres y niños? Tenía razón Eisenhower cuando propugnaba limitar el poder político de los uniformados, algo que no se logró nunca en América Latina y que destruyó el continente. Luego de los gruesos errores de Daniel Salamanca en cuanto al Chaco Boreal le siguieron un revoltijo de amedallados y botudos que desmanteló Bolivia, incluido el falsamente mítico Germán Busch, selecto beodo y pendenciero. 

Hay que crear el mito mientras no existe lo real. Y la historia nacional es la práctica de la mitificación masiva en todos los aspectos posibles, la patria incluida. El mito de la patria y la nacionalidad. La desvirtuación del recuerdo del Libertador más la perpetuación de la mentira. Una patria que parece existir de manera efímera en dos tres días de festejo, donde los más patriotas, los valientes, los que retomarán el mar y etcéteras putrefactos son los más borrachos. Tristes virtudes...

Ahora el Gran Evo, humilde lacayo y amo a la vez del ejército (es prestidigitador de excepción, de don ubicuo y funesto), hará desfilar a las armas en el centro de su oposición: Santa Cruz. Desafío o concordia: nadie lo sabe. Quienes debieran desfilar son los trabajadores, los que roturan las tierras, las mujeres como madres y amas de casa, los que producen y trabajan, no los zánganos coloridos, no los vagos ni los rateros.

El 6 de agosto es día de festividad y alegría. Así lo recuerdo e incluso me gustaba ver desfilar las tanquetas, las bazookas, los lanzallamas. Así crecimos jurando en ello lo correcto. Ya no me interesa asistir, a no ser a comer un buen sandwich de chola... sin quilquiña.
06/08/07

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Publicado en OPINIÓN (Cochabamba), 08/2007

Imagen: Arturo Michelena/Asesinato de Sucre en Berruecos


Thursday, February 22, 2018

La Virgen también usa calzones

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Que no son Victoria Secret, porque en la Nazareth de entonces con suerte se conseguía bayeta, o que en la penumbra, o sombra definitiva, del socavón no se ven las prendas sino se sienten, cualquiera de esas opciones, u otras más, no hacen más que ensalzar el trabajo de la pintora Rilda Paco que puso a María Virgen monos calzones rojos (el color más sexy), sin tocar los extremos de sus colegas del pasado, llámense Mabuse o el ignoto de La Virgen de la Leche, que mostraban algo más que trozos de tela, iban hasta precisos pezones jugosos sin que se les achacara nada.

El ambiente del cuadro en cuestión, mostrado arriba, en el festivo ambiente de carnaval, incluso creo que carga cierto sentido moralista, de crítica al abuso de la imagen religiosa, patrona del lugar y el momento, para ensalzar las dotes de Baco, la vida buena, el sexo y el pisto (la bebida). Que la dama madre de profeta presida la explosión del vicio podría no coincidir con la idea que se tiene de ella. Pero, y muy antiguo por cierto, el origen de todo está en el placer, en el lugar en que las piernas femeninas hacen triángulo con el resto del cuerpo. No otra cosa es morder la manzana, muy parecida a las nalgas de Eva; o si fue membrillo, también, a un trasero algo mayor y un poquito ajado (sentarse en piso de tierra y a la intemperie, pues, no es la mejor crema); si fue higo la fruta perdida, se reflejaba en las caderas de la madre colectiva. Si los senos muestran nutrición, las caderas refugio. En la parte baja de la mujer abreva la vida y eso jamás dejará de atraer.

La sociedad, orureña hoy, se echa encima de Rilda Paco. En términos de fama, nada produce más que una caravana de tontos aullando en contra. Pero, estamos en Bolivia, la tierra del no estés seguro de nada, y puede -suele- ocurrir lo ilógico. Quemarán cuadro y bruja al mismo tiempo. Volviendo a las especificidades nacionales, esas una o dos fogatas despertarán el espíritu de fiesta, aparecerán botellas, vendrá baile, y en el canchón de al lado se bajarán calzones. A qué jugar, entonces, a maestros parrilleros de la puta inquisición, que al menor descuido atronarán el cielo con tambores y olvidarán incluso el motivo por qué comenzó la jarana. De herejía y castigo de herejía se viajará en instantes a herejía y vicio, festejados y satisfechos.

Vayamos a lo estético; hablemos de arte y no de moral. Yo, siendo hombre, considero que el cuerpo masculino es por poco decirlo, feo. Los maestros del Renacimiento sin embargo produjeron retratos de cuerpos de hombres que son hermosos. Si se fijan, verán que mientras el sexo sea menor, minúsculo, breve, pequeño, corto, resalta más la figura completa. No se centra en el detalle genital, por bien trabajado que esté en piedra o en óleo. Se presenta, entonces, al amo, tal como es y con su parte de pecado expuesta sin ser grandilocuente. Es claro el mensaje de enseñar el sexo del macho como válido mientras que no se mostraba la vagina de la mujer. En el arte clásico, y en el cuadro de Paco, la mujer tiene superficies lisas, sin pliegues que detallen la vulva. La antigua Madre, la Venus de Willendorf, sí la mostraba. Después se esfumó. Se escondió el magnífico cuadro de Courbet, el de la vulva peluda, porque era “pecaminoso”. De pronto es aceptable que los querubines volantes tengan testículos ateridos de frío pero igualmente colgando. Lo feo, el macho, el masculino, manda, propone y expone. Lo hermoso se oculta, guarda la mácula de la tradición religiosa con tremenda carga de culpa. Pero sobre todo se hace privado, se le prohíbe su espíritu colectivo. Solo se muestra al dueño; se guarda para él.

Lo de Rilda Paco pesa como pecado venial. No puedo hablar de intenciones suyas que desconozco. Y ya ni elucubrar sobre las posibilidades se puede cuando la jauría está suelta. Mientras en el gobierno se da abierta cabida a Sodoma y Gomorra, la sociedad timorata y mercader se ceba en el arte de una persona singular y con derecho. Ni rostro tiene la Virgen, ni decir que muerde la lengua de costado para expresar deseo, ni que frota los objetos que lleva en manos contra su cuerpo. Hablamos de un simple calzón, unas piernas juntas sin resquicio, largas medias que podrían ser sensuales y que casi son sobrias, y nada más. Ni rastro de la malicia con que nos llega la vida, la alegría plagada de gusto, el sudor de cuerpos que se abrazan y besan como cópula de serpientes, las lenguas, los penes, los labios jugosos y multicolores del sexo, el agua, la humedad, el caparazón de la tortuga, las voces del roce. ¿Por qué castigar a María mujer, que dejó el virgo pariendo, y convertirla en viuda triste, melancólica, gris, sin calzón ni placer, sin ropa que halague su cuerpo sino otra que lo mortifica? Si el Cristo pudiera bajarse de la cruz, quitar el látigo al romano, perseguiría a estos orureños con azotes, gritándoles furioso (furia hay en el hijo del Dios, y rebelión) que dejen a su madre en paz, que no la jodan, que le permitan llevar calzones rojos y sostenes verdes (hacen juego con su blanca piel) y retornen a sus escondidas prácticas onanistas, ambidextras, y desaparezcan.
22/02/18

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Imagen: El cuadro de la controversia/Rilda Paco 

Tuesday, February 20, 2018

Narcisos en el quemado palacio/MIRANDO DE ABAJO


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

“Para castigar a Narciso por su engreimiento, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso”. (WIKIPEDIA)

Dudo que flor alguna nazca del sitio del caído Evo. Por allí ya pasó Atila con su caballo y no crece hierba bajo el peso de los dos. Además de ser el gobernante, en sí mismo, un defoliante natural, el Agente Azul, al par de su pariente Naranja utilizado en Vietnam. Se trata de diferente guerra, pero guerra. Y de depredación.

El individuo, como la bruja mala de los cuentos de los Grimm, pasa contemplándose en el espejo. En una habitación él; en otra el segundo; preguntándose ambos si hay sobre la tierra seres más lindos, mejores y listos que ellos, por separado. Cortina, biombo, pared los alejan para evitar la guerra de las vanidades. Uno desdeña en el fondo al otro, por lo oscuro, lo hirsuto de su pelo, lo lampiño y demás adiciones que la raza blanca ha echado como lacra encima de la marrón. El patrón, el que domeña el cabello con permanente obligatoria, y que lo divide (a lo Beethoven) en dos para dar sensación de libro leyéndose, desprecia al subordinado: por marica, dicen, por dengues y vainas de movimientos extraños y sensualismos europeos desconocidos en el tosco amor de los plebeyos. En medio, nosotros, ahogándonos en papelerío, indagatorias, juicios, retórica, derechos inhumanos como el de hacerse eterno en el poder, con dioses maltrechos y achachilas made in Miami. Súmmum del jolgorio decorado con awayos coreanos y al ritmo malentretenido de los Kjarkas.

Podría parecer un romance de Disney, con perfectas figuras y separación tajante entre bien y mal. No lo es. Más bien se aferra a la tiniebla original germánica, donde ni siquiera la diferenciación entre esas fuerzas confrontadas importa. Es el ambiente, la pesadumbre, la maciza y negra nube que se cierne sobre el mundo (el singular y mínimo nuestro) y lo asfixia. El Mal impone sus características como Evo Morales y Álvaro García lo hacen en un deleznable país. Son la bruja y se mueren por ser la bella. Ser o no ser, that is still the question.

Dejemos los cuentos de hadas. En Bolivia no las hay sino duendes malévolos. Los mismos que se encerraron en palacio y traman la desgracia colectiva. Conspiran mientras aseguran oro para ¿sus amos o esclavos?, los que los sirven y fomentan destrucción y pena. Sin embargo, sería como quitarles culpa, no escuchar aullidos de hienas y hozar de puercos que bien saben lo que hacen: acumulación de riqueza, dominio absoluto, cayendo en el error narcisista de mirarse solo a ellos, de manifestar orgasmos públicos que insultan inteligencia y dignidad populares. Se creyeron la historia. También el poeta Li Po (nada que ver con los nefastos) quiso atrapar la luna en el reflejo del agua y se ahogó.

La gente marchará el 21. Marchan también en Venezuela. Aunque es asunto complejo, las características bolivianas muestran que en esto los tiranos deben estar alertas. Es el pueblo ingobernable de Bolívar. Muy solícito, agachado, hasta servil. De pronto fiera, demonio, el que cuelga reatas de árboles y atiza llamas. No hay fórmula en la nación del desasosiego (también de la fiesta). Cuando los sentidos están alterados ya sea por pena o alegría, a ponerse en posición de defensa. Nunca se  sabe en qué ha de terminar. Puede ser en abrazo como en linchamiento, y ajeno tanto que parece que nada sucediera. Calma chicha, muerte violenta.

Espejo, espejito, dime quién es la más bella, dímelo tesoro. Blanca nieve roja suele tornarse.
19/02/18

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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 20/02/2018

Sunday, February 18, 2018

A la caza de un libro...


JUAN FRANCISCO HERNÁNDEZ

Hace ya algunos años, cuando llegué a vivir a Bélgica, me encontré en la emblemática librería de Bruselas, Pêle-Mêle, un pequeño libro titulado "Virginianos", que se convirtió en un libro de culto para mí. Una pequeña colección de prosas poéticas que hablan de experiencias vitales del autor en diferentes partes del mundo. El tipo de experiencias que luego volví a encontrar en los relatos de Andre Gar Clotas. Entonces contacté al Autor, Claudio Ferrufino-Coqueugniot y, desde entonces, sigo las publicaciones de su blog e intercambio mensajes con él. En 2010, Ferrufino-Coqueugniot ganó el prestigioso premio Casa de las Américas con "Exilio voluntario", un tema que siempre me ha interesado y del que justo ahora leo un ensayo muy interesante de Josep Solanes ("En tierra ajena"). Hace algunos días tuve noticias de ésta, su última novela, que habrá que leer cuanto antes. Su título, por cierto, compuesto por un oxímoron, es muy atractivo. "Muerta ciudad viva" misma que estoy cazando ya.

Thursday, February 15, 2018

UN MILLÓN DE LECTURAS


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

La noche comenzó a las 11.43 y terminó a las 5:12. Por ahí cantaban los Blind Boys of Alabama: “Jesus is coming soon”. No estaré para esperarlo. Hice un alto debajo de un foco de alumbrado público para ver un precioso dibujo de mi amigo Lander Zurutuza, en Lezo, Gipuzkoa, tierra de bibliotecarios y piratas. Dos (dibujos), en realidad: uno conmemorativo del millón de lecturas en mis blogs y el otro sobre Muerta ciudad viva recién publicado en España.

Todo (el blog, y luego los blogs), comenzó a fines del 2009, a instancias de mi primo hermano Pablo Soriano Ferrufino, quien cree en mí más que yo mismo (me ahorra el trabajo, gracias primo). Aprendí, con dificultad, trucos técnicos, sobrellevar estruendos cuando la página salía tozudamente blanca. Poco a poco. Muy modesto. Leían textos míos, una, dos personas; llegando a 8 el clima se mostraba favorable. A pesar de amar el arte, el diseño gráfico, la fotografía, costaba ilustrar los textos. He aprendido con el tiempo en que la calidad de la ilustración puede pescar incautos afines a la cultura y atraparlos. Listos para ser devorados. Comida gourmet. Cuando “posteé” (lindo anglicismo este) una crónica del chileno Juan Cristóbal Peña sobre la biblioteca de Pinochet, el número subió a doscientos. Ya era asombro. Se lo dije a Peña, quien pensaría con tristeza el ostracismo y el retardo alrededor mío que definían semejante alegría. No importó.

De la Mac salté a la PC. Sin arrepentimiento. Se me hizo más fácil trabajar los sitios allí.

Se  sumaron lectores. LECOQENFER (El gallo de hierro), mi blog personal, comenzó a hacerse nombre. Abrí otro: SUGIERO LEER, porque me gusta admirar, gozar y compartir el arte de los demás. Creo que en la escritura no cabe espacio para la envidia. Me da tanto placer que lean un artículo de Miguel Sánchez-Ostiz con mayor éxito que uno propio.  Y me esmero tanto o más en “decorarlo” con imágenes que resalten su belleza y/o interés. Cuando Roberto Navia Gabriel me permitió publicar su estupenda La prostitución de pollera, los visitantes sobrepasaron los miles. De pronto era usual que entre los dos espacios llegaran entre 300 y 1000 visitantes diarios. Al publicar una talentosa diatriba hacia el gobierno boliviano de mi amigo Huáscar Sandóval sobrepasaron las diez mil personas leyéndola. Supe que un límite había sido superado y que esto tenía vida en sí mismo. Requería, por supuesto, mucho trabajo y para eso estaba yo, acostumbrado a no dormir y a batirme entre nieve y hielo, con hambre o hastiado. Terco soy; eso ayuda.

Imaginarán que entre tanto escrito sería muy difícil cernir todos los nombres y consignarlos. La gente que me conoce sabe que aprecio la colaboración de tantos, incluso el cariño que algunos profesan a lo que escribo y hago. Al no poder nombrarlos, que son más que los de la Vida de  santos, no es que sea desagradecido, olvidadizo, discriminador o imbécil. Va para ellos mi saludo, mi salud, afecto y admiración. Claro que unos se escurren por los resquicios del tiempo, por su extensa estadía, que tengo que anotarlos: Pablo Mendieta Paz, Jorge Muzam, Claudio Rodríguez Morales, Daniel Averanga, José Crespo Arteaga, Pablo Cingolani, Chellis Glendinning, Miguel (ya arriba), el solidario –este sí santo en serio- Pablo Cerezal.  Nombres nuevos: Paz Martínez, Maurizio Bagatin, poetas y cronistas, ensayistas y conversadores. Si olvidé a alguien, es solo pasajero y temporal. No se enojen, no os enojéis, Emilio Losada y mi hermana Elena.

¿Qué decir de los invariables, los adictos, los queridos, entre ellas y ellos, los que nos leen, critican y comparten? No hay brazos tan largos como para sostenerlos cercanos. Valgan palabras, más fuertes y pesadas de lo que creemos, para agradecerles.

Ocho años. Recuerdo cuando a Alicia y Joaquín, mis padres, les decía que bordeaba las cien mil visitas y no lo creíamos. No están para alegrarse de este millón que es suyo porque de ellos tengo el valor y la fuerza.

A Ligia, siempre hermosa, por el papel de víctima obligada a leer necedades, pensamientos sombríos, penas y también bellas cosas a cualquier hora o día sin respetar los domingos.

A mis hermanos. Amigos. Parientes.

Que lo que más se lee es lo político, lo sarcástico, lo erótico o sexual, ni dudas. Las tetas de Laura Antonelli no pueden compararse a Proust. Pierde, desde luego, el francés. Hay que poder alternar, mezclar, juntar y dividir; es uno de los secretos para atraer lectores. Un mazazo a la cabezota de los tiranos me trae mayor cantidad de flores que esa gris neblina que abruma las páginas de Herta Müller. Se tiene que aceptar lo que es y trashumar con pericia en medio de difíciles pasadizos.

Debemos, como sugiere Lander exactamente a la 1:11 del amanecer, ahora, ir por el otro millón. Quizá ampliar a un tercer blog donde se incluya ficción. El SUGIERO LEER de hoy no la incluye, con una pequeña excepción. Lo personal, lo de Ferrufino-Coqueugniot, trae el conjunto, hasta unos burdos poemas de juventud que lloraban piernas idas.

Pasó. Pasaron un millón de lecturas. A la próxima etapa. Sin sobresaltos; con tesón. Me place, hablando de Bolivia, que estos blogs se hayan convertido en referente de autores jóvenes, de lectores interesados y voraces. En un espacio de gran público donde publicar con absoluta libertad, donde la censura está muerta. Gracias.
15/02/2018

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La ilustración conmemorativa es de Lander Zurutuza, amigo querido.

Wednesday, February 14, 2018

Llegó el tiempo de las mujeres/MIRANDO DE ABAJO


Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Ruth Bader Ginsburg, juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos hablaba del movimiento Me Too, de denuncia de acoso y abuso sexual sobre todo en lugares de trabajo contra las mujeres. Dice Ginsburg que el legado de este movimiento será duradero, en esta suerte de balanza entre el despiadado machismo de Donald Trump y sus incondicionales republicanos y la cada vez mayor actitud combativa femenina en su contra.

Trump jamás denuncia a los abusadores. La doctrina de la violación parece caer de perilla a un individuo que se precia de varonil, viril, metemano, militarista (nunca habiendo servido y habiéndose escondido de la leva para Vietnam cinco veces con  fraudulento descargo). No es que ir o no ir a la guerra marque la hombría, pero destacándose este presidente por una retórica guerrista y por desear levantar una formidable maquinaria militar, además de desfiles estilo soviético, se tiene que cuestionar. No culpa, o evita hasta el extremo hacerlo, a probados pedófilos y demás monstruos porque él mismo forma parte del gremio. Ni menciona a las víctimas; al contrario, victimiza al agresor. Es, para Me Too y las mujeres que no suspiran en su fétido entorno, el enemigo principal.

Al respecto, viniendo de un lado inesperado: la extrema derecha, Steve Bannon, ideólogo del trumpismo a la vez que agudo observador de la realidad nacional, afirma que el populismo como fuerza motriz es o va a ser desplazado por el movimiento de reacción femenina ante la situación actual. Que esta va a ser la línea que posiblemente destrone a Trump y que ha llegado para quedarse. La nueva era, la de las mujeres. No vendría mal un poco de agua para diluir la idiótica y fatídica testosterona del masculino ávido de poseer y descollar (claro que no lo afirma Bannon; lo añado yo).

Está cierto el neonazi en que en el desdén de Trump por las mujeres se atiza el desastre. La investigación rusa puede llegar a conclusiones devastadoras. Las conocemos y sabemos, solo que no hay seguridad cómo vayan a implementarse las leyes tratándose de un presidente o al fin nada ocurrirá. Por encima de esta truculenta conspiración, que incluye lavado de dinero de Putin y las mafias rusas, que desnuda el origen de la recuperación económica de Donald Trump luego de la caída, que abunda en putas meando en la cama y tal vez en vicios sodómicos  y gomórricos, está el empoderamiento de las mujeres como fuerza unida y decisora. Sería el golpe fatal al imperio del abuso, la ignorancia y la mugre que caracterizan esta administración.

Al parecer, y a diferencia de los hombres en los que priman los huevos y no la escasa razón, llega un tiempo de cambios radicales. Es posible que haya exageraciones, hasta “abusos” por llamarlos así en el proceso (ya lo denunciaron las francesas alegando que en tanta fobia se esconde un ataque al amor y al enamoramiento, al juego de conquista, al flirt, coqueteo y piropo). Pero, en líneas generales, está bien y es bienvenido. Hora es y hora llega que existan consecuencias, que se atosigue al poder y se desbanque a dioses, semidioses, intocables e irresistibles, así cueste que las hermosas mujeres de Klimt, eternamente retratadas, resuciten y cuenten de las veleidades del pintor y del supremo poder que pesaba detrás de su paleta.

Bannon predijo muchas cosas que el tiempo ha confirmado. Fue preciso en apuntar a un grupo de votantes relegado que incluso había elegido a Barack Obama, siendo negro y demócrata. Creo que esta vez también acierta, que Trump debe temer estas voces femeninas cada vez más mayoritarias y con grandes nombres asociados. El número de republicanas, evangélicas, beatas que aprueban el pecado si lo cometen los suyos, se reduce. Viejas locas o cowgirls de poco entendimiento alaban al sátiro de la Casa Blanca. Sinvergüenzas. Viciosas linchadoras onanistas. Marcha ya un rodillo. Y aplasta. Cuidado.
12/02/18

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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 14/02/2018

Imagen: Pentesilea, reina de las Amazonas, muerta a manos de Aquiles

Monday, February 12, 2018

El cartero llama dos veces


PAZ MARTÍNEZ

Llamaron dos veces al telefonillo, ni tiempo para reaccionar y, cuando quise abrir, no había quien respondiera. Volví a mis cosas, que las mañanas son de trajín y dejarlo todo organizado para la vuelta, a las 9. He puesto música, pero el perro no deja de ladrar. Me acuerdo a diario de la familia amigos y vecinos de Marta y sus ideas ¿dónde estaba escrito que necesitaba un perro? Suena de nuevo la puerta, la de arriba esta vez, y lo mismo, dos veces sin tiempo a reaccionar. Cuando abro, el tipo espera el ascensor. Se ve que hoy, hay movimiento en el edificio. Acaba de llegar y ya se ha quedado sin él. Se acerca preguntando 

-"¿Paz Martínez?"

-"Sí". 

-"El cartero", dice. 

-"Ya, ya me he dado cuenta. Siempre llamas dos veces". 

El perro sigue ladrando, teme a los extraños, pero ahora desde debajo de la cama, al otro extremo de la casa. Yo lo dejo, no le hago ni caso y, cuando me aturde demasiado, cierro la puerta y se calla. "Un monstruo vino a verme", le digo y él, contento de haberlo vencido, digo yo, mueve el rabo y alza las patas para husmear el paquete. 

Se ve que el contenido es tímido, "¡corre, Forrest, corre!", pero ni con esas, así que lo abro y empujo despacito ante la creciente ansiedad del chucho. "Muerta ciudad viva. Claudio Ferrufino-Coqueugniot" dice. Ahora entiendo la lentitud. 

Aquí estamos los tres, desayunando, a ver si se anima la cosa.

P.D. Venía envueltito en plástico de burbujas, dios las tenga en su gloria. 

Saturday, February 10, 2018

West Virginia/CUADERNOS DE NORTEAMÉRICA

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

El auto en que vamos los hermanos es un punto en el bosque. West Virginia es otra América. Sus casas y caminos son de campo. Vacas pastan y caballos miran con ojos negros.

Montañas vegetales. Sendas entre árboles. Y la noche come las horas; oscuridad que hace ciegos.

A veces nos detenemos para entrar a las cavernas. Allí, las aguas se petrifican sin angustia. Enseñan que morir es solo endurecerse, algo tan fácil.

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Publicado en OPINIÓN (Cochabamba), 16/10/1991

Wednesday, February 7, 2018

El milagro de lalangue

MAURIZIO BAGATIN

"La muerte es una quimera, pues cuando yo estoy, ella no está; y cuando ella está, yo no"   - Epicuro –

Los dichosos editores españoles de Muerta ciudad viva de Claudio Ferrufino-Coqueugniot lo saben: aceite nuevo y vino viejo, al paladar del lector y al de quien anda enamorado del deleite orgiástico de la literatura también, el picante, el amargo y el frutado del aceite de oliva se casa naturalmente con la madurez del buen vino; cuando leí por primera vez la novela de Claudio fue como el aceite recién exprimido, de la almazara a la prensa y de inmediato al pan, hoy que la leo nuevamente mis papilas gustativas me ofrecen la madurez de un vino - con toda su sabiduría - que el tiempo supo prudentemente mejorar y hoy servirnos en una copa aún más fine… esta es la magia del texto, esta es la grandeza de una penetración - ya lo dije varias veces - que a su tiempo logró el Juan de La Rosa de Nataniel Aguirre.

Hay una lalangue sostenía Lacan, y este es el milagro en la lectura de esta obra, esta es la primera lengua, es la lengua que habla con el cuerpo, es la lengua compuesta de sonidos confusos, de afectos, de estados emocionales, de letras inconexas, de mezclas de fonemas y espasmos del cuerpoes un lenguaje donde el significante no transmite el significado, pero está en el cuerpo del que habla. Ningún libro está escrito con lalangue pero lalangue son brasas silenciosas, por eso uno lee Bukowski en lugar de Benedetti, prefiere Majakóvskii a Prévert, nuestra relación con el lenguaje es filtrado por el misterio de lalangueel encuentro con un libro es de veras un encuentro solamente cuando en la lectura no somos nosotros los que leemos sino cuando el libro nos lee.

Esta ha sido mi lectura, mientras iba naciendo ya en Virginianos, madurando con El señor don Rómulo, confirmándose en El exilio voluntario e “inquietando” en Diario secreto el inquebrantable amor por la palabra de Claudio; en este valle fértil, de campiñas que bordeaban la desordenada ciudad, lo conservador se mezcla con lo pícaro, lo tradicional se enfrenta a todo cambio, manteniendo sólidas muchas estructuras coloniales, muchos vicios burgueses y muchas leyendas urbanas, Claudio se adueña de un lenguaje puro y sincero, quechuismos y contaminaciones importadas o de paso - de la época que vive - sin conformismo y con pocas gracias da a luz una visceral joya literaria, que el tiempo - sabio conservador y madurador - nos devolverá mañana con aún más luz y más poesía. Dejémosla madurar, a cada cosa su tiempo, a cada uno su trabajo… y al lobo el rebaño.

A quien tendrá la dicha de leer esta novela les invito un pellizco de otro poeta: dai diamanti non nasce niente, dal letame nascono i fiori.
Febrero 2018

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Imagen: Ben Nicholson, 1936


Tuesday, February 6, 2018

«Muerta ciudad viva», de Claudio Ferrufino-Coqueugniot

MIGUEL SÁNCHEZ-OSTIZ

Para que no haya engaños aclararé que me une al autor una amistad estrecha, de modo que lo que pueda decir sobre esta novela está mediatizado por ella. Imposible ser objetivo. Además, ¿para qué? Ni objetivo ni mesurado ni ecuánime, pero sí entusiasta.

Conozco a Claudio Ferrufino-Coqueugniot, conozco Cochabamba, y en concreto algunos de los escenarios de esta intensa novela, y también conozco a alguno de sus personajes por haber farreado en su compañía, de modo que cuando el autor cuenta que hay antros en los que hay que entrar tirando la puerta a patadas pues no se me ocurre pensar que es una desmesura novelesca. Así las cosas, diré que Claudio está muy lejos de una escritura inane, ya sea en sus novelas, en sus magníficos artículos literarios o en sus vitriólicos y demoledores artículos políticos contra el régimen de Evo Morales que han podido costarle más de un disgusto. Soy testigo de ello, como explico en el epílogo: «Dile a tu amigo que tenga cuidado que quieren armarle un proceso por sedición». Una prosa fuerte, viva, imaginativa, de una intensidad poco común y una filiación literaria poco o nada boliviana… solo que cuando se trata de un estilo propio y sólido, no me gusta hablar de filiaciones. Decir que el autor juega al malditismo y desdeñar esta historia por micros y macros sexismos y machismos es una mayúscula estupidez por mucho que esta corra con alarmante salud las palestras de lo político y socialmente correcto, del falso pudor y el más activo y violento puritanismo que está ya causando estragos. ¿Qué es el malditismo? ¿De qué minué de pavos reales estamos hablando? Deriva autodestructiva, la del narrador, un joven burgués con monomanía de encanallarse (como decía Céline del narrador del Viaje) y de disolverse en mugre. Mal viaje ese, desazona… Aviso… y también lo hago de la poderosa prosa de la que se sirve para contarnos de ese viaje que me parece que tiene poco de imaginario. Cochabamba es una ciudad amable, con colosales buganvillas, flamboyanes, poincianas, en la que se come diríamos que hasta dormido, con unos cielos que dan ganas de echarse a nadar en ellos, pero en la que hay días que huele poderosamente a mierda. La ciudad de la luz y el apetitoso aroma del chicharrón elaborado en calderos de cobre brillante es también un termitero de los milagros con niños de la calle (muchos) cleferos, rotos, mendigos, maleantes, borrachones que pululan por los alrededores de los mercados, burdeles cochambrosos, aguas servidas donde menos te lo esperas, unas chicherías pavorosas, como si su sentido fuera el matarse (sacarse el cuerpo) en ellas y cuyas puertas no encontrarías a la luz del día, recovecos, estrechos callejones, trastiendas de mercados donde venden gallos de pelea y un cementerio alrededor de cuya fosa común se celebra una ceremonia sobrecogedora, la de las almas perdidas. ¿Descenso a los infiernos? No, Muerta ciudad viva no es «Bajo el Tunari». ¿Se salvó Claudio Ferrufino escribiendo después de la muerte de Claudio Ferrufino? No lo sé pero el sobreviviente es el que mejor escribe de los dos, de eso no tengo la menor duda.

Yo me salvé escribiendo
después de la muerte de Jaime Gil de Biedma.
De los dos, eras tú quien mejor escribía.

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De VIVIRDEBUENAGANA (blog del autor), 06/02/2018

El domingo de los autócratas/MIRANDO DE ABAJO

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

He pasado la tarde de este domingo arrebatando minutos al tiempo, tratando de aprehender algo de lo que quiero y escapa. Ayudó el frío, esa llovizna de copos casi inmateriales que cae a veces. Decidimos, Ligia y yo, aislarnos hoy, cortar los lazos con el mundo exterior –que bastante hay interno- y aprovechar la modorra del invierno que calma, no a todos, e impulsa un espíritu casero.

Conocí -obra de piano- a Ignaz Moscheles. Música ideal para el refugio que la decisión había construido y que bloqueó llamadas, cartas, golpes a la puerta (no los hubo). Lecturas aquí, Mendelsohn, más de Moscheles, un interesantísimo documental sobre Korda, el fotógrafo de aquella imagen del Che… sí, aquella. Por supuesto que me situé en Cuba, y también en la Paz. Esta última sin saber bien por qué.

Se diría una tarde sensual, sentidos corriendo entre piel y arte. Fuera del arbitrio del dinero, ajeno a la ordenanza. La tarde se ponía gris, y cuando asomaba el sol venía con brillo de oro. Una estatuilla africana, cubierta de soga bicolor y con barba colgaba al lado de un pez colonial potosino en madreperla. La cueva del ogro, la caverna neandertal, con luz y vaho frío. Norteamérica está callada, encerrada en las casas mirando el Superbowl. Algunas tomas soberbias de downtown Minneapolis. De a ratos encendimos la tele, solo para saber porque en la noche, en el trabajo, comentarían y tendría que tener al menos una opinión para aportar. Eso o dar un rotundo no a la subcultura del fútbol y pasar por raro, desprovisto de energía, extraño, extranjero, terrorista.

Moscheles. Pila de frascos vacíos para escabeche. Mañana debo dedicarme a ello, a pelar cebolla y cortajearla, a mezclar vinagre blanco con rojo, pellizcar sal, añadir pimienta, hierbas aromáticas, ají panka amarillo, de acuerdo a lo que quiero aportar al sabor que perseguimos en esta sociedad ilimitada, desconocida, aún brumosa en que me metí. De gastrónomo astrónomo, creo yo.

Leo, hasta hace un momento en que aflora el crepúsculo, que cubre blancas piernas de mujer de velos sombreados. En Sukhanov (Nikolai Nikolayevich Himmer), decía Kerensky, hablando del zar, que él no sería el Marat de la Revolución Rusa. Corría marzo. Lenin escribiría su Tesis de Abril. Sabemos lo que pasó. Dando circunloquios lectores voy asomándome al cetro del poder. Sukhanov y Amílcar Cabral; Rebeldes y Amos 1500-1600, de Perez Zagorin. Españoles y holandeses renovando la matanza. Europa tiene tinte gris en treinta años de guerra. Dramático aunque Grimmelshausen ponga su aporte jocoso.

El domingo va muriendo luego de tan largo intervalo. Tuvimos a Boccherini y a uno de los Bach. Recordamos los patios de Puebla, de conjuras antifrancesas. Incluso así el día no alcanzó. A pesar de que la comida la envió una amiga: barbacoa y ensalada de fideo, y no calentamos el horno. Ahora está oscuro. Sobrevivo en dos luces que ayudan a ver la pantalla del ordenador y sugieren que tal vez este domingo sea el penúltimo antes de la esclavitud de buscar fortuna.

Dinero y poder, a eso llegamos. A la encrucijada en que a partir de pronto saldremos en pos de conquista de lo que importa en el mundo: dinero. No queda otra. Aunque sí, queda, la sensación de que existen universos de paz, confianza, entretenimiento y aprendizaje que no tocan ni por los costados las minucias de la ambición.

Pena dan Donald Trump y Evo Morales, tan solos en la pequeñez de visión, en sus limitaciones, su corto alcance. Que uno deba por obligación y angurria pensar cada segundo en cómo mantener prerrogativas y beneficios no puede ser menos que terrible. Asediados por miedo, atenazados, puestos contra la pared. París no vale una misa, pero sí lo valen esas teclas de piano que Ignaz Moscheles acaricia. Porque en ellas hay eternidad; del otro lado, materia.
04/02/18

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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 06/02/2018

Monday, February 5, 2018

Martes otra vez

Claudio Ferrufino-Coqueugniot

Quema la lámpara de 100 watts. Pero, al fin, luego de meses de oscuridad, puedo leer en cama, evitando la obsesión sobre Donald Trump y su costilla Evo que son peñascos que impiden la luz.

Isaiah Berlin sobre Vissarion Bielinsky. Inteligencia y pobreza; grandeza y pobreza. La generación del 40 rusa, que todavía pesaba hace unos años. Hoy, con Putin, los oligarcas y la mafia, no sé si continúa. Bielinsky, joven rural, modesto. El valor de la palabra. Más de un siglo de influencia. De él tuvieron que hablar Herzen y Bakunin, Turgueniev y Goncharov.

Sobre la mesa está Demetrio Rudin, de Iván Turgueniev. Leí que su inspiración fue Miguel Bakunin. Parece que fue, o también (en Isaiah Berlin), Bielinsky. Nostalgia por la juventud donde se leía a los rusos, en la que por cielos no volaban pavos reales con cartel de escritores y solo se observaba en la nieve sombras, las isbas de Gogol.

Me duele el costado derecho, la nuca derecha, la cadera, derechas costillas, hombro derecho. Gabriel llama a la una de la mañana que está en el hospital. Sangre, hemorragia, y sin embargo su hogar a esa hora luce tan tranquilo, con los perros olisqueando por debajo de la puerta.

Una muchacha, Paz, dice que mis bigotes son chulos. Me miro. Espejo. Veo a mi padre. Sonríe papá pero no habla. Ha crecido barba al otro lado. Me miro. Soy él. Felizmente.

Pero también soy yo.

Puteo sobre la nieve, maldigo el hielo. Un ciervo observa. Ojos del tamaño de mi puño. Bajo la colina, conduzco y resbalo.

Corto un trozo de queso. Humea el café.

Me dices que ya no te gusta el sexo. No te repugna, no. Gusto, no repugno. Y tengo que recoger el calzón verde con liga negra, derrotado. Si al menos el DVD estuviera bien. El Rudin de Turgueniev en este momento no me satisface. Quería imágenes visuales, no mentales. Deseaba tu cuerpo y lo cierras hecho un candado. Ni con barreta lo abro. Y el metal se convierte en suave ramita para fabricar canastas.

Corto más queso. Humea el café. De Sumatra, anuncia la etiqueta, con figuras de hombres casi negros, o parecen negros. Café para ricos de Estados Unidos, cosechado con manos pobres a las que se arroja centavos.

Te has ido. Dejaste olor a perfume no a sexo. La noche se atonta huérfana entonces, ansiaba otra cosa. A ese olor de sexo los mexicanos le dicen en la prisión “meco”. Noche sin aroma de meco, entonces. Queso y café. Pies fríos y calzón verde de liga negra que se ha suicidado de espanto.

Quería besarte estilo Chagall, con la cabeza doblada hacia atrás. Atrás hay sombra. No peco y meco.

01/18

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Publicado en PUÑO Y LETRA (CORREO DEL SUR/Sucre), 05/02/2018

Imagen: Marc Chagall