¿Qué escritores/as marcaron tu estilo
literario, o tu gusto por escribir?
Muchos. Pero, de los que se dicen “de
cabecera”, La Ilíada en la infancia y Los miserables de Victor Hugo; Un héroe
polaco, de Enrique Sienkiewicz en la adolescencia; Las cuevas del Vaticano, de
Gide, El rey de la máscara de oro, de Schwob, Caballería roja, de Isaac Babel,
o escritores como Jorge Luis Borges, William Faulkner, O. Henry, Lovecraft,
Dostoievsky, Solzhenitsin, Arlt, Jorge Amado, Gabriel García Márquez, Lev
Tolstoi, la literatura de la revolución mexicana, Alejo Carpentier, Pierre
Drieu La Rochelle, Henry Miller, Blaise Cendras, Apollinaire, Malraux, y tantos
que olvido.
¿Cómo describirías el proceso creativo en tus
textos?
Muy ecléctico, ya que depende del tiempo
disponible, que muchas veces es simplemente inexistente. No puedo darme el lujo
de horarios de escritura, de lectura, etc. Trato, y lo logro casi siempre, de
hacerlo a costa de horas de sueño por lo general.
¿Cuál es el género que más te llama la
atención?
Novela. Pero creo que leo más crónica, ensayo,
columnas, artículos literario-periodísticos, además de temas de mi interés como
la historia, antropología, arqueología, filología, etc.
¿Cuál fue el primer libro que leíste?
Una serie de libros de aventuras juveniles de
Enid Blyton. O tal vez Los muchachos de la calle Paal, de Ferenc Molnar, del
cual hicieron una preciosa película.
¿Qué lecturas te causan más placer?
Como te dije leo mucha crónica y artículos de
arte y literatura en los diarios. El sábado me traigo a casa el Financial
Times, el Wall Street Journal, el Denver Post, que tienen artículos formidables
en su sección cultural. El domingo el New York Times. Arquitectura, enología,
viajes. Tal vez los libros de viajes son los que más me atraen. Estoy con Darwin
y su diario del Beagle. Y leo una rusa, Elena Panteleeva, y un libro suyo en
este género.
¿Estás satisfecho con tus publicaciones?
¿Algo que quisieras cambiar o añadir?
Me gusta
escribir. Las columnas son un ejercicio literario para mí. Lo mismo los textos
sueltos que saco de cuando en cuando. ¿Mis libros? Pienso que sí, aunque
después de publicados no los abro nunca más.
¿Para
escribir un libro es necesaria una investigación previa?
No lo hago,
pero quiero hacerlo. Es otra opción, un desafío interesante. Investigo para
escribir columnas, hasta ahora no en novelas.
¿Qué libros
o autores nos recomendarías leer?
Tantos. En
Bolivia de los últimos que leí Alejandro Suárez, Darwin Pinto. Mis autores por
lo general son más bien oscuros, no pertenecen a la corriente principal. Los
clásicos son fundamentales. Suetonio, Heródoto, Tucídides, Esquilo, Homero (el
mayor), Sófocles, Cervantes, Goethe, Shakespeare, Milton, Montaigne. Autores
como Hugo, el portento de Balzac y el de Dumas padre, la gran literatura
norteamericana. Franz Kafka, Bruno Schulz, Gustav Meyrink, Franz Werfel, entre
los grandes judíos europeos. La poética de Celan y la de Apollinaire. Cortázar,
Juan Rulfo, José E. Rivera, Céline, Washington Cucurto. Lista interminable:
Güiraldes, Guimaraes Rosa, Ismail Kadaré, Iván Bunin y Alejo Tolstoi. Andreyev…
¿Qué opinión
te merece la literatura en tu país, Bolivia?
Creo que
avanza a un ritmo interesante. La apertura del oriente, por llamarla así, desde
hace unas décadas, la ha enriquecido mucho, la diversificó.
¿Qué
obstáculo consideras significativo para los escritores contemporáneos?
Siempre
publicar. El asunto más difícil. Toparse con la ignorancia, incomprensión,
desinterés por un lado e interés económico por otro de los editores. Siempre ha
sido lo mismo. La tecnología lo ha democratizado un poco. Hay otras opciones.
¿Cuál es la
visión que tienes sobre la literatura boliviana?
Veremos si
logra penetrar el mercado internacional. Que es, para aclararlo, también una
cuestión de cupos. ¿A cuántos bolivianos se permitirá un estrado internacional?
No es negocio.
¿Trabajas
en alguna obra propia en este momento?
En
un par. Cuando puedo y sin un rumbo todavía definido.
¿Algún
consejo para los jóvenes escritores?
Leer.
Escribir y corregir lo hecho una y otra vez. Los textos deben descansar antes
de publicarse.
¿Qué opinión o consejo te merece un
laboratorio literario como el de “Escritorio Acrónimo”?
Una aventura honesta y valiente. Hay que darle
impulso y continuar. Así se construyen las obras, con tesón y crítica.
Claudio Ferrufino-Coqueugniot
De ESCRITORIO ACRONIMO, 26/11/2012