Wednesday, May 19, 2010

Noticiero/MIRANDO DE ARRIBA


Sonrío ante los arrebatos femeninos de algunos "intelectuales" acerca de lo que escribo. Femeninos en el sentido peyorativo del término, que no refleja la realidad concreta e indiscutible que las mujeres son más, más valientes, más perspicaces, más todo que los hombres. Pero no soy, y no me interesa serlo, "políticamente correcto"; no desdeño el causar malestares hormonales en tales individuos que de pronto se han sumado al indigenismo, al socialismo, al masismo, evismo, garcilinerismo y demás vainas sospechosas y falaces.
Dicho esto, recorro a diario periódicos y televisores anotando desmanes de los gobernantes de esa sufrida tierra que hoy es plurinacional y mañana quién sabe. Lo hice cuando las idioteces venían de George Bush y su carroña asesina. Lo escribía y publicaba mientras los otrora enemigos del MAS, y hoy furibundos seguidores, practicaban en casa dolores del cuerpo y delicias del alma que parece trae el pecado nefando, del que hacen corte, y cohorte son, de quienes hablo, sociólogos del ocaso y anarquistas de la penumbra.
Hoy veo en primera plana unos gemelos: el Papa y Evo Morales. La unión perfecta, que con el vicepresidente conformarían la Santísima Trinidad. Digo de religión, porque estos seres sobrevuelan los entuertos humanos y en vano pierden saliva conversando del sobrecalentamiento, la pobreza, el Premio Nobel de la Paz, los calvos y los pollos. Su iracundia ya sólo puede ser domeñada por el lujo y la vanidad, por mármoles y cueros, sedas, perfumes, ostentosos aviones donde puedan sentar sus decorosas testas y sentir que por encanto las tristezas del llamero pasaron a convertirse en lujurias de futbolista del Manchester United, todo dorado por fraseología barata de bienaventuranzas del lado del Papa y alucinaciones por el otro.
Asusta que en pleno siglo XXI el deterioro del pensamiento vaya tan rápido como el crecimiento tecnológico. Increíble y peligroso, porque pueden imaginar qué significa una bomba atómica en manos del ayatola imbécil que en Persia afirmó que los terremotos los producían las malditas mujeres al no ocultarse tras el velo. Si lo más lindo es que no oculten nada. Desconozco las aficiones del mentado turbado barbado sacerdote del oriente, pero no deben ser muy divertidas y menos causar terremoto alguno en su triste indumentaria que más triste físico debe (y eso está bien) esconder.
Nos hallamos ante el imperio de la estulticia. Y, claro, los culpados cuando se derrumben estos ídolos de aire, serán los de abajo. Como siempre.
La historia enseña, y en contextos de mucho mayor poder y seguridad, que los castillos de arena no duran. Pero se necesita quien anote -porque efímeras vienen las horas- los nombres y posiciones de quienes atentan contra todos. En la entrada de la ciudad mártir de Oradour-sur-Glane, en el Limousin francés, un cartel reza: "Souviens-toi". No te olvides...
17/5/2010

Publicado en Opinión (Cochabamba), 18/5/2010
Publicado en Semanario 1 (Santa Cruz de la Sierra), 25/5/2010

Imagen: Afiche de Mano Negra (King of Bongó)

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