Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Podría, tal
vez, quedarse un tiempo más (Evaristo) pero de poco le serviría. Llegamos a un
punto de inflexión. Su poder se ha resquebrajado y no podrá recuperarlo. Al fin
parece que van formándose nuevos líderes y el tiempo dirá. Dirá si se va a la
cárcel o al exilio dorado. Que lo sigan allí los Molinas y demás, para
limpiarle los mocos. Para eso sirven ya que con el verbo no se ajustan al ritmo.
Aunque buscan y encuentran amo fácil, no importa por ni de dónde. Lenguas
curtidas en espasmos corporales.
Como
muestra de la amenaza masista, los “hermanos” incendian de nuevo el Parque
Tunari en Cochabamba. Advertencia, dirán, pero no pueden contra un país entero.
Evaristo amenaza con el cerco. Se cree el satélite Tupac Katari, por lo
inservible será. Cerco. Voy a enseñarles, afirma con dejo criminal. Que enseñe,
vamos, y que aparezca, machito de palacio, a enfrentar a la masa que lo
vilipendia. Nunca lo haría, se escuda en su peluquero y su modista, en la
nulidad del entorno palaciego, en la oclocracia reinante y el lupanar. Maduro
ofrece tropas. Las conducirá él mismo por los caminos de América. Apenas salga
cien metros de su seguridad lo convertirán en charque para perros. Lo sabe, por
ello rebuzna desde adentro. Cristo pone púas de fierro en la punta de su
látigo. La espalda de los fariseos suena como pipoca al recibirlo. Imagino el
gusto del mesías apaleando a estos, con qué ganas lo haría, con sonrisa
bienaventurada. No dudo que apalearía a Francisco papa también, al negro
jesuita de maña y espanto.
Llega el
lunes y recorto mi columna a la espera. Lunes, otra vez, canta Sui Géneris,
pero no es el mismo lunes de siempre. Se juega Bolivia pero ya hay un solo
perdedor: Evaristo Primero, rey de la pachamamada, así permanezca unos meses
más en el cargo. Regálenle unos Adidas porque saldrá corriendo. Temprano, y no
tarde.
27/10/19
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Publicado en EL DÍA (Santa Cruz de la Sierra), 29/10/2019
Imagen: "La llegada", por Nicolás de Jesús. Aunque en este caso es "La salida"