Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
¿Qué extremo hace
falta para desenmascarar el gobierno más corrupto que tuvimos jamás? Ninguno,
si de entrada vino así, azuzando el fortalecimiento de los grupos ilegales, a
un costo cuyas consecuencias se verán después. ¿Para qué? Nunca para fortalecer
una ideología o un sistema social que se manejase de acuerdo a retóricas ya
probadas, y fracasadas. El falso entarimado montado en Latinoamérica sirvió, y
sirve aún en sus estertores, para inventar una nueva clase, burguesía,
oligarquía, pero carente de la visión que alguna de las anteriores tuvo de
fortalecer un país en aras del porvenir. Maternidad de ricos.
Este fue, y es,
el lucro por el lucro, simple y llanamente, capitalismo salvaje en su mejor
expresión. Ekekos, achachilas, yatiris, cualquier parafernalia que se utilizase
para decorarlo, y, en medio de un pueblo idiota, justificarlo solo pesa como
anecdotario. El canciller Choquehuanca, alias Papalisa, creó un ente (Evo
Morales) como mascarón de proa de un barco que estaba hundido antes de zarpar.
En términos de desarrollo, progreso, ampliación de ideas y recursos, digo,
porque en los otros, los monetarios, ha sido el negociado montado más exitoso
de la cuasi república y cuasi estado donde a veces bendecimos haber nacido y
otras no.
Resulta que ahora
el oscuro brazo de la corrupción ha tocado al que en este universo de ciegos se
consideraba impoluto, al Robespierre de barro andino, todo lo opuesto al
Maximilien que la historia nos ha mostrado: Álvaro García Linera, la pobre
inteligencia detrás de un monumental mamotreto de robo y escarnio. Los
periodistas se azoran, ¡atiza!, exclaman, cuando lo obvio siempre estuvo. Pasa
que los bolivianos no nos cansamos de fabricar ídolos inservibles que nos hagan
creer que de algo somos capaces. Sin esfuerzo, claro, porque el esfuerzo
significa utilizarnos hasta donde el cansancio no permita ya la fiesta. Eso no
podemos hacer, sería como desventrarnos en un sepuku inconcebible para este
pueblo sin orgullo. Mejor diseñarnos santos, genios, mentiras y falsías, y revolcarnos
en el esputo de la historia porque queremos todo ya y sin sacrificio. Y no me
vengan con vainas del pobrecito indio atenazado, torturado, vilipendiado por
uno u otro imperialista. Los pueblos con huevos se sobreponen a la mayor
miseria con dolor y tesón. A nosotros nos basta el lloriqueo.
Robespierre había
sido ladrón entonces. Qué novedad, casi como que los satélites vuelan y el río
corre. Que el otro había sido asesino. Vaya con las nuevas que son prehistoria.
Pero hay que mantenerlo, conservarlo, porque gente que no se respeta ni se
quiere no ve más lejos que sus narices, que el entorno de supuesta bonanza y
riqueza que alcanzan con un autito, una comidita allá, un platito de la tarde
acá, una cervecita acullá, todo en diminutivo porque hay que minimizar la
tragedia hasta donde nos la creemos lo opuesto. El coro griego entona en este
momento de la escena más lloriqueos.
Edipo rey que
mata a su madre no una vez sino todos los días, semana tras semana, año tras
año, sea comunista o falangista, mestizo, cholo, indio, blanco o negro,
detalles sin importancia porque en cualquier nivel de la escala social, mental,
boliviana las cosas se manejan igual. Entre empresarios y entre cargadores.
Igualito, menudo, ventajoso y travieso. Nunca capaz, nunca inteligente, nunca
valiente. Bola de esclavos, leo por ahí. Bola que rueda en ruleta de número
único.
Nada va a
suceder. En Venezuela idolatran la momia del transgresor por excelencia: Hugo
Chávez. Un día colgarán sus despojos como colgaron los de Cromwell que sí era
honesto. Estos chiquiticos, raterillos, vivos que encontraron el vellocino de
oro en la angustia ciudadana, en su cansancio, su frustración, tienen todavía
para un rato, parece. Pero, como en todo, hay catalizadores por emplear.
Mientras tanto los Lineras, Maduros, Moralitos, Surcos y demás patanes de feria
popular, colman sus bolsillos de botín.
31/03/14
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Publicado en El
Día (Santa Cruz de la Sierra), 01/04/2014
Imagen: Afiche
francés de Alí Babá y los 40 ladrones (1954)
Cómico fue el platinado sofista al intentar hacerse el opa con los contratos de su cuñada y más aún al querer dar otra vez lecciones de moral y ética a la población. Vaya cinismo. Al parecer, lo de BoA había sido un negocio familiar, por lo que pude leer hasta la hermana de la cuñada del vice trabaja en la aerolínea. Falta saber a dónde van a parar las ganancias de esta empresa, que goza de una situación privilegiada al ser prácticamente un monopolio, con todos los vuelos copados y con listas de espera como colofón. En tales condiciones, es un negocio asegurado y jugoso además. Lo terrible es que nada a va suceder, como bien apuntas, hasta se ve mas gallito el acusado. Afectuosos saludos.
ReplyDeleteVergonzoso ver al sabihondo (otro mito) convertido en vulgar ratero y tratando de justificarse. Soñó con un puesto en la historia en una lista de pensadores. ¡Pobrecito! si es un simple ladrón y bastante tonto además. De esa clase están hechos los revolucionarios de hoy. Inmundos pingajos de tremendo fracaso. Saludos, José.
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