Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Pensando en
Odessa. Antes de irme tengo que ir. Bajar la escalinata. Yo soy el bebé en el
coche. Al fin está el negro mar que he visto, y Catalina emperatriz, iluminada
por las estrellas y el parque griego. Pienso en Odessa, pienso en ti. En ostras
con queso derretido.
Pasó la
hora en que se alista una pasta, a las diez de la noche. Chopin, Purcell, a
todo volumen Purcell, los coros femeninos, la celebración, mientras bajo por la
calle 8. Muevo los dedos, director fantasma de coro espectral. Soy solo el mago
de Kharkiv, no el de Lublín, y peco como Onán. Y pienso que no vi el bosque de
la frontera polaca, y me pregunto qué fue de mi vida. Virgen de la Macarena en
el cd. De noche, cuando me acuesto, le pido a la virgen de la Macarena, o algo
así. ¿A quién pido yo? Madre, padre, no me olviden que la noche me rodea y van
quemándose los focos.
Raspo un
parmesano. Córdoba, Argentina, en el abasto, con las hormas negras de queso hasta
el techo, cinco metros de queso. Y bolas largas de provolone. Era la Argentina
de la muerte, los setentas. Lo sabía y seguía yendo al cine: Tarkowski, Wajda,
Las señoritas de Willco, Stalker, la Zona. Mientras la gente huía y los
automóviles andaban con luces internas encendidas, no fuese que los
confundiesen, o acribillaran, y los volaran por encima del lago de San Roque
para tirarlos con peso, desventrados, a las aguas calmas.
Qué lejos
aquello. Cantatas, arias de Vivaldi. De no creer que volaban aviones cargados
de cuerpos, apilados como reses para satisfacer el canibalismo nuestro de cada
día, la sangre diaria, la carne, el excremento. El domingo pasó entre lluvia y
granizo. Hojas mojadas, pastos húmedos. Odessa, claro, pienso en ella y pienso
en ti. Me preguntas si te matrimoniaré, si quiero tener hijos pelirrojos que
digan de la ciudad del mar oscuro casa, de la antigua tierra que cultivaban los
argivos para llevar a la lejana Troya, donde los héroes morían. Pero también
comían y fornicaban.
Voy
decidiendo. El tiempo del llanto se ha sentado a descansar y piensa. Miro, por
la falta de peso, que debajo de las tetillas crecieron un par de arrugas.
Espalda curvada, bíceps de trabajo, el cuello de toro de los Ferrufino, el
deseo. Los potros Ferrufino, decía mi padre, y ese hombre caminaba como un
soldado japonés a sus ochenta años. Cerró los ojos y se fue yendo,
escuchándome. La muerte de Gengis Khan. La estepa llora, los pastos se han
hecho grises. Mi cabello encegueció y las manos se aclararon. Nunca más, es
frase ambigua, porque cada vez que me veo está él, el caballo salvaje de los
años cincuenta, el paso vivo del día antes de morir. Lo he visto, yo apoyado en
una columna de la catedral, cruzar la plaza principal sin mirar a nadie. Nadie
se le acercaba, era hosco; estaba consigo y bastaba. Lustrarse los zapatos.
Comprar el periódico y sonreír. Duro hombre de bella sonrisa.
Cortado
chico y agua sin gas, por favor. Que cortés fue, y valiente. Sonríe, Joaco, el
Joaco de Alicia, que por ahí andan los dos guardando mi casa, consolando,
lavando mis pañuelos que ya no se mojan.
Murió Joao
Gilberto. Le gustaba a mi ex, lo cantaba. Hoy, manejando, aprendí que la bossa
nova es un samba lento y pausado. No lo sabía. Lo escuché, dos horas, por la
tarde. Lo comprendí al fin; no diré más que es una mierda. Todo tiene
antecedente y posterior. Nada se inventa de la nada. Cristina me escribe si
tengo inconveniente con el color de sus cabellos. Tus hombros son los mismos,
respondo, el color del agua que los moje será bienvenido. Anunciamos el
encuentro con tambores, si se da, y nada desafinará entre nosotros, ni el
púrpura ni la arruga, que la belleza flota y el aire huele a cedrón. Yo
necesito saber si quieres ser mi amante, cantaba Camilo Sesto. Pues lo
necesito, dímelo, antes de que la lluvia deslave las huellas y sobre la tierra
no queden rastros.
Tus ojos…
tus ojos cántaros de miel…
Paso vivo,
el soldado japonés camina 30 kilómetros por día. ¿Cuántos caminaste hoy, papá?
Más japonés que los japoneses, más Mishima que los suicidas. Dragón, botas
fuego por la boca. Dragón, vuelas.
07/07/19
No comments:
Post a Comment