Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Africana es la enciclopedia de la cultura de Africa y de su descendencia americana. Se inicia con una foto de W.E.B. Du Bois, sociólogo, historiador negro que luchó por la igualdad de derechos en los Estados Unidos, que estudió en Harvard y en Berlín y que murió en su retiro africano en Ghana en 1963. ¿Por qué Du Bois? Porque exploró la historia y la vida afroamericana dándoles una importancia largamente soslayada en la formación de los países de América.
La galería de personajes, países y hechos es extensa, demasiada para quien no guste de la mixtura como lo hago yo. Una lamentable exclusión es la del libertador Simón Bolívar, el gran zambo, quien de manera extraña no figura en este exhaustivo libro. Solo se lo menciona en la sección dedicada a Alexander Pétion, presidente de la primera república negra de América: Haití. Están Dessalines y Papa Doc (que negros malos también hay); Cesarea Evora, la diva de los pies descalzos, y Diana Ross; Alejandro Dumas padre -e hijo, porque hijo de negro, negro es-, aunque lo obvio de su sangre africana le resalta únicamente en los rizos; Pushkin -parece difícil creerlo-, descendiente de reyezuelo, esclavo, liberto y negro ilustrado, quien a pesar de la burla de sus contemporáneos por su herencia de color, se levanta como la mayor expresión rusa.
Amílcar Cabral y Chucho Valdez; Cachao y Bebo Valdez; santería y tango, quizá derivación directa de Shangó. El gran Machado de Assis y sus compatriotas Lima Barreto y el cineasta Glauber Rocha. La saya, en una entramada calle de yungas, en los trajes blancos de cinturón rojo de los negros de Bolivia, país que recibió menos esclavos negros que cualquier otro de Sudamérica, debido a que la plaza de Potosí se hallaba muy lejos de los puertos de entonces. En Bolivia, el negro representaba más la riqueza familiar de aquellos que poseían sirvientes de color, que otra cosa. Tal vez por eso aún se decía cuando yo era niño "negrito buena suerte", porque la suerte se apareja con el dinero.
El rock and roll viene de raíces negras; negro es el blues. Jimi Hendrix se asocia en la distancia de la sangre con el danzón e igual lo hace Toto la Momposina con Louis Armstrong. La insurgencia de los mau-mau en Kenya tiene parangón con los más antiguos quilombos del Brasil y los palenques de Cuba. Por fin se reconocen la importancia de Zumbí y de Henrique Dias. Wilfredo Lam es un gran pintor; Didí era un mago con los pies, y en la costa atlántica de Colombia se baila cumbia y se toca caja en Perú.
30/03/03
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Publicado en Opinión (Cochabamba), 04/2003
Fotografía: Máscara ibo, Nigeria suroriental
Monday, January 13, 2014
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Caramba, que jugoso y esclarecedor artículo. Ni se me pasaba por la cabeza que Bolivar haya tenido sangre africana, ¿acaso había una intencionalidad de ocultarlo? No recuerdo ni una biografía o cualquier escrito donde se haya siquiera sugerido tal cosa. Hasta suena ridículo que Chávez lo haya hecho resucitar con rasgos indígenas. Los Dumas y¡ Pushkin! otros grandes sorpresas. Cesaria Evora la acabo de descubrir gracias a un video y he quedado fascinado al instante con su voz. Saludos.
ReplyDeleteVeré de poner en la red un par de fotos que tengo con Cesarea Evora cuando estuvo en Denver. Si las encuentro. Ella es fascinante. Bolívar, Pushkin, Dumas, Hace poco salió en inglés una obra biográfica del "conde negro", un general francés, hijo de aristócrata blanco y esclava negra, padre del escritor, y cuya vida parece que inspiró El conde de Montecristo. No la he leído aún pero ha tenido buenas reseñas. Saludos, José.
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