Claudio Ferrufino-Coqueugniot
No puedo dejar de
pensar en Raymond Chandler al cerrar en el ordenador la última página de Los acertijos de Glenda, de Roger Otero
Lorent, novela, como tanto de su obra, premiada en justo derecho. ¿Por qué
Chandler? Por el desarrollo inteligente del argumento y una destacable solidez
en el diálogo de esta intrigante, fresca, ágil y apasionante nueva creación del
autor cruceño.
Porque además del
suspenso, del misterio, Otero filosofa acerca de la vida y de la muerte, en un
entorno cotidiano, no grandilocuente, que desenvuelve detrás de una aparente
intrascendencia un complejo mundo de relaciones que absorben al lector y lo
impulsan a resolver los acertijos de los personajes cuanto antes. Aquello que
comienza como una narración coming of age,
de despertar a la vida y al amor, va complicándose en laberinto de situaciones
y palabras donde deseo, afecto, eficiencia, tiniebla y análisis se funden para
darnos otra inolvidable experiencia de leer buena literatura.
2013
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Fotografía: Prueba de portada de la novela
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