Críptico
encabezado. En sí no dice nada. Pero sabemos nosotros, bolivianos, que es otra
de las acumulaciones de pelotas en el arco nuestro. Si miramos al detalle a los
técnicos locales, diremos que existe lógica en los resultados. Gente formada
del fulbito callejero, de la pichanga; no solo eso, individuos apaleados en la
infancia, con alto grado de alcoholismo (social en el país) familiar, con su
dosis letal de acullico de la hoja maldita, entre mil y un etcéteras que nos
convierten en derrotados de entrada. Así como el presidente, así el entrenador
de fútbol. Inventores de mitos; mitómanos. Abusados. Abusadores.
Sorprende oír que
uno de los jugadores, dadivoso, prestó una suma en miles de dólares para que
Bolivia pudiese jugar contra Argentina, o para que Argentina jugase con el
ratón. Qué triste. Y yo que me creí la historia de la Suiza de América, del
litio para el universo, del Mutún y Misicuni, de ojos en las estrellas, de
líderes mesiánicos. Paja, pura paja al estilo nativo, brutal, no sofisticada,
aberrante y extenuante. ¿Dónde está el dinero del cacique? O solo viene cuando
lo dejan hacer lo que quiera en la cancha de fútbol, cuando da rodillazos
cobardes y se pone camiseta de seleccionado que no le corresponde. Que juegue
para el combinado de Orinoca, y que lo haga en la posición que le parezca,
porque esto de las posiciones es francamente decisión propia y no asunto de
género.
Lo que tiene en
mente Morales, mal llamado por todos con el mote popular de “Evo” (intimidades que
no me permito porque ni amigo ni correligionario suyo soy, menos admirador),
muestra una estrategia coherente: esta manía de ser dueño, patrón, de detentar
poder y dinero, le ha explotado de forma exponencial. Desea hacerse con la
Federación Boliviana de Fútbol, de algún modo. Tiene que ser su patrimonio
personal, al igual que las universidades públicas a las que ataca porque su
objetivo está en privatizarlas y ser el mayor inversor. El pretexto: que los
“hermanos” y “hermanas” cocaleros no desean que sus hijos estudien en San Simón
(como ejemplo), sino en universidades privadas. O soy cojudo o qué, pero este tipo parece imitar a Donald Trump
con veleidades de Stalin. Los “hermanos” y “hermanas” -de quién serán, no míos-
carecen de intención de estudiar, quieren comprarse jacuzzis pero no para
bañarse, vade retro, o contemplarlos como objetos artísticos, no. Con la misma
petulancia y empeño de adquirir hummers y regatear en Miami. Ricos,
millonarios, multimillonarios, seguirán viviendo como cerdos en casuchas de
palma porque cabe dentro de una idiosincrasia vil e incomprensible, desde
arriba.
El tipejo, tipazo
para algunos intelectuales lameculos, se menea en las canchas de pelota de todo
el mundo. Manipula a alemanes, suecos, norteamericanos, para que se pongan los
“chores” y pateen con él la bola. Malparafraseando a Borges diremos que hay
veintiún idiotas y un cabecilla corriendo detrás de este objeto rodante con el
único fin de producir orgasmo en el cerebro entrometido del mandatario del fin
del mundo. Lo lógico era que para la segunda goleada contra Argentina al menos
pusiese plata. O que lo metan a jugar en un futuro de número diez y los
cárteles paguen a las estrellas rivales a fin de hacerlo acreedor del triunfo y
merecedor del aplauso.
No vale acusar a
los futbolistas bolivianos por la derrota eterna, con una pizca de glorias.
Representan lo que somos: país de alcohol y hoja sagrada. Territorio de la papalisa,
que según el docto Choquehuanca funciona mejor que el viagra. Lo habrá probado
en carne propia, supongo, porque mucho de este chisme de probar en carne propia
anda como fantasma entre los salones del masifascismo, bien sabemos por qué.
Un técnico, otro
técnico. Que le pregunten a Dios (Evo Morales), o a su profeta “Francisco”
Bergoglio. Eso si no espiamos al rival desde el espacio en máquinas de
trescientos millones, tal vez doscientos cincuenta menos comisiones. Quizá así
nos vaya mejor. Ama sua.
14/09/15
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Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 15/09/2015
La menesterosa situación de nuestro futbol (con hechos aberrantes como el haber pactado el partido con Argentina desde la cárcel o que un jugador preste plata para los pasajes) es una faceta más de lo que nos caracteriza como pueblo: postración, atraso, superstición, sometimiento; en suma, anemia social. Tierra fértil para que los iluminados y los oportunistas acumulen dinero con cualquier asunto, mejor robando en grande que es más rápido y hasta da cierto prestigio. Dentro de estas iniquidades, el gobierno festeja de nuevo otro triunfo de su diplomacia, con bombos y platillos anunciaron que la ONU pondrá dentro de sus estatutos el código del ‘ama sua, ama khella, ama llulla’, según se dice como triunfo de la superioridad moral de los originarios, resolución por demás irónica después del saqueo millonario al Fondo Indígena. Por si fuera poco, el cacique ya canta victoria ante el próximo fallo de La Haya, creyendo que hasta los jueces internacionales estarán a su servicio. Pero el chasco podría ser por goleada. Saludos
ReplyDeleteLa goleada está cantada, aunque pueda tardar. El cimiento de esta farsa es endeble, es trabajo de los dos cochinitos flojos, no del inteligente. Solo falta el lobo feroz que les tire encima el techado. Entonces habrá que atraparlos con redes y cocinarlos: lechón al horno no vendría mal. Saludos, José.
DeleteLo que podría ser un artículo interesante termina con un exabrupto, destilando un chorro racista…. Qué tiene que ver la hoja de coca y la papalisa con este bodrio político? Nada o lo opuesto si vemos en otro sentido: desde la perspectiva de la seguridad alimentaria y la nutrición no ver ni reconocer que tenemos ventajas comparativas en la calidad de muchos de nuestros alimentos locales andinos, amazónicos y del Chaco (no voy a enumerar la gran diversidad de alimentos valiosos existentes, entre los cuales la COCA y la PAPALIZA) es IGNORANCIA. En EEUU el 80% de la población come chatarra (MIERDA) industrial, por eso la saluda de su población es pésima. Recuerdo una entrevista que hice en los años 80 del siglo pasado a Mario Argandoña (médico jubilado de la OMS y fundador de la Sociedad Boliviana de Medicina Tradicional), sobre la efectividad de la medicina tradicional y de los alimentos andinos en la salud de la población boliviana; el título que puse a la entrevista creo que resume muy bien todo su sólido contenido: “Medicina Tradicional, Cinco Siglos de Reto al Exterminio”. Que no entiendas estos temas que tienen una connotación de políticas agroalimentarias en el contexto mundial no es grave, lo censurable es que lances con tanta soberbia lapidarias opiniones que descalifican todo lo que aquí se produce. Esta postura, lamentablemente, pone abajo todas tus críticas políticas... Pensando en voz alta, te confieso que lo que inicié leyendo con entusiasmo termino provocándome una sensación de “pinche texto” al terminar…..
ReplyDeleteNada he dicho en contra de la papalisa, Elizabeth, y sí del imbécil de Choquehuanca. Respecto de la Hoja, es, y siempre ha sido, un instrumento de opresión. Vale tu opinión, sin embargo; no la descalifico. Respecto al mito de la salud en territorio nuestro, creo que debieras informarte mejor. Más que salud hay hambre y mucho carbohidrato y picante para engañarla. Falso que vivimos mejor y nos alimentamos mejor.
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