Thursday, July 1, 2010
El año viejo... ¿nuevo?/MIRANDO DE ARRIBA
En vísperas del festejo del año nuevo, aunque ya lo festejé en enero, me pongo a escribir bajo la noche masista y las rimbombantes estrellas de su entorno, que devoraron a chinos, acadios, sumerios en el éxtasis de las aguas del lago que incluso se tragaron al desmentido Manco Kapac y a la pobre Mama Ocllo. Los advenedizos quechuas ya no importan nada; ahora son aquellos a los que sojuzgaron, les sacaron los ojos (ver Guamán Poma), los aymaras, quienes finalizan el ciclo circular de la historia para quedarse eternamente. Dicen.
Un paseo hacia Sacaba más observaciones al paso muestran un interesante detalle de lo que sucede hoy acá. Profusión de banderas azules del MAS, en sustancioso número, avisan de un apoyo masivo a esta sigla política. En primera instancia se podría pensar que el gobierno tiene razón y que esa abstracción que es el pueblo lo apoya, en oposición a los oligarcas de las ciudades, sospechosamente menos oscuros en piel, lo que da matices de raza a la que dicen ser una cuestión ideológica. Sin embargo la mayoría de las casas y edificios que ondean tal emblema, ni siquiera la wiphala, son construcciones de primera, a decir de ladrillo y concreto, con portones metálicos, camiones o SUVs en los garages, tal vez una ferretería, un aserradero, bodegas y otros, mientras es muy rara la vivienda pobre que expresa su posición de voto en absoluto. Será que a los pobres les da igual quien se llena los bolsillos. Continuemos... Parecería entonces que el masismo va creando una nueva casta de elementos que bordean la bonanza, la riqueza y situaciones mayores -reales en la repartija total- cuya adhesión a cualquier socialismo semeja ser imposible. Se diría una nueva oligarquía, o el renacimientp de los kulaks (andinos), con la diferencia que los kulaks barridos por la revolución rusa eran, a pesar del lastre que acarreaban como clase, productivos, mientras que los kulaks mencionados provienen de las actividades del contrabando y el narcotráfico, no de la siembra, la industria, el trabajo y la imaginación económica.
¿Hablar de socialismo en condiciones tales, con elementos así, a pesar de que por origen provengan de lo que hoy se llama originario, como si los demás fuésemos ficticios, y por interés sean los capitalistas peores, los arribistas, los globalizados en una confusa mente que reúne Facebook y la angurria por pertenecer al imperio con sacrificios de llamas y airear al sol del solsticio sus partes, todas o algunas.
Partimos de falacias, de mentiras, de una supuesta unidad monolítica inexistente al centro de los poderosos. Llegará el día en que sin enemigos, porque enemigos suyos u oposición no hay en este país, las contradicciones del MAS salgan a flote, las opciones de optar por un fundamentalismo aymara de la mano de Choquehuanca, apóstol de las piedras, o un estalinismo sui géneris, fruto de los k’aras en palacio y que indefectiblemente devendrá en enfrentamiento, racial que no de ideas, y significará su fin.
21/6/2010
Publicado en Opinión (Cochabamba), 22/6/2010
Imagen: Mercado de coca en Villa Fátima, La Paz
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