Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Me presto de Eduardo Galeano el encabezado.
Una rápida aunque febril mirada por el horizonte de América presenta un panorama surreal. Comenzando por el país más rico, los Estados Unidos, donde -y a pesar de lo emblemática que todavía resulta su elección- un presidente Obama parece no estar hecho para el cargo. Su inexperiencia se asocia a una falsa humildad que le hace destapar graves falencias de estadista. No comprende Barack Obama el alcance de sus manos e intenta reconstruir país e imagen con concesiones como si fuese presidente de Kenya. Allá él, pero cuanto haga se reflejará necesariamente en la órbita de su esfera.
Eludo a Hugo Chávez, quien cada vez con mayor convencimiento semeja uno de los horripilantes gnomos de Tolkien, peor cuando se pone a cantar o se excede en sus ínfulas machistas -al estilo mussoliniano- que hacen sospechar una intimidad diferente...
Qué decir del obispo Lugo, presidente del Paraguay. Su slogan de "Lugo tiene corazón" debía cambiarse al de "Lugo tiene el miembro eréctil", cosa que no debiera ser un anatema en condiciones normales, pero que es un crimen en su caso. Porque este fraile del infierno -aunque sea usual entre su gremio hacerlo- se aprovechó de una posición de poder para violentar y embarazar a quién sabe cuántas mujeres. Decir que el sexo fue consensual no significa nada. Estando el individuo en situación de privilegio es violación y merece cárcel. En algunas regiones, asunto que no comparto, sería pasible de castramiento. Tal vez así, ya convertido en buey, el presidente Lugo pudiera entrar al paraíso y ser obispo de nuevo. Cuidado con los hipócritas cuando hablan de revolución. Este cura, supuestamente desarmado, evidentemente llevaba intenciones debajo de su inmunda sotana.
En América Latina corren vientos de comedia.
Uno concreto, con los pies sobre la tierra, es el acobardado Lula, manso como un sirviente pero con la capacidad de comprender los mecanismos de una época de cambio. Época que permite a un amigo vilipendiar mis palabras de desacuerdo con el Inca (es herejía hablar mal del semidiós), pero cuando le pregunto, ya que es buen aprendiz de capitalista, cuánto paga a sus obreros me contesta: "lo justo". ¿Cuánto es lo justo? Silencio. ¿Provees vacación, seguro médico, seguro de embarazo a tus trabajadores? Silencio. Comprendo que alguien al hacerse industrial, sobre todo con las ventajas que idolatrar al régimen trae (en tierras y contratos), quiera enriquecerse. No es raro, pero dorar la píldora de la explotación con retórica revolucionaria es no sólo hipocresía: es traición.
Bolivia siempre vivió patas arriba. No recuerdo un momento de mi historia personal donde se asentaran sus cuatro pies de cuadrúpedo. Mucho menos ahora y en este instante del auge "terrorista", donde las últimas noticias son que García Linera y Quintana contratarían a Rózsa y Cia. para desestabilizar los intentos autonomistas del oriente. Todo puede ser. Es Bolivia, tierra de las Alasitas y del Ekeko.
No sabemos si es verdad y nunca lo sabremos. Sin verificar ninguna información, Tuto Quiroga ya se caga en los pantalones como siempre y estira su rugosa lengua hacia las botas de Evo (o abarcas no me fijé) para no ser barrido por la ola que amenaza. "Traición a la patria", grita como estridente verdulera y pronto se fotografiará con Morales en sus gajes de modistas.
El chancho se acuesta con las patas arriba cuando se lo ha de sacrificar.
24/04/2009
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Publicado en Puntos de vista (Los Tiempos/Cochabamba), 26/04/2009
Imagen: Horst Janssen/Klee und Ensor um einen Bückling streitend, 1961
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