Claudio Ferrufino-Coqueugniot
¿O no debemos llamar teatro a esta pantomima? Sería insultar a tanto dramaturgo que se quema las pestañas tratando de hallar las venas cómica o trágica de la vida. Mejor no.
¿O no debemos llamar teatro a esta pantomima? Sería insultar a tanto dramaturgo que se quema las pestañas tratando de hallar las venas cómica o trágica de la vida. Mejor no.
Conociendo a
nuestro pueblo, y la absoluta carencia infraestructural que nos caracteriza, cabe
cuestionarse, y no es deslinde escatológico sino realidad, en cómo quedaría
Tiwanacu luego de la boda de la Lady Di andina. Dicen que tres mil platos de
ají de fideo (uchu) entraron a los estómagos de la plurinación, eso sin contar
con rellenos de papa, tucumanas, hamburguesas imperialistas, choripanes
bonaerenses, salteñas, comidas tradicionales, mocochinchi, chicha, alcohol,
alcohol de farmacia, cerveza, singani, multitudinaria y multiespeciosa mesa
aderezada por, qué duda cabe, coca, y también cocaína, que si los dioses de
antaño le hacían al pase por qué no hacerlo de nuevo y en su recuerdo ahora.
Tres mil platos entraron y al menos la mitad, supongo, salieron. ¿Dónde?, es la
pregunta, dónde esa muchedumbre de culos lampiños y barbados, morenos y pálidos,
decidió evacuar, y lo concretó, en ese lugar que unos dicen santo, otros
sagrado, y otros simplemente retrete.
Me pregunto si se
habrá recurrido a la invención de los imperios: el baño portable. Dudo que la
eficiencia pluri alcance para tanto. Jamás nos hemos interesado, aparte de los
ridículos avisos de “prohibido ensuciar”, que quiere decir “cagar” (en Bolivia
no se mencionan las cosas por su nombre por recato servil), en proveer
servicios a los que no estamos acostumbrados. No es extraño que un taxi pare en
la mera avenida Libertador, el pasajero se baje, saque la linga y despreocupado
mee a plena luz del día, en medio de la calle, interrumpiendo el tráfico
(diferente a la épica manera que cantaba Chico Buarque). Concuerdo en el
trasfondo económico-sociológico del caso, pero solo pinto un retrato vivo de lo
que vemos. Recato en no hablar; inercia en actuar.
El hecho es que
el ambiente donde sucede esto pertenece al patrimonio histórico y artístico del
colectivo, no únicamente de los aymaras como intentan hacer creer. Cuál el
costo ambiental, no se lo preguntan, porque lo histórico y lo ancestral no cabe
en la idea del gobierno actual. Lo usan como mascarada para la imbecilidad
extranjera, pero en el fondo no hay mayor destructor que ellos de lo nuestro,
mayor tergiversador, manipulando a la masa embrutecida a reinventarse a sí
misma en innecesaria ficción. Así pueden disponer como les venga en gana de
Tiwanacu, tirarse un ajtapi indecoroso, profano, globalizador, colonizante,
burlón, insultativo, despectivo, mariconadas de bufones con ánimo de eternidad.
Que derecho a
casarse tenemos todos, vale. Y de coger como se quiera, seguro. Con la panza
llena o vacía, también, aunque Jorge Amado recomendaba lo primero, pero de ahí
al espectáculo churrigueresco de la boda vicepresidencial hay trecho largo.
Será que toda realeza necesita un show, y el feudalismo masista no difiere de
sus idolatrados aristócratas, a los que en teoría suele combatir. Cómo si los
príncipes de tal y de cual, y Diana de Inglaterra encima de los otros, concitan
la atención del mundo, no han de hacerlo este grupo de rejuntados arribistas
del MAS; Mucha cháchara de los pobres y los indios, y práctica de asco generalizada.
Nadie robó tanto en la historia nacional. Habrá que reconocer al menos que en
tal campo han descollado. La fiestilla, un ejemplo, de que reino habemus.
Luego, hasta los
marxistas caen en el saco inmundo. Qué diría el barbado, ambicioso e inteligente
judío de Tréveris al ver al supuesto analista de su obra, diosdado Álvaro
García Linera, abrir la boca, cerrar los ojos, sacar la roja lengua comunista
para engullir el cuerpo de Cristo, entre otros rituales prohibidos para un
militante con honra. Escucho que le tiraron agua bendita encima, como a recién
nacido, y no se convirtió en vapor; significa que comunista no es, más bien un
pilluelo que sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. Como su íntimo, el falso
indio, el Rockefeller nativo.
9/08/12
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Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra). 11/09/2012
Foto: Tiwanaku
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