Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Conmino al vicepresidente plurinacional a que a partir de mañana, tantos de enero, aparezca en todos los actos oficiales acullicando. No es posible que no den el ejemplo si tanto han luchado por ello. Dudo que importe al mandatario que el acullico le desdibuje los según dicen bien formados rasgos de su rostro. La patria está antes que la belleza y no afectará su sapiencia ni su aval presentarse en televisión y en bailes diplomáticos con un ojo occidental y otro asiático (por el bolo masticado). Si no lo hace, me niego a acullicar, porque entonces hay gato encerrado y lo que se dice defender es en realidad defensa de otra cosa mucho más rentable y escondida, que no se mastica.
Conmino al vicepresidente plurinacional a que a partir de mañana, tantos de enero, aparezca en todos los actos oficiales acullicando. No es posible que no den el ejemplo si tanto han luchado por ello. Dudo que importe al mandatario que el acullico le desdibuje los según dicen bien formados rasgos de su rostro. La patria está antes que la belleza y no afectará su sapiencia ni su aval presentarse en televisión y en bailes diplomáticos con un ojo occidental y otro asiático (por el bolo masticado). Si no lo hace, me niego a acullicar, porque entonces hay gato encerrado y lo que se dice defender es en realidad defensa de otra cosa mucho más rentable y escondida, que no se mastica.
Creo que es una
propuesta justa. Se convocó a la turba a festejar. Se la instó a pijchar, mear,
cagar en las calles como lo hacen los perros sin dueño. Vale, pero hagámoslo
todos y dejémonos de mamadas como ternos italianos y calcetines blancos. Desde
ahora al lado de la bandera boliviana y la otra con la que se acompañan, debe
haber junto al vicepresidente un
plato con hojas de coca, y chapareña-amarga para ser precisos, lejía y vasitos
de alcohol. ¿No estaremos diciendo al pueblo "para nosotros rosa, para ustedes
minga”? ¿O sí?
Si nos alegramos
por el retorno a la Convención de Viena, tenemos el derecho de exigir que los
de arriba, por los que se votó y revotó, asuman las costumbres que de acuerdo a
sus enseñanzas nos unen. Arrojemos la leche al inodoro, coca hervida de
desayuno; olvidemos el filet-mignon, bistec de coca para almuerzo; adiós
galletitas de mantequilla para el té, meta acullico. De cena acullico otra vez,
asegurándonos de tirar cepillo de dientes, crema e hilo dental, cualquier
adminículo imperialista y reemplazarlo por... acullico. Que el vice y su señora
aparezcan ambos con los carrillos hinchados, los dientes negros y la baba
blanca para juntarse al pueblo. Solo pido lo justo.
Y claro, humanos
somos antes que aymaras, y tenemos debilidades como la necesidad de sacar del
cuerpo lo que ha entrado. Olvidemos el baño como lo diseñaron los explotadores.
El bidet puede servir para tener remojando las hojas que han de utilizarse como
papel higiénico. Así, de esta manera, hasta las ratas y bacterias de las
cloacas serán beneficiadas con la luminosidad coquera. Hay que justificar,
además, los números que se espera alcanzar. No sea que crean lo que no deben
sospechar.
No puede negarse,
señor; no le pido todo el protocolo establecido de entrada. Por ahora solo el
pijcheo. Quiero ver si lo que desean para mis hijos lo desean para los suyos.
Si lo que anhelan para los míos de coca, más coca y monarquía mugrienta y
pretensiosa lo quieren para los suyos. Concuerdo en que, hacia el mundo que
contempla de afuera, es una estupenda pantalla tener a la masa acullicando para
convencerlos de que en Bolivia en general mascamos coca. Todos menos los de la
elite, lo que resulta extraño. Aunque su afición a la hoja quizá esté en las
esferas del dinero y el poder y no en extraerle el alcaloide con bicarbonato y
saliva. Quién sabe… pero sabemos.
Que la señora
Suxo, tan defensora ella de lo nuestro, traiga a sus nietos de Alemania y los
traslade a Achacachi, les llene la boca de hoja sagrada. Así, y solo así, voy a
creer en la bondad de sus intenciones. Me pongo frente al televisor aguardando
ver al vicepresidente, en apariencia antítesis de lo plurinacional, con el rostro
desencajado por el pijcho, semejándose más a Fidel Surco o a Galo Bonifaz que
al príncipe de Gales. Y a decir verdad a estos tampoco se ha visto acullicando,
porque en el fondo lo que anhelan es bonanza occidental sin caer en cuestiones
indianas. Galo viste como muchachito inglés; el otro bastante burdo pero bien
forrado.
Entonces
practiquemos lo que voceamos. Vicepresidente, haga patria, acullique en público.
Conviértase en costumbre, amén.
21/01/13
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Publicado en El Día
(Santa Cruz de la Sierra), 22/01/2013
muy buena Claudio!!
ReplyDeleteEl par de concubinos farsantes y su gobernante caterva se merecen lo q merecido tuvo Pedro Valdivia: Quieren acullico?? Tomen, hártense de acullico..
ReplyDeleteLa historia advierte, y enseña hermosos caminos. Ya despertarán nuevos Lautaros, para erradicar ésta asquerosa peste cocainera.
Saludos cordiales Claudio.
Amén, amén. Saludos Jorge y Achille.
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