Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Malcolm X habita en un callejón de ladrillo.
No ha muerto y sin embargo lo matan a escopetazos, negros con balas negras. Así en Nueva York, sangrando en la sombra de un teatro sin cielo.
Sobrevive, aunque callado. Ha envejecido con la pared sobre la que lo pintaron; se descascara, el yeso se hace polvo, los anteojos se le deforman. Su retrato de muro es capilla de vagabundos; los desesperados corren allí a aconsejarse. Pero los negros jóvenes no lo comprenden. Ernest, cargador como yo, usa la calleja para mear; o para echar semen si alguna mulata le cambia culo por crack.
Y yo, siendo ajeno no lo soy tanto, limpio el saco del líder, le quito las arañas y me entristezco con él.
1989
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De Primera Antología de Prosa, Unión Nacional de Poetas y Escritores de Bolivia
Foto: MLK y Malcolm X en un stencil en Brooklyn
Conmovedora escena. Sexualidad e idolatría aparte, los negros d entonces y los d hoy, debieran buscar y respetar mejor su propia honra, en la memoria de un personaje tan singular. Su lucha fué digna. Pero como en todos lados, la memoria es feble y la abyección infinita (ej. Mesa y Rodriguez Veltzé..). Saludos, estimado Claudio.
ReplyDeleteDe acuerdo, Achille. Lo de Mesa y Rodríguez Veltzé es simplemente abyecto. ¿Qué ganan estos cobardes con ello? ¿Notoriedad? Ya la han tenido. Alma de lacayos que se desesperan por una caricia del amo que los patea. Muy diferentes de Malcolm X, por cierto.
ReplyDeleteAutocensura, intimidación, chantaje, sobornos, millonarios, ilimitados privilegios para sus familias. Quien sabe. Fué particularmente triste lo d R. Veltzé, "gobierno para todos mis conciudadanos.." habia dicho en su corto gobierno con gran humildad, desinterés y cordura. Admiré entonces esa inteligencia libre d soberbia. Hoy, la cobardía define bien ambos procederes. La cobardia de Mesa es sin embargo peor: allanó el camino a las hordas y sometió al país a la narcoignarocracia hoy reinante. Para pena capital.
ReplyDeletePienso igual.
ReplyDeletePerfecta imagen de quien comprende y siente la historia.
ReplyDeleteSobre lo sucedido con Malcom X, pues los enemigos, los peores, suelen estar entre nuestra propia gente. Los otros, los grandes, sólo los azuzan un poco.
No puedo evitar recordar la película de Spike Lee y el admirable parecido que logra Denzel Washington. Las diferencias políticas entre los negros, y cómo la envidia termina siendo funcional a intereses externos a ellos, es notable. Lee logra imágenes exactas de acuerdo a las fotografías y grabaciones que existen de Malcolm. Pero la película se alarga mucho, se dispersa, se mete en un conjunto de temas que no vienen a cuento, y termina fastidiando en numerosos pasajes.
Admirable narración, estimado amigo.
Es un mazazo poético, político, histórico y antropológico.