Thursday, March 1, 2012

Infiltrados/MIRANDO DE ABAJO


Ya se llegó al colmo. Contemplamos, y ojalá el mundo lo hiciese, la represión del gobierno a la marcha de discapacitados. Esta vez no vocearon el famoso “yo no fui”, pero inventaron otra mejor: que fueron los marchistas los agresores. Dramas de un país que se consume mientras los gobernantes bailan y se desesperan por pintarse de machos. Hombres no son los que “coplean” acerca de un supuesto exceso de testosterona. Los hombres trabajan, codo a codo con sus parejas, educan y levantan a los hijos, los alimentan, no huyen de responsabilidad alguna, enfrentan a los cabrones, y vuelven a lidiar con la tarea titánica, y no siempre mala, de sobrevivir y vencer al entorno. Hombres son los que se vencen a sí mismos y se desnudan de la malsana costumbre de creer que su miembro es el faro que ilumina el camino.

Claro que si alrededor hay bacantes que los festejan, y bacantes sin calzón como es el caso, el asunto se convierte en rueda sin fin. Y no se trata de espanto moral acerca de si un individuo tiene una o diez amantes, o si su estilo eroticista comienza con bajar los calzones y no simplemente tirarse de espaldas para esperar que ellas trabajen por él. O de las mujeres lo mismo. No, ese tema ni se discute. Cada quien como prefiera. Vale. Lo que se critica es el abuso de poder. Hay que recordar a Trujillo, en la República Dominicana, bien retratado por Vargas Llosa, cuya característica dictatorial se expresaba en aprovecharse de las esposas de sus ministros y diversidad de otras mujeres. El abuso le daba su condición de hombre. Cuando alguien no puede ser más que su pene el riesgo es grave.

Avanzando… no cabe en la imaginación de ningún país, quizá en las tragedias de Sudán y Bangladesh, en la Camboya de los khmeres rojos, que se ejerza violencia sobre un grupo humano inerme. Un ataque en contra de minusválidos, y si viene desde el gobierno ni se diga, tendría en los países democráticos de occidente una condena social unánime y un proceso judicial que quitaría investiduras y degradaría oficiales, antes de terminar con sentencias que muy posiblemente alcanzaran desde veinte años de cárcel a perpetua. Empujar, patear, cualquier forma de brutalidad a una persona discapacitada acarrea al asaltante inmediatas cadenas en muñecas, cintura, cuello, tobillos, y celda a compartir con los mayores elementos de la criminalidad. No es para menos. ¿Electricidad aplicada a las sillas de ruedas para causar daño a quienes las utilizan? Creo incluso que en los Estados Unidos habría fiscal que pidiese la pena de muerte para el agresor. No es para menos.

Luego la farsa: fotografías de infiltrados inventados, el fantasma de la CIA y organismos del imperio que asustan y no dejan dormir. Y no es que no existan. Sé de historias de grupos secretos, he escuchado de primera mano relatos de Colombia y asesinatos sistematizados. Ahora que los que se cargaron a Bin Laden se han acurrucado en rincones oscuros de la geografía nacional, seguro que sí, que comenzarán a sabotear y a matar, como siempre lo han hecho, pero ya basta de jugar a complots terroristas. Cuando sucedan en serio, nadie lo va a creer. No olviden la fábula del lobo.

Quien tiene el poder piensa que también los límites le pertenecen. La narración del rey Midas no es gratuita. En relatos al parecer infantiles, el ser humano cuenta su experiencia de siglos y aconseja. Las vestiduras del rey, aquellas que le hacen creer los cortesanos lleva y que no son más que humo, imaginación, ya que el monarca se encuentra desnudo ante la inmensidad, tampoco. La historia es silente, a pesar del estruendo de las guerras, y solo la reflexión permite escucharla y comprenderla.
26/02/12

Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 28/02/2012

Imagen: Fotografía de la represión alos discapacitados, La Paz

4 comments:

  1. Señor Ferrufino, tengo que decirle que leer sus artículos me han develado —de usted— una personalidad muy diferente a la que me había formado inicialmente. Estaba muy contento pues pensé que los bolivianos podíamos contar con un nuevo valor en las letras, lamentablemente unos ascienden un escalón y caen dos, eso es lo que le pasó a usted con sus artículos cargados de odio y llenos de prejuicio.
    Usted sabe, más que yo, que muchas veces la producción literaria es ajena a la ideología y/o valores personales del escritor. En su caso, me parece que su realidad del país ha quedado congelada varios lustros atrás: las cosas han cambiado y bastante, y nunca volverán a ser como antes. Recuerdo el fracaso del escritor Vargas Llosa en su paso por la política de su país, nadie niega que sea un excelente escritor, principalmente de ficción, pero en asuntos de política fue un completo fracaso.
    Si algo aprendí en este país (USA) es a ser tolerante, a evitar todo tipo de discriminación contra otras personas por el color de su piel, raza, religión, política o preferencia sexual. ¿Porqué usted no hace lo mismo? ¿Porqué se atribuye el derecho de insultar a un pueblo y a hacer actos de sedición?. La gente habla porque tiene boca, reza el dicho popular, en su caso... yo ya no se que pensar. Es una lástima.
    Saludos

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    1. Agradezco su nota, aunque no aparece su nombre. Felizmente no soy Mario Vargas Llosa a quien, como usted, respeto como escritor y desdeño como político.
      Es muy posible que encuentre rasgos, expresiones, matices de odio en mis columnas de opinión. A pesar de nunca haber creido en el mentado "proceso de cambio", tuve la esperanza de que algo podía cambiar. Puede leer en este blog mi columna "Evo presidente" de hace unos años. La inclusión del indio, y no en términos peyorativos, porque siempre me he preciado también de contar con esa sangre entre las muchas que seguro tengo, según rezan innúmeros textos de mis 30 años de escritura, era un resultado largamente postergado por la historia e inminente. No he de negar que lo de Morales y el MAS han sido un catalizador para que ocurriese, pero no el motivo de que sí. La estupidez de generaciones de gobiernos, y población en general, hizo que se mantuviese al margen de todo a grupos étnicos numerosos, mayoritarios como el caso quechua-aymara, en inconcebible ceguera. Eso postergó al país grandemente; lo convirtió en inválido. Ahora, considero lo que hoy acontece como el fraude mayor de nuestra historia: la repetición y ampliación del expolio del nombre nativo, indio, indígena, pobre. La herencia que dejará este régimen, de narcotráfico sobre todo, destrozará a Bolivia entera y en particular a lo que quede de tradición originaria. Entonces comprenderán mis textos que están destinados a un grupúsculo de arribistas, corruptos, aprovechadores, falaces y delincuentes y no a razas o culturas. Para mí decir lo que digo de Evo Morales no tiene en absoluto que ver con racismo. No por el hecho de ser indio o mestizo representa el todo de tales grupos humanos. Ojalá que un día se rompan los espejismos.
      Le invito, si le interesa, a husmear en los textos de este blog, que son una mínima parte de mis escritos, y que trato de actualizar y rescatar de a poco, para ver el trasfondo desde el cual escribo, no con ánimo de justificarme -que no lo necesito- sino para saber que las lecturas superficiales suelen ser engañosas. Saludos.

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  2. Muchas gracias por responder. Es cierto, no me había dado cuenta de que en lugar de mi nombre aparece Admin., algunas veces pasa esto —todo un "chenko"― cuando hay que identificarse por algún medio para realizar comentarios. En caso de que vuelva a suceder mi nombre es Hugo Segura http://okochi.segurabros.com
    Gracias por la invitación, antes de responder sobre sus ideas me parece justo que dedique un tiempo de lectura al contenido de su blog, aunque espero que el tiempo me permita hacerlo, pues, tal como usted, vivo en Estados Unidos, y estos momentos de esparcimiento son robos a las horas de descanso que nuestro cuerpo nos exige.
    Hasta cualquier momento.
    Saludos

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  3. Lo sé. Pasa lo mismo conmigo y la enloquecedora dinámica de este país. Hasta pronto.

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