Algo muy personal... el mérito de 4000, esta joya de pronto aparecida y escrita por los fantasmas de Alex Aillón Valverde, me devolvió la poesía, desde esa tierna hasta la apestosa (huele a whisky). Aparte de ponerme pensativo, desnudo y en posición de mármol, como se retrata el pensar, me divirtió ¡cosa rara! porque hay versos divertidos, cínicos, que nada tienen que ver con la melancolía y sí con la burla, como cortas sentencias de Lichtenberg, juiciosas y sarcásticas. Un ecueco que precede al amor, un dealer muerto, una francesita que estaba buena... y más.
Prosa y verso. Péndulo ineludible, estas palabras, en Bolivia que se mece como niño en cuna, con máscara de diablo.
Aurora, 2014
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