Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Triste asociar al
tierno personaje del cine de dibujos animados con los infelices que gobiernan.
Pero es que se hizo popular desde su aparición en 1940, o en su versión
literaria a fines del siglo XIX (Carlo Collodi), la imagen del mentiroso al que
le va creciendo la nariz a medida que incurre más y mejor en el vicio. De ser
esto cierto, los cabecillas de Bolivia, junto a eunucos y hetairas, habrían ya
tendido aquel mítico puente de plata entre continentes con la nariz, que larga
la deben de tener en el fango de sus actividades, públicas y encubiertas.
El de arriba no
es un estadista sino una diva, rimbombante y farolera, deseosa -y ardorosa- de
mostrar los coloridos portaligas que carga. Qué otra cosa se puede decir, no
solo de uno, de los dos, si la actividad de casi una década de expolio al país
se dora con carnestolendas y nimiedades de burdelescos ribetes. Será que el
autoproclamado vencedor de Roma, es la reencarnación de Heliogábalo y de
Calígula, o de Agripina y Julia, romanas de vulva fatídica, amén de otros
personajes de las mil y una noches que se viven en el paraíso plurinacional,
entre Sherezada y el sultán…
Lo último fue la
Cumbre G77, de las mil ya iniciadas, inutilizadas, gastadas, secuestradas y
anotadas en su haber. Para delirio de asnos bien forrados, que rebuznaban contrario
antes y ahora mugen al unísono con sus antiguos sicarios, Santa Cruz fue
decorada con serpentinas aymaras. Pronto ya le borrarán el nombre que huele
demasiado a conquista y le colgará otro a propósito el canciller, agente
secreto de la papalisa. Quienes comen billetes se persignan, porque de
prostitución se trata.
Trajeron al
delincuente Mugabe, aquel que no contradice el dicho de que si hay angelitos
negros también los hay diablos. Mugabe, Castro, Morales, otros aurigas del
fraude monumental que se ha montado en América, al lado de seudointeligentes
como García que es bastante elemental, han firmado una declaración. Primer
punto: erradicar la pobreza extrema. Nadie mejor que ellos, de manos audaces y hambrientos
bolsillos, para explicar cómo hacerlo. El drama está en la imposibilidad de
colectivizarlo, porque si bien hay suficiente para tomar, no tanto como para
que lo hagamos todos. Hasta ser ladrón guarda aromas discriminatorios. Los
otros puntos… retahíla condescendiente y repetitiva de los que crean fórmulas
para jamás cumplirlas. Nada nuevo. ¿Para eso se derrochó? Es que en la real
filosofía del tocador que vivimos, que no difiere de la del marqués de Sade,
los corruptos danzan canciones de estupro y violación. Se disfrazan de jueces y
anuncian eternidad para el pecado nefando que practican y pregonan, en el sexo o
la política.
La inocente
ovejita que balaba por los cerros, llamita de orejas teñidas y mirada lánguida,
figura de historietas infantiles, ha ido transformándose en lobo, otra triste
comparación. Vivir simplemente ha devenido en “vivir bien”, frase que esconde
multitud de triquiñuelas y lecturas entre líneas y que encabezaba la foto en conjunto
de los convocados en la G77. No está más el indito que pregonaba su miseria y
su hambre, culpando a una sociedad injusta de ceguera congénita. Ya no, el
pobrecito se ha vuelto emperador, duce, führer, y no se cansa de repetirlo, de
admirarse a sí mismo ante el espejo que le instalaron, a la moda de la reina
mala de Blanca Nieves y los siete enanos, incluso en su versión porno, que es
brutalmente la más cercana a nosotros, aunque los adalides de la revolución
quisieran que se mantuviese dentro de los extremos bobalicones y perfectos de
Disneylandia.
Espero que haya
un estadístico anotando, con calma y con conciencia, los desmanes; sobre todo
los gastos que -al fin lo he comprendido- se dicen reservados porque los
reservan para él.
16/06/14
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Publicado en El Día (Santa Cruz de la Sierra), 17/06/2014
Triste analogía d veras, Claudio. Y hasta sabe a insulto citar a ese muy querido ícono d la mejor infancia para retratar la vileza socialista. A Pinocho lo redime la pureza propia del tierno muñeco-niño. El solo buscaba ser un niño d verdad. Ni fortuna ni angurria d fama. Pero a éstas desvergonzadas ratas q se fingen inocentes, nada puede ya redimirlos d culpas. Solo buscan robar y robar millones. Simples maleantes, avariciosos asnos (con perdón d los nobles y laboriosos borriquitos) q se fingen solidarios y puros como lo es un niño d verdad.
ReplyDeleteCuento felíz para cocaleros, narcos, pirujas y para los millones d serviles q siempre aplauden y asienten como decapitados eunucos.
Ahora lo último: el asno ministro d deportes (futbolero tenia q ser) exige terrenos para el nuevo estadio para Cochabamba (temible potencia futbolera mundial q somos, claro).. Wiphala, se llamará dice, para satisfacer al Apu y desfalcar otros muchos millones d verdes. Verdaderos genios d las finanzas, salieron éstos. Puras ganancias, reportan sus cuentas. Por eso urgen las obras..
Abrazos, estimado amigo.
link acerca del ansiado proyectito:
http://www.lostiempos.com/diario/actualidad/deportes/20140617/gobierno-exige-terrenos-para-construir-el-nuevo_261547_572714.html
Ya todo es posible en esta fiesta del chivito. Y ni asomo del Angel de la muerte que pare la felación. Jamás se ha visto este rumiar abyecto de la nueva Sodoma. Lo conocemos de oídas en los escritos antiguos. Pero acá se ha convertido en realidad. Adoradores del becerro de oro en un puterío nunca visto. Abrazos, Achille.
DeleteBacanal de proporciones pantagruélicas es lo que vimos con los ojos bien abiertos (para captar los detalles del delirio y al mismo tiempo por incredulidad). Agua envasada del Silala exclusiva para los invitados, motos Harley para la escolta presidencial, coches Mercedes comprados o alquilados a última hora para transportar a los gerifaltes, ni hablar del centenar de chefs y pinches de cocina instalados en la Fexpocruz que atendían todos los caprichos y antojos de los congregados (más de cincuenta menús se prepararon). Ay, todo parecía una estampa moderna de tiempos feudales: el emperador deslumbrando con banquetes a sus invitados, alegría a raudales y, de fondo, grupos folclóricos convertidos en juglares y bufones de la corte ofrecían su “arte” mientras los visitantes internacionales dejaban a un lado los trinches y cucharas para tomar fotos de postal con sus celulares de última tecnología. Todo fue un exótico viaje para los extranjeros, jubilosos por el paquete de todo pagado, y seguramente muchos vinieron de paso, mientras pensaban en llegar al Mundial, especialmente los dictadorzuelos y autócratas que llegaron de muy lejos. Lo triste y ofensivo fue el cinismo con que televisaron toda la comilona para que el pueblo vea salivando. Desgraciadamente no hay reacción como en Brasil por el despilfarro, la población parece dopada mientras aplaude el circo. La tragicomedia seguirá dando muchos capítulos, va para largo.Saludos
ReplyDeleteQué tristeza, José, siglo XXI y siguen estos reyezuelos, bestias, en bacanal. "Y saldrán a seducir a las naciones Gog y Magog".
DeleteEzequiel los pone en un contexto escatológico y apocalíptico, con razón. El fin del mundo decorado de mierda, con serpentinas y bandas. Saludos.