Claudio
Ferrufino-Coqueugniot
Así se llamó a la
mafia en Norteamérica. No por veleidad periodística, sino porque era, y sigue
siendo, una asociación para delinquir. Las circunstancias han cambiado: hoy
todo se hace más rápido. Aviones, hasta submarinos, como relata el cronista
Germán Castro Caicedo, han reemplazado esa casi parroquial figura italiana, no
exenta de simpatía, que nos legó Francis Ford Coppola en El Padrino.
Imperios posibles
al margen de la ley, pero teniendo a elementos del Estado en la boleta de pago,
para alivianar las normas de seguridad, para protegerse y más. Jueces,
policías, gobernadores trabajando a favor de su propia riqueza y entregando al
resto de la ciudadanía a la voracidad de unos pocos.
Hoy el Sindicato,
hablemos de América Latina, lo conforman gobiernos, que se sirven también del
Estado para tejer hilos que semejan infinitos. El objetivo el mismo, con la
adición de la enfermedad del poder absoluto, cosa que los mafiosi podían solo
imaginar en escala reducida, tal vez una ciudad, un área, pero siempre con el
peligro de que alguien honesto dentro del sistema apuntara contra ellos.
Problema resuelto cuando ellos se convierten en el sistema habiéndose adueñado
del poder y sus capacidades.
Con la bendición
del voto, además, y la elección popular. La torta servida en bandeja de plata.
Teniendo el control, hacen lo que quieran, compran a quien quieran y se
deleitan tanto con la manipulación que les concede impunidad que deciden
devenir eternos, permanecer de presidentes, vices, gobernadores, alcaldes… con
el supuesto o real beneplácito de borricos agrupados en dizque movimientos
sociales. Masificación, alucinación y voz colectiva, eliminado sistemático del
individuo y la disidencia. Capone, Luciano, el Chapo, el Señor de los cielos,
la Barbie, Escobar, quedaron pequeños ante el tejemaneje de las altas esferas
en pos de lo que ellos soñaron y parcialmente consiguieron. Esta gente, los
neopopulistas latinoamericanos, perfeccionaron el Sindicato para darle aval y
respeto. Quizá fue siempre así, y en todo lado, más encubierto. Hoy se lo
practica a plena luz y la delincuencia suele contar con admiración, aura
filosófica y/o divina, reconocimientos, doctorados honoris causa y pronto
títulos nobiliarios e reinstauración del “derecho natural”.
Cuando leí que
Amado Boudou y Álvaro García Linera inauguraban, en Macha, una estatua a la
memoria de Manuel Belgrano, estallé. Porque el Sindicato también quiere
apoderarse de la memoria histórica, que es patrimonio de todos y no del gamonal
de turno. La burla que dos turbios individuos asociaran sus inmundas
personalidades a la razón del gran hombre, muerto en miseria, fue demasiado.
Hoy se compara al voluptuoso mico de Caracas, ausente gracias a dios, Hugo
Chávez, con Bolívar. Eso es un insulto. Al futbolista a la fuerza y por imposición
que se sienta en el palacio quemado de La Paz con Mandela, otro. No les basta
con la incalculable fortuna que acumulan, desean más, mueren por aval histórico
así tengan que retocar los documentos y las fotos. Belgrano hubiese detenido a
los nombrados y los hubiera pasado por las armas.
Gavilla de
buitres que puebla las páginas incluso de la gloria y de la épica; y, lo que es
más triste… triunfan, crecen, se yerguen sobre cimientos y ruinas del
pensamiento y de la acción. Vienen del vertedero y lo trasladan al mármol de
sus mansiones, corrompiendo hasta el granito; ni qué hablar de la realidad y la
conciencia.
Kirchner, Correa,
Ortega, Castro, Maduro, los que sabemos, el séquito, los sicofantes, las
cueros, los “deregentes”, los prostituidos, los cerdos, los cornudos, la flor y
nata del crimen en busca de eternidad.
Amado Boudou
agarra la guitarra, cierra los ojos como buen hijo de la era de las flores, y
canta a Piero: es un buen tipo mi viejo… pero tú no, tú eres un
maleante. A tal estiércol hay que ponerle la soga al cuello.
02/06/14
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Publicado en El
Día (Santa Cruz de la Sierra), 03/06/2014
Imagen: Jacques
Callot
Doloroso, por todo lo verídico, texto. No se vislumbra dignidad ni decoro en la actitud d nuestra gente. Señoréa la angurria y desfila el servilismo. Hemos sido, tal parece, irremediablemente domesticados.
ReplyDeleteNudos corredizos..Por Salud Pública. Tan simples y tan potencialmente depuradores ellos. Queda soñar, mentalizar, en otra d esas magnas revueltas q dicta la historia d cuando en cuando. Mussolini y sus enormes quijadas d burro, acabó colgando. Por aquí tb rebuzna otro quijadesco jumento, cual predestinado Apu. Repasemos bien la destreza con los nudos.
Abrazo, estimado Claudio.
El Comité de Salvación Pública... Difícil en medio de la estulticia general, la estúpida per se y la interesada, como en Santa Cruz. Al parecer, dadas las circunstancias económicas, el Apu es el predestinado. Pero el sarcasmo de la historia está justamente en que derriba de golpe a aquellos que se creen empotrados en concreto. Un abrazo, mientras esperamos, no un milagro -que no ocurren- sino un simple e imprevisible fatalismo histórico.
DeleteHace tiempo no leía un texto tan contundente en el contexto nacional. Me hizo recuerdo inevitablemente a la cínica declaración de la nieta de Havelange con respecto al Mundial: “todo lo que tenía que ser robado ya fue”, con el mensaje implícito de que los brasileños debían quedarse tranquilos y callados. Sinceramente da asco tanto bandido desatado y de cuello blanco. Pobre continente, expoliado por mafiosos del deporte como de la política. El saqueo parece ser la consigna de todo vivillo encaramado. En nuestro país, la Mafia Ancestral de Sinvergüenzas, MAS, como he leído en internet, sigue arremetiendo con sus últimas maniobras, mandando modificar al organismo electoral las circunscripciones a conveniencia. El siguiente paso será arremeter contra la Constitución para que el cacique se haga reelegir a su gusto como el chivo nicaragüense. Lo peor de todo, como bien dices, es que se están apropiando de la memoria histórica. Poco menos que se creen salvadores de la patria, la chica y la latinoamericana. Quién sabe, dentro de poco veremos estatuillas en alguna avenida al modo Stalin.
ReplyDeleteNo cabe duda, José, comenzando desde lo de Orinoca como patrimonio histórico. Aparte del linchamiento a algún kharisiri, un par de décadas atrás, Orinoca no ha mostrado nada que la convirtiese en única. Lugares de origen de ladrones hay muchos, pero pocos tienen la dicha de tener a un desfachatado bufón que las eleva al cielo. Estatuas, statuillas, estampitas y detentes. Evo Amin Ayma, porque Idi Amin -lo he dicho antes- es el más cercano al tipo este, con una retórica ancestral similar, y con toda la malicia y maldad por las que se destaca el Apu. Saludos.
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