9 de enero 1986 (22: 45 hrs.)
Vengo
de una cena elegante. Estoy asqueado, Elisabeth. Sí, y ebrio de tristeza
también. Mientras miraba aquel mundillo
de corbatas y percibía el reflejo de los autos nuevos tras las ventanas,
pensaba; pensaba en el poema de Evtuchenko acerca de las almas gemelas. No lo
tengo exactamente en la memoria, pero se refería al crimen que significa que,
por ejemplo, tú y yo, estemos separados y cada uno por su parte se asfixie en
la miseria. Esto mismo de iniciar un diario que nunca has de recibir y que es
solamente para ti es absurdo. Te quiero y nuestro amor pende como ahorcado de
los reflejos cristalinos de copas que acarician sucias manos.
“Sálveme,
Victoria. La sabiduría gubernamental me saca de quicio, el aburrimiento me
embriaga. Si no me ayuda, voy a reventar al margen de todo plan. Si alguien
quiere que un soldado estire la pata tan desorganizadamente, no será
ciertamente usted, Victoria, la novia que nunca será esposa. Ya está ahí el
sentimentalismo, pues que se vaya a la madre que...” ISAAK BABEL.
Cada
libro que encuentre hundido en los estantes, toda estampilla hermosa que
consiga, cada árbol, flor, piedra, niño, color que me impresionen los tomaré
junto a ti. Nuestra separación física no impedirá que en las noches negras,
frías y solitarias como ésta, te lea poemas o te susurre groseras palabras
dulces al oído (beso con pasión tu oreja, Elisabeth, succiono tus aretes)
La máquina
de escribir está en la cama. Mi mesa de noche: J.R.R. Tolkien, Isaak Babel,
Robert Desnos, León Felipe, Barthes, Grosz, Bakunin, Rimbaud (Une saison en
enfer), Baudelaire (Diarios íntimos)… un reloj, dos cartas (Colombia, Alemania
Federal), una radio, cuatro catálogos filatélicos, un pantalón, papeles, un
trozo de mármol (la fábrica)... y Gibrán, seguro.
Te amo
Elisabeth como pego la foto de Durruti en mi ropero
Te amo
como me desvisto
Como
busco con los pies los rincones fríos de mis sábanas
Como
acaricio suavemente mi sexo te amo así
Como
cuando el agua de ducha toca mi vientre y me descansa
Te amo
como aflojo mi cinturón para mostrarte mi amor
Te amo
pensando que el motor que avanza por mi calle eres tú que vienes
Te amo
en la frescura de mis lóbulos entre los dedos
He de
despertarte si sigo escribiendo. Volveré otro día, amada, querida. Que el sueño
baje a ti desde las ramas de mis cabellos. Chau…
"Salut à lui,
chaque fois
Que chante le coq
gaulois.
Ah! je n'aurai, plus
d´envie:
Il s'est chargé
de ma vie.
Ce charme a pris ậme
et corps
Et dispersé les
efforts."
ARTHUR RIMBAUD
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Publicado en Revista SIGNO (La Paz)
Imagen: Paul Signac, 1893
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Publicado en Revista SIGNO (La Paz)
Imagen: Paul Signac, 1893
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