“El hacer un libro es menos que nada si el libro
no rehace las personas” -
Giuseppe Giusti -
La vida es la única inversión que podemos hacer en
la vida… Momo, expulsado
del Monte Olimpo, exiliado, porque personificación del sarcasmo, de la burla,
de la ironía, exiliado como Dante, como Napoleón, como Fedón en busca del alma,
como Teeteto en busca del conocimiento, desde una amada y odiada patria, desde
un país con el desarraigo y la orfandad en la sangre, en su ADN… una sensación
heideggeriana de Heimatlosigkeit.
Hacia un país que a partir de una cierta hora, se convierte en un gran enteroclismo bucal de alcohol… y a la mañana siguiente, en el momento de reanudar el trabajo, todos afeitados, en su lugar, las dentaduras brillantes - verdaderos Lazzaro resucitados - gracias a un misterioso y visceral silbido, comentó Fellini de vuelta de los Estados Unidos…
Un exiliado deja Ítaca, y su Penélope, un exiliado deja Zacinto, su juventud, su tierra, los sueños, la mucha historia en la poca historia contada… Claudio deja las chicherías de Coña Coña, el Río Condorillo, Tupuraya… las dos caras del mundo, materia y abstracción. Mierda y razón con la que estamos hechos… y el mítico boliche En-bajada, premonitor: debes entrar en el infierno y conocer las llamas del averno humano para luego refugiarte en el sexo (improvisando, aprovechando y disfrutando…), las comidas (improvisando, aprovechando y aún más disfrutando…) y el alcohol (refugio del cuerpo, del alma, de todas las necesidades del exilio, del éxodo, de la fuga…). Ahogando soledad y tristeza, qué importa si es en el río Rocha, en el Potomac, en un imaginario Spoon River o, siempre, en la otra orilla del Río Bravo, del Río Grande para los pinches gringos. La yuxtaposición que separa estos dos mundos: uno que se sirve siempre del otro. Si un joven no se encuentra solo en la vida nunca crece: si no emigras, no te autoexilias, no escapas de tu realidad antes, el después será trágico, grotesco hasta tocar la banalidad, la farsa que tú nunca quisiste, antes de que todo siga orko wasamanta.
¿Qué hace una generación cagada en un país cagado mientras todos les cagan encima? Se caga, si no es cagada… el ’68 es lejano, el ’77 se evaporó, la joven democracia es ya vieja, superficial y definitivamente podrida, no, ningún sueño americano, dream on the road entre los últimos entonces… that the best of men are but men at the best… leyó Carlos Flores en aquel libro alucinado y alucinante: “El arte es lo contrario de las ideas generales, describe solo lo individual, no desea sino lo único. No clasifica, desclasifica”. Así describes la decadencia post boomerang… con la prosa apasionada que deseaba siempre De Quincey, con el cuchillo de Céline y la maestría de Miller.
Hacia un país que a partir de una cierta hora, se convierte en un gran enteroclismo bucal de alcohol… y a la mañana siguiente, en el momento de reanudar el trabajo, todos afeitados, en su lugar, las dentaduras brillantes - verdaderos Lazzaro resucitados - gracias a un misterioso y visceral silbido, comentó Fellini de vuelta de los Estados Unidos…
Un exiliado deja Ítaca, y su Penélope, un exiliado deja Zacinto, su juventud, su tierra, los sueños, la mucha historia en la poca historia contada… Claudio deja las chicherías de Coña Coña, el Río Condorillo, Tupuraya… las dos caras del mundo, materia y abstracción. Mierda y razón con la que estamos hechos… y el mítico boliche En-bajada, premonitor: debes entrar en el infierno y conocer las llamas del averno humano para luego refugiarte en el sexo (improvisando, aprovechando y disfrutando…), las comidas (improvisando, aprovechando y aún más disfrutando…) y el alcohol (refugio del cuerpo, del alma, de todas las necesidades del exilio, del éxodo, de la fuga…). Ahogando soledad y tristeza, qué importa si es en el río Rocha, en el Potomac, en un imaginario Spoon River o, siempre, en la otra orilla del Río Bravo, del Río Grande para los pinches gringos. La yuxtaposición que separa estos dos mundos: uno que se sirve siempre del otro. Si un joven no se encuentra solo en la vida nunca crece: si no emigras, no te autoexilias, no escapas de tu realidad antes, el después será trágico, grotesco hasta tocar la banalidad, la farsa que tú nunca quisiste, antes de que todo siga orko wasamanta.
¿Qué hace una generación cagada en un país cagado mientras todos les cagan encima? Se caga, si no es cagada… el ’68 es lejano, el ’77 se evaporó, la joven democracia es ya vieja, superficial y definitivamente podrida, no, ningún sueño americano, dream on the road entre los últimos entonces… that the best of men are but men at the best… leyó Carlos Flores en aquel libro alucinado y alucinante: “El arte es lo contrario de las ideas generales, describe solo lo individual, no desea sino lo único. No clasifica, desclasifica”. Así describes la decadencia post boomerang… con la prosa apasionada que deseaba siempre De Quincey, con el cuchillo de Céline y la maestría de Miller.
Junio 2018
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