Día a día merma el número de simpatizantes del MAS. Una élite intelectual que se ofrendó a un impulso vacuo retrocede ahora. Es que permanecer de comparsa en este conjunto folklórico olerá, en futuro próximo, a pornografía.
Los recalcitrantes aún hacen aspaviento de fuerza pero miran la ventana por la que han de escapar. Hablarán de coyuntura, de táctica y estrategia, del proletariado, del espíritu pequeño burgués del campesino, de la incoherencia de un líder que aún cree tocar el cornetín de la banda, de un vicepresidente que se creyó el "presidente Gonzalo" (aquel mono intenso, Abimael Guzmán, que encontró al fin la casa que le correspondía: una jaula), y una corte de los milagros donde cojos y mancos, tuertos y espásticos creyeron gobernar. Hasta tuvieron un pequeño Montesinos -en Quintana- para mostrar al mundo el revoltijo ideológico en que hundieron el país... y se hundieron.
Es hora de tocarles responso.
Recibo de manos de un verbista un "Manifiesto de Santa Cruz", en donde se anota una serie de puntos pro-nueva constitución que no aportan nada al debate y menos al interés. Hay peligro -grande- en la ignorancia. El punto 8 dice "(...) no votaremos ni a favor ni en contra de ningún gobierno, sino por un proyecto de país unido, con pluralidad y pluralismo, democrático, descentralizado y con autonomías". Prosigue en el 9: "El día después de la votación deberemos decidir entre la paz o la violencia. Instamos a respetar el resultado nacional (...)". Entonces, dado el caso de una derrota del proyecto masista, o del desconocimiento de su triunfo por determinadas regiones ¿recurrirán a la violencia? ¿Dónde queda el pluralismo, la democracia? Ya lo anuncia García Linera, que de pronto es el gran defensor del statu quo, que no se permitirá "subversión".
Entre los muchos textos dispares que recibo, me añaden uno de Galeano sobre Gaza y otro de algún politólogo (palabra que me suena mal, casi obscena) que dice que los gobiernos de Venezuela y Bolivia son "mucho más democráticos que el de Estados Unidos". Hay bastante que discutir al respecto, pero este señor parece que confundió la profesión. Puso "politólogo" cuando quizá quiso decir "políglota", otra palabra cuyo sonido tiene reminiscencias sexuales, eróticas, fetichistas, todas cosas sin duda más interesantes que la política, mucho más que la -sin comentarios- figura del líder cocalero-mundial.
En qué baso la afirmación de un resquebrajamiento visible de la militancia de esta sigla, porque partido no es. Lo leo a diario en la Red, en los periódicos. Lo percibo en las cartas que reúno como elementos conformantes de mis columnas. Individuos que parecieron comprometidos con el "proyecto" ven que la mejor escapatoria es el chaqueteo temprano, lo que no está mal si resulta del análisis. No necesitamos que los voceros del poder de hoy se transformen en voceros del poder opuesto de mañana, como si nada. Este país ya ha tenido suficiente carriada de dramáticos bufones.
El 25 de enero es una simple fecha onomástica. Las cartas de la historia se van jugando a niveles más profundos que una larga fila de ilusos con lápiz en la mano. Y los berrinches de los dos, tan distintos y tan iguales, que nos gobiernan no tienen más trascendencia que los chillidos de los pobres cochinillos cuando los acarrean al matadero.
22/1/09
Publicado en Puntos de vista (Los Tiempos/Cochabamba). enero 2009
Imagen: Vidrio roto
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