Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Extraje partes del discurso del presidente de los cocaleros, Morales, para sustentar con detalle lo que digo. Pero ni vale la pena. Creo obvio saber que estamos ante un caso de megalomanía extrema, de un gobierno levantando una tarima de falsías con el único ánimo del lucro.
Extraje partes del discurso del presidente de los cocaleros, Morales, para sustentar con detalle lo que digo. Pero ni vale la pena. Creo obvio saber que estamos ante un caso de megalomanía extrema, de un gobierno levantando una tarima de falsías con el único ánimo del lucro.
Pero este
individuo, el presidente de los cocaleros, Morales, parece no tener fin, menos
decencia por supuesto, y sigue hablando de pobreza, de cultura ancestral, de
socialismo, anticapitalismo, austeridad, protección de la naturaleza (es más:
convivencia apacible y respetuosa con ella), etcétera, etcétera. Hasta dónde la
desfachatez. Es posible que algunos gringos ingenuos sigan creyéndole. A veces
las culpas de los imperio-colonialistas son tan grandes que aceptan cualquier
cosa para lavarse las sangres. De los “iluminados”, jóvenes en su mayoría, que
creen en el Nirvana ni hablar. El tipo está más cerca del Diablo que de Dios,
en los términos convencionales con que los describimos.
Lo inconcebible,
lo que sobrepasa cualquier límite de comprensión, es cuando se pone a hablar de
la Madre Tierra, él, su gran violador. Luego de la patraña que les salió de
reversa, el carnaval este del capitalismo, moqochinchi, fin del mundo, y
tonterías que el subrepticio canciller ideó para venderse al público
internacional, el cocalero se aviene a hablar de ello, justo ahora que
enloquece por meter topadoras al TIPNIS donde adquirirá catos para añadir a los
que tiene. Pregunto ¿a quién vende su coca el señor presidente?, esa coca
amarga, chapareña, inservible para acullico que produce.
Siguiendo con las
preguntas, la de rigor es cuán grande va su tajada. Tres son los beneficiarios
directos de la destrucción del Isiboro-Secure y después del país. Primero los
narco-cocaleros, cárteles y facinerosos menores; segundo las multinacionales,
que “colaborarán”, igual que los primeros, a aumentar la fortuna del mandarín,
y tercero, el mayor, él mismo, con las dádivas que caigan de su manto para
secuaces de toda laya, color, atuendo, discurso, y sexo que siguen las huellas
de sus abarcas de oro. ¿O son italianos los calzados del cocani, como los
ternos del vicepresidente que habla de Gramsci aunque pertenezca a los que
mataron a Gramsci?
Miré televisión
de diversos países, buscando que en algún noticiero saliese el festejo del
solsticio en Bolivia. No hubo uno. Simple lógica, los descendientes de los
mayas, de México a Honduras, festejaban lo suyo, fuera de las hipótesis y
elucubraciones que se hacían. Por ahí se hablaba de cosas serias, de
civilización maya, arquitectura, lectura de los astros. Nada, ni una línea, de
las fantasías pornográficas de Choquehuanca y los guerreros del arco iris.
Estos, los del arco iris, de mejor talante y aguerridos, son los de la
comunidad gay que se ha ganado sus derechos a costa de dolor e incomprensión.
Los otros, los espurios, los de la Isla del Sol, pertenecen al catálogo de los
bufones, los chiwalos, los tarajchis, aves que roban a otras y se apropian de
sus nidos. No pueden crear nada por sí solos, son una amañada muestra de retazos
mal cortados y peor acomodados.
El tiempo es oro
para el gobierno cocalero. Tal vez y en eso tiene razón, el “no tiempo” se
arrastra con velocidad hacia sus talones, para moverles el piso dice la malicia
popular. Morales ha de lanzarse con furia demente contra la madre tierra en
Moxos. Las horas apremian, tiene que cumplir con otros y cobrar su propio
salario. El puntal que sostiene a los “albos”, los neofascistas del siglo XXI,
los de títulos fraguados como el primo del maricón Correa, los nuevos
aristócratas y noveles dinastías, se juegan su destino en una cama de hospital
en la bella Cuba, donde agoniza el jerarca.
El presidente de
los cocaleros, de urgencia, arroja diez mandatos para el mundo. Hay que ganar
los minutos, uno a uno, porque machacan, se acaban, y el único mandamiento que
sobrevivirá será el mandamiento de apremio. Vámonos.
24/12/12
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Publicado en El Día
(Santa Cruz de la Sierra), 27/12/2012
Imagen: Las
Tablas de la Ley
La forma, digna de todo mi elogio. Elocuente, ingeniosa, kamikaze. Aunque aún me falta para entender todo el contexto. Pero voy en camino.
ReplyDeleteSaludos cordiales, estimado Claudio.
Certero como siempre. Es un placer leer sus lúcidas palabras, Claudio. Lucidéz q tanta falta hace a nuestra Bolivia de millones de obsecuentes y alucinados hasta lo inaudito. Y aunque pesa mucho la amargura de saber q ni atisbo hay siquiera de un merecido final -sobrenatural o por mano humana- para éstas alimañas y sus acciones, solo espero q sus sentencias aqui escritas se cumplan y q la historia nos cuente mas temprano q tarde el justo final de ésta aberración narco-ignaro-indigenista que nunca debió haber ocurrido. Gracias por compartir preciosas luces de cabal entendimiento!
ReplyDeleteAtte.,
Gary Santa Cruz G.
Saludos, querido, Jorge. También yo tratando de entender muchas cosas todavía. Tus anptaciones, impresiones, análisis de la realidad chilena, que siempre leo, me sirven en mucho para comprender la nuestra en un contexto contonental.
ReplyDeleteY Achille, gracias por las palabras. Esperemos que las cosas no se eternicen ni duren más de lo que debieran. A pesar de que a ratos pareciera que no hay salida, el asunto es tan complejo que lo inesperado puede darnos más de una sorpresa.