El surrealismo no
se dio en América Latina con el mismo ímpetu que en Europa. Diversos factores
lo explican y no nos corresponden ahora. A pesar de eso, hay lunares
interesantes que, dada su originalidad, se incluyen en tal escuela, como es el
caso de Xul Solar, pintor argentino.
Dueño de una
fantasía muy especial, Xul Solar excede a su tiempo y a su nación. Es el
solitario orfebre de sus obsesiones. Pinta gigantes y grotescas naves
espaciales similares a los dibujos de un niño. Sus telas se asemejan a las de
Paul Klee.
Pienso que es un
poco irrespetuoso con su memoria el encasillarlo en una corriente. Hombres de
su talla tienen como hábitat el aire, la libertad.
Solar pertenece a
aquella época argentina plena de arte (años 20-30). Se baila el tango sobre
maderos mal lustrados y los versos tienen un dejo de burdel. Es el tiempo de
Irigoyen, de Uriburu, horas de política extrema: asesinatos, bandas fascistas,
bombas ácratas. La intelectualidad rioplatense mira hacia el Viejo Mundo y
funda con ese parámetro la cultura más occidental de este continente. Es
infinito el número de nombres y eventos dignos de mencionarse.
Sobre la
oscuridad que albergaba luces intensas, sobre el prolífico y tenebroso Buenos
Aires, el pintor pasea su imaginación igual a un dios a quien no interesan
mucho las trivialidades humanas. De la soledad surgen las formas y colores; el
pintor siente poseer el mundo.
Borges, que había
leído y visto todo (o palpado), afirmaba que sólo en dos o tres ocasiones en su
vida sintió estar ante una personalidad genial. Citaba entre los dichosos
poseedores de su recuerdo a Xul Solar...
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Publicado en TEXTOS
PARA NADA (OPINIÓN/Cochabamba), 05/12/1987
Imagen: Ciudad y
abismos, 1946
Es un tema sobre el que se ha escarbado poco. Y no sólo en la pintura. Porque la mentalidad eurocentrista de las elites económicas e intelectuales en América Latina (que muchas veces son lo mismo) ha considerado para la posteridad sólo a lo que le ha encontrado el aroma europeo. O bien, le ha endilgado a la fuerza una influencia europea a ciertos autores, que en muchos casos no tienen, o que incluso podrían ser considerados precursores.
ReplyDeleteLa subvaloración de lo que se ha producido en esta tierra ha sido un leit motiv cultural, y se arrastra hasta el día de hoy.
Un saludo afectuoso, estimado Claudio.
Sí, Jorge. Si se pregunta a un joven latinoamericano sobre Xul Solar, por ponerlo de ejemplo, es casi seguro que no sabrá de qué o quién se trata. Nos regimos bajo cánones universales, lo que no está mal, pero no miramos más cerca. Gran error. Un abrazo y como siempre gracias por los comentarios y observaciones.
ReplyDeleteEl olvido. Ingrata ignominia, fiera e injusta maldición de los hombres grandes.
ReplyDeleteNikola Tesla, lejos de las artes, pero también de talla gigante, es otro soberbio ejemplo. Casi nadie, quizá muy pocos o ningún joven q no séa prolijo ingeniero, lo recuerda. La manoseada historia los esconde, y a conveniencia homenajéa más a impostores, a falsarios y hasta vulgares choros q se atribuyen obras ajenas. La curiosidad escaséa, y mucho, para mirar más d cerca.
Saludos, estimado Claudio.
Tesla, una vida que me interesó en mi niñez. Cerca de casa vivía un ingeniero checo, padre de mis amigos, escapado del totalitarismo, pobre como rata y soberbio creador. El nos habló de Tesla. la misma triste historia, repetida una y otra vez.
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