Claudio Ferrufino-Coqueugniot
En la comedia española Torrente, el brazo tonto de la ley (Santiago Segura, 1998), el personaje, policía estúpido, mugriento y corrupto, tiene un padre baldado. Le da de comer sobras de restaurantes que le regalan por ahí y que convierte en papilla licuándolas. Luego empuja la silla de ruedas del progenitor a una esquina, con un vasito de hojalata para recibir limosnas, que él indefectiblemente cuenta al retornar a casa. Pequeño negocio personal; dinero extra. Igual está el otrora omnipotente coronel Hugo Chávez Frías, explotado en su miseria por los que se decían amigos, correligionarios suyos, a quienes no les conviene su desaparición, porque manteniéndolo vivo, o embalsamado que dadas las circunstancias es lo mismo, adquieren ganancias que los encumbran.
En la comedia española Torrente, el brazo tonto de la ley (Santiago Segura, 1998), el personaje, policía estúpido, mugriento y corrupto, tiene un padre baldado. Le da de comer sobras de restaurantes que le regalan por ahí y que convierte en papilla licuándolas. Luego empuja la silla de ruedas del progenitor a una esquina, con un vasito de hojalata para recibir limosnas, que él indefectiblemente cuenta al retornar a casa. Pequeño negocio personal; dinero extra. Igual está el otrora omnipotente coronel Hugo Chávez Frías, explotado en su miseria por los que se decían amigos, correligionarios suyos, a quienes no les conviene su desaparición, porque manteniéndolo vivo, o embalsamado que dadas las circunstancias es lo mismo, adquieren ganancias que los encumbran.
Decepcionante fin
para quien lo tuvo todo. Mejor morir en paz, incluso con enfermedades, que
convertirse en marioneta de secuestradores que solían comer contigo, y que
ahora no solo te plagian a ti sino a los tuyos, tus hijas, etcétera, a nos ser
que la desgracia del poder haya hecho a estos también socios.
Cada mañana
Maduro, Cabello, los notables menos notables y abyectos de la patraña
fascistoide de Venezuela, sacan al enfermo terminal y lo dejan mendigando en
una intersección. Le dan de comer, si no papilla, cualquier cosa por tubos, eso
si todavía vive. En la noche cuentan los réditos que les trajo la exposición.
Sonríen y ríen mientras el objeto queda tirado en la soledad de su habitación
hasta que lo saquen al día siguiente. Para hablar de camaradería, amistad,
solidaridad y compromiso del nacional populismo, como los llama Luis Thonis.
Conversando con
papá, me decía que a pesar del desprecio perpetuo suyo por estos ejemplares de
gente que devastan la América, da “hasta pena” lo sucedido con el falso héroe.
Tanto tuvo, tanto se creyó volando cerca del cielo, para que ahora lo arrastren
como a triste perro por las calles, haciendo piruetas con su cuerpo y memoria,
encandilando a la plebe que con pan, plátano y santos se mantiene contenta y continúa
sometida a la tragedia de que otros piensen por ella: caudillos, caciques,
dirigentes y “deregentes”. No tengo pena; creo que lo que le cobra la vida hoy
es lo menos que podría cobrársela, y no por haber expropiado a los ricos, o por
una retórica social de avanzada, sino porque fueron palabras nada más, se
mantuvo el status quo de dominio y control como antes, salvadas las pequeñas
diferencias ideológicas que no hacen mella en la real situación del pueblo. El
pecado radica en no haber hecho lo que se pudo, y haber convertido una esperanza
en otra feria de vanidades. En criar engendros como los que ahora bregan por
encaramarse: un pobre tipo, burro, ignorante, lambiscón, desimaginado, y otro
militarista y tan asno como su rival.
Además el insulto
de considerar a la masa como retardada, incapaz de razonamiento, de darse
cuenta que el idilio del coronel se terminó, que hay que enfrentar la realidad
fuera del aullido de los “rojo rojitos”, según denominan a los del PSUV. En ese
detalle, en el de ofrendar circo, encontramos el juicio preciso para los
amanecidos del siglo XXI: el que mantienen en la ignorancia a la muchedumbre.
Lo que menos quieren los defensores de la igualdad social (¡!) es igualdad
educativa, que se aprenda a pensar, para que después de hacerlo comience el
diálogo, luego la crítica y la no aceptación a boca cerrada de lo que mastican
y degluten los de arriba. Eso es revolución. Por eso están ellos en las sillas,
en el concilio de dioses, para impedirla.
Me divirtió y
asqueó Torrente, ser inmundo, vil. No pensé que su sátira llegara tan cerca, a
los estratos celestiales del impoluto socialismo latinoamericano (risas).
Añadir, para que no se malinterprete, que el jugar de víctima hoy, a la fuerza,
no le quita culpas al cantor de boleros, a quien le habrán cambiado la espada
de Bolívar por una de plástico, para lo que sirve…
04/03/13
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Me inventaré más dioses, plegarias y rezos, y oraré fervorosamente por el fantoche, por el casi-occiso..Para q se quede así por siempre, como todo un santo: bien tieso y bien mudo. Bendito es el silencio como bendito sería el mundo, sin otros "graznedos e reboznos d otros espectacolares deregentes" q aplican también a suma santidad...jaj!
ReplyDeleteGracias estimado Claudio, hoy reí como descosido con su fino sarcasmo, acerca d este ordinario culebrón típicamnete venezolano d momias, asnos e hipermega-asnos. Abrazos!
Achille, me place que rieses, porque ahí apunta el texto sobre esta tragicomedia. Estoy a punto ahora de escuchar la grabación del fiscal Soza, que aunque digan que es inventada (los del gobierno) se parece tanto a la realidad que ni importa. Lo sabemos. Lo sabemos. Abrazos.
ReplyDeleteTal como tantas veces ha sucedido, sino siempre, siento igualmente que no se hizo todo lo que se pudo, y al final las cosas quedaron peores.
ReplyDeleteMe hizo recordar a la revolución mexicana, cuando tras ganarla y tras tanta sangre y tanto odio y tanta nueva expectativa diseminada, los líderes guerrilleros le entregaron en bandeja de plata el poder a los mismos pelmazos de siempre.
Siempre es un deleite leerte, amigo, y de alguna forma contribuyes a que estibemos el conjunto de delirios que nos van saltando a la cabeza hacia la sensatez.
No estoy por lo anterior a Chávez (Chávez es el fruto de una seguidilla de errores históricos y burlas al pueblo venezolano, como casi todos los líderes de este tipo), ni por los más enconados opositores a Chávez (descendientes algunos de los antiguos burladores)a quienes detesto. Sólo pienso que se pudo haber hecho muchísimo más. Un cambio estructural inteligente y definitivo. Pero nadie estuvo a la altura.
Un abrazo amigo.
De acuerdo, Jorge, y no hallarás en mis textos ningún elogio de quienes lo precedieron, ni siquiera de los que presumiblemente en algún momento desde la oposición van a reemplazarlo. El ser crítico no me hace ciego. La pena, como bien dices, está en no haber hecho lo que se podía con semejante poder y popularidad. Los pueblos no necesitan limosnas sino trabajo, nadie que piense por ellos sino que les ofrezca educación para poder hacerlo por sí mismos. El placer es mutuo en nuestras mutuas lecturas, estimado amigo. Lo de México, que tan bien lo mostró Fuentes en La región más transparente, es trágico. Todavía siguen gobernando los pelones, no los pelados.
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